El calendario romano
Los romanos fueron los que nombraron los meses del año y determinaron primeramente su número. Se dice que fue Rómulo quien dividió el año en diez meses lunares y se estipuló que comenzara en el mes de marzo (Martius). A los cuatro primeros meses se les dio nombres de dioses, pero a partir del quinto fueron tomando los nombres ordinales que les correspondían. Así, al último, el décimo, se le llamó december.
¿Y dónde quedó todo el tiempo entre december y martius (marzo)? Como era el período de invierno, sin fiestas ni cosechas, simplemente lo ignoraron hasta que surgió la necesidad de agregar estos dos meses. Y así surgieron Ianus (Jano, dios de las puertas, los comienzos y los finales) y Frebua, mes del festival de la purificación. Este nuevo calendario de doce meses se atribuye a Numa Pompilio, rey que sucedió a Rómulo. Por razones prácticas y a la vez religiosas, Jano desplazó a Martius como primer mes del nuevo calendario a partir del siglo 2 a.C.
Porque Jano era en la mitología romana un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil, y como era el dios de las puertas, los comienzos y los finales, le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a janeiro y janero y de ahí derivó a enero). A december no le quedó más remedio de seguir siendo el último mes del calendario y mantuvo el nombre de décimo a pesar de haber pasado a ser el número doce.
Los romanos no marcaban cada día con un número, sino con un nombre. Cada mes se dividía en tres épocas, llamadas kalendae, nonae e idus, que señalan respectivamente los días 1º, 5º y 13º, pero en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, las nonae eran el día 7º y las idus el 15º.
Dividían el día en cuatro partes, llamadas prima, tertia, sexta y nona; la noche, en cuatro vigilias, prima, secunda, tertia y quarta. Cada parte del día y cada vigilia de la noche equivalía a tres de nuestras horas.
Se trataba de un calendario lunar que resultaba desfasado y que sufrió posteriormente dos importantes modificaciones dando lugar al calendario juliano –igualmente defectuoso y romano- y por último al calendario gregoriano que es el que mide los días y meses actuales.
¿Y dónde quedó todo el tiempo entre december y martius (marzo)? Como era el período de invierno, sin fiestas ni cosechas, simplemente lo ignoraron hasta que surgió la necesidad de agregar estos dos meses. Y así surgieron Ianus (Jano, dios de las puertas, los comienzos y los finales) y Frebua, mes del festival de la purificación. Este nuevo calendario de doce meses se atribuye a Numa Pompilio, rey que sucedió a Rómulo. Por razones prácticas y a la vez religiosas, Jano desplazó a Martius como primer mes del nuevo calendario a partir del siglo 2 a.C.
Porque Jano era en la mitología romana un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil, y como era el dios de las puertas, los comienzos y los finales, le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a janeiro y janero y de ahí derivó a enero). A december no le quedó más remedio de seguir siendo el último mes del calendario y mantuvo el nombre de décimo a pesar de haber pasado a ser el número doce.
Los romanos no marcaban cada día con un número, sino con un nombre. Cada mes se dividía en tres épocas, llamadas kalendae, nonae e idus, que señalan respectivamente los días 1º, 5º y 13º, pero en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, las nonae eran el día 7º y las idus el 15º.
Dividían el día en cuatro partes, llamadas prima, tertia, sexta y nona; la noche, en cuatro vigilias, prima, secunda, tertia y quarta. Cada parte del día y cada vigilia de la noche equivalía a tres de nuestras horas.
Se trataba de un calendario lunar que resultaba desfasado y que sufrió posteriormente dos importantes modificaciones dando lugar al calendario juliano –igualmente defectuoso y romano- y por último al calendario gregoriano que es el que mide los días y meses actuales.
Fuente: web
Foto: Google
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