Diálogos, mediaciones y cabildeos
Ana Dolores García
Mis dudas son, ¿a quiénes beneficiarán más? Después de darle vueltas a este complejo teje-maneje actual me doy la respuesta yo misma: al régimen cubano, porque lo que se procura es facilitarle el oxígeno que necesita para poder seguir detentando el poder.
¿Liberación de presos? Sólo ha habido una en lo que ya va de diálogo: la de Ariel Sigler. Una libertad condicional y porque se está muriendo. A otros doce los han trasladado de prisión, no los han liberado. A dos o tres más les permiten completar su condena en casa. Y habría que recordar que están presos por discrepar del gobierno, no por subversión ni por terrorismo. Su crimen ha sido sólo el abogar pacíficamente por un poco de democracia y libertad. Por atreverse a pensar diferente de lo que ordena el régimen.
La supresión del acoso a las Damas de Blanco demuestra que el tal acoso había sido totalmente orquestado por el propio gobierno y, al suprimirlo, el más beneficiado ha sido el régimen, porque se ha calmado el escándalo mediático. Hasta intentaron que no las acompañaran las Damas de Apoyo. Otro logro del diálogo ha sido el que hayan concedido que las Damas de Blanco sigan yendo a Misa y desfilen silenciosamente con sus gladiolos (tal vez tengan que seguir haciéndolo per secula seculorum.) . Pero los maridos siguen presos. Y Fariñas sigue en su huelga, porque no liberan a los 26 más enfermos. Todo no ha sido más que concesiones ridículas, de gota a gota, para dar la impresión de apertura y dormir a los incautos.
Con la intención de otorgar cierta credibilidad a lo que se intenta obtener, se agrega una carta firmada por 74 disidentes con una petición al gobierno norteamericano de ese oxígeno indispensable para que el régimen pueda subsistir. Incluso mandan un Cardenal a Washington -y él se presta- para cabildear ante los funcionarios de EEUU, y convencerlos de que permitan que turistas americanos visiten Cuba y que se concedan créditos al gobierno cubano para sus compras.
Eso de que el tal turismo ayudará a despertar a los cubanos a la realidad que vive el mundo, es un cuento más increíble aún que el de la caperucita roja. A los turistas ni siquiera les interesa hablar con el pueblo aunque tuviera que ser por señas. Irán a la Bodeguita del Medio, disfrutarán de mojitos y daiquiris, y hasta se enredarán con jineteras, que para eso son políglotas. Cuando completen el package que les han vendido, tomarán su avión de regreso sin adivinar siquiera la realidad de Cuba. Las divisas que dejen sólo benefician al régimen y a las agencias de viaje que trabajan en colaboración con él.
Pero lo más gordo que se intenta lograr con las mediaciones y el cabildeo, es abrir el crédito para que el régimen cubano compre en Estados Unidos (el resto del mundo se ha casado de fiarle porque no pagan). Con esas mercancías que comprarán al fiao, abastecerán las tiendas que venden con dinero convertible. ¿Beneficio real al pueblo cubano? Sólo a aquellos a quienes sus familiares en EEUU les envíen dólares, lo que representará otra entrada extra de divisas. El resto del pueblo seguirá disfrutando de la misma miseria actual a la que los ha llevado la incompetencia administrativa del régimen. Tal vez los que vivan en La Habana o en lugares turísticos puedan recoger moneditas que algún mister les ponga en las manos. Como acostumbraban a hacer en aquellos tiempos de antaño de los que los revolucionarios reniegan.
Hoy, para más escarnio, se nos vende la noticia de que Raúl ha acompañado a Elián a la Catedral Episcopal de La Habana para dar gracias a Dios en el 10º aniversario de su liberación. ¡Qué devoción tan admirable! ¡Qué piedad más edificante, Dios nuestro! Y sobre todo, ¡qué oportuna! Hace siglos que otro monarca absoluto dijo que París bien valía una misa. A pesar del tiempo que ya media, mantenerse en un trono heredado también lo vale.
¿Por qué no es capaz Raúl Castro de sentarse directamente a conversar con Obama, tal como éste se ha mostrado dispuesto a hacer, en lugar de enviar emisarios y carticas firmadas por otros? Porque sería claudicar de toda la alharaca antiimperialista repetida hasta el cansancio durante cincuenta y un años. Claro que no: Raúl no se rebaja. Sigue pretendiendo el nadar sin mojarse la ropa y que otros arranquen de los EEUU esas concesiones que necesita con desesperación, pero sin que su régimen suelte nada a cambio.
Ana Dolores García
4kmauei@gmail.com
Mis dudas son, ¿a quiénes beneficiarán más? Después de darle vueltas a este complejo teje-maneje actual me doy la respuesta yo misma: al régimen cubano, porque lo que se procura es facilitarle el oxígeno que necesita para poder seguir detentando el poder.
¿Liberación de presos? Sólo ha habido una en lo que ya va de diálogo: la de Ariel Sigler. Una libertad condicional y porque se está muriendo. A otros doce los han trasladado de prisión, no los han liberado. A dos o tres más les permiten completar su condena en casa. Y habría que recordar que están presos por discrepar del gobierno, no por subversión ni por terrorismo. Su crimen ha sido sólo el abogar pacíficamente por un poco de democracia y libertad. Por atreverse a pensar diferente de lo que ordena el régimen.
La supresión del acoso a las Damas de Blanco demuestra que el tal acoso había sido totalmente orquestado por el propio gobierno y, al suprimirlo, el más beneficiado ha sido el régimen, porque se ha calmado el escándalo mediático. Hasta intentaron que no las acompañaran las Damas de Apoyo. Otro logro del diálogo ha sido el que hayan concedido que las Damas de Blanco sigan yendo a Misa y desfilen silenciosamente con sus gladiolos (tal vez tengan que seguir haciéndolo per secula seculorum.) . Pero los maridos siguen presos. Y Fariñas sigue en su huelga, porque no liberan a los 26 más enfermos. Todo no ha sido más que concesiones ridículas, de gota a gota, para dar la impresión de apertura y dormir a los incautos.
Con la intención de otorgar cierta credibilidad a lo que se intenta obtener, se agrega una carta firmada por 74 disidentes con una petición al gobierno norteamericano de ese oxígeno indispensable para que el régimen pueda subsistir. Incluso mandan un Cardenal a Washington -y él se presta- para cabildear ante los funcionarios de EEUU, y convencerlos de que permitan que turistas americanos visiten Cuba y que se concedan créditos al gobierno cubano para sus compras.
Eso de que el tal turismo ayudará a despertar a los cubanos a la realidad que vive el mundo, es un cuento más increíble aún que el de la caperucita roja. A los turistas ni siquiera les interesa hablar con el pueblo aunque tuviera que ser por señas. Irán a la Bodeguita del Medio, disfrutarán de mojitos y daiquiris, y hasta se enredarán con jineteras, que para eso son políglotas. Cuando completen el package que les han vendido, tomarán su avión de regreso sin adivinar siquiera la realidad de Cuba. Las divisas que dejen sólo benefician al régimen y a las agencias de viaje que trabajan en colaboración con él.
Pero lo más gordo que se intenta lograr con las mediaciones y el cabildeo, es abrir el crédito para que el régimen cubano compre en Estados Unidos (el resto del mundo se ha casado de fiarle porque no pagan). Con esas mercancías que comprarán al fiao, abastecerán las tiendas que venden con dinero convertible. ¿Beneficio real al pueblo cubano? Sólo a aquellos a quienes sus familiares en EEUU les envíen dólares, lo que representará otra entrada extra de divisas. El resto del pueblo seguirá disfrutando de la misma miseria actual a la que los ha llevado la incompetencia administrativa del régimen. Tal vez los que vivan en La Habana o en lugares turísticos puedan recoger moneditas que algún mister les ponga en las manos. Como acostumbraban a hacer en aquellos tiempos de antaño de los que los revolucionarios reniegan.
Hoy, para más escarnio, se nos vende la noticia de que Raúl ha acompañado a Elián a la Catedral Episcopal de La Habana para dar gracias a Dios en el 10º aniversario de su liberación. ¡Qué devoción tan admirable! ¡Qué piedad más edificante, Dios nuestro! Y sobre todo, ¡qué oportuna! Hace siglos que otro monarca absoluto dijo que París bien valía una misa. A pesar del tiempo que ya media, mantenerse en un trono heredado también lo vale.
¿Por qué no es capaz Raúl Castro de sentarse directamente a conversar con Obama, tal como éste se ha mostrado dispuesto a hacer, en lugar de enviar emisarios y carticas firmadas por otros? Porque sería claudicar de toda la alharaca antiimperialista repetida hasta el cansancio durante cincuenta y un años. Claro que no: Raúl no se rebaja. Sigue pretendiendo el nadar sin mojarse la ropa y que otros arranquen de los EEUU esas concesiones que necesita con desesperación, pero sin que su régimen suelte nada a cambio.
Ana Dolores García
4kmauei@gmail.com
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