2 de octubre de 2011

HA FALLECIDO EL OBISPO GILBERTO FERNÁNDEZ



Ha fallecido el Obispo Gilberto Fernández

Humilde, amable, “un verdadero cristiano”: así es como las personas que trabajaron con Mons. Gilberto Fernández, Obispo Auxiliar retirado de Miami, lo recuerdan.

El Obispo Fernández, nacido en La Habana, Cuba,  murió a los 76 años el pasado viernes tras larga enfermedad.

“Era mi gemelo”, dijo el Arzobispo Thomas Wenski, anotando que los dos fueron ordenados juntos como obispos auxiliares de Miami el 3 de septiembre de 1997. “El se retiró por razones de salud antes de cumplir cinco años como obispo, pero su larga enfermedad fue una cruz que abrazó y ofreció por la Iglesia de Miami. Confiamos que seguirá rezando por nosotros ahora que le entregamos su alma al Señor. Que descanse en paz”.

El Arzobispo Wenski celebrará la misa por el alma de Mons. Fernández el lunes, a las 11 a.m. en la Catedral de St. Mary, 7525 N.W. Second Ave., Miami.

El Arzobispo John C. Favalora, arzobispo emérito de Miami, que consagró a ambos Mons. Fernández y Mons. Wenski como obispos en 1997, recibirá el cuerpo de Mons. Fernández este domingo, a las 6 p.m. en el Seminario St. John Vianney, 2900 S.W. 87 Ave., Miami, donde se velará de 6 a 10 p.m. El velorio continuará el lunes en la catedral, desde las 9 a.m. hasta las 10:45 a.m.

El Obispo Fernández fue director espiritual del seminario el año antes de ser nombrado obispo.

Al retirarse por razones de salud en diciembre de 2002, Mons. Fernández le pidió al pueblo del sur de la Florida “que me ayuden con sus oraciones, y yo los ayudaré también con las mías”.

En ese entonces, el retirado obispo auxiliar de Miami, Mons. Agustín Román, describió a Mons. Fernández como “un buen ejemplo como sacerdote, como hermano y como obispo. Uno predica el Evangelio. Pero lo más importante es vivir el Evangelio. Vivir el Sermón de la Montaña”.

“Mons. Fernández fue una brisa suave pero edificante en el mundo católico, y específicamente en Sts. Peter and Paul”, dijo Carlota Morales, actual directora de la escuela Sts. Peter and Paul.

El P. Robert Vallee, quien se desempeñó como párroco adjunto cuando el Obispo Fernández era párroco de la iglesia San Kevin, en Miami, lo recuerda como “uno de los grandes párrocos con los que he trabajado, un hombre de humildad muy profunda”.

Cuando su nombramiento como obispo auxiliar de Miami fue anunciado el 24 de junio de 1997, Mons. Fernández fue citado diciendo: “A veces la gente habla de la soledad de los sacerdotes, pero cuando estás en una parroquia no se siente la soledad, porque estás rodeado de amor y calor. Nunca pensé en hacer otra cosa que ser un sacerdote de parroquia. Pero el hombre propone y Dios dispone. Esa es la situación aquí”.

Nacido en 13 de febrero 1935 en La Habana, Cuba, Mons. Fernández fue parte de una familia de ocho hijos, cinco varones y tres niñas, que le dio cuatro sacerdotes y una religiosa a la Iglesia. Dos hermanos mayores, Mons. Orlando Fernández, ya fallecido, y el P. Nelson Fernández, ahora retirado, también se desempeñaron como sacerdotes en la Arquidiócesis. Otro hermano, Fausto Fernández, es el administrador de Marian Towers, un centro para ancianos de bajos ingresos a cargo de Catholic Health Services.

Una hermana, la Hna. Lilia Fernández, es miembro de las Sisters of St. Joseph de San Agustín, que ejercen su ministerio en el Hospital Mercy. Otra hermana —Teresita Fernández— vive en el área de Miami, y otro hermano vive con su esposa e hijos en México. Una tercera hermana, Ondina Fernández, también vivía en Miami, pero falleció en septiembre.

El Obispo Fernández fue ordenado sacerdote el 17 de mayo de 1959, por la arquidiócesis natal de La Habana. Se desempeñó en cuatro parroquias allí, incluso como administrador de la Catedral, antes de ser obligado a exiliarse en Miami, en julio de 1967.

Entre sus trabajos en el sur de la Florida, atendió a trabajadores agrícolas migrantes en Naranja, Homestead y Delray Beach. Sirvió como párroco de Sacred Heart Church, Homestead (1978-1979), párroco de Sts. Peter and Paul, Miami (1979-1988), administrador de San Pablo, Marathon (1988-1989), párroco de San Kevin, Miami (1989-1996) y director espiritual del Seminario St. John Vianney durante el año anterior a su nombramiento como obispo.

Para su lema episcopal, eligió “amor ultima ratio”: el amor es la razón suprema. Su escudo episcopal de armas cuenta con dos manos entrelazadas delante de una cruz de oro. Las manos representan a Miami, un lugar de encuentro y un lugar de acogida. Las estrellas encima de la cruz simbolizan a la Virgen María, así como las banderas de Cuba y los Estados Unidos. La mitad inferior cuenta con aguas azules y blancas, lo que representa el Mar Caribe y la Iglesia ...


Reproducido del Diario Las Américas, Miami 



Para escribir un comentario pulsa sobre COMENTARIOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario