31 de diciembre de 2009

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Cómo recibirá Cheo Burumba
al nuevo año

Mi amiga Martha me cuenta que Cheo la ha llamado para felictarla y contarle sus planes para despedir 2009 y recibir al nuevo año. Los dejo con su relato. adg

Cheo, como siempre, me llama para felicitarme por el Nuevo Año. Y también, como siempre, me alegra la mañana con su jerga callejera y sabia.

Me dice Cheo que él va a esperar el año con su mamita y añorando siempre a su tierra. Me hace una reseña de los preparativos que se traen entremanos su mamita y él, los que, cariñosamente me recomienda seguir:

«Mamita le ha hecho a Cachita una capa de raso de brillo, bordada con lentejuelas y piedras de colores, que le quedó de madre. Este regalo se lo ofrecemos a la Virgencita de la Caridad para que interceda por la libertad de Cuba. No sé si son ideas mías, Martha, pero cuando mamita le puso la capa a la vírgen, me pareció que Cachita sonreía.

Compramos seis velones amarillos para atraer el dinero. Cinco velones rojos para el amor, y cinco blancos por la paz del mundo, que deben encenderse a las doce la noche del 31, o sea, hoy. El año pasado se nos incendió el altar y tuvieron que venir los bomberos de Hialeah, que por cierto, cenaron potaje de lentejas con nosotros, casi todos eran cubanos. Había un gringo que se metió tremendo plato de lentejas acompañado de pan cubano.

El 31 ponemos en una cazuela 10 palitos de canela en rama y los hervimos para llenar de ese olor toda la casa. Esto puede dar un poco de ahogo, pero es súper bueno para la suerte.

Ponerse ropa interior amarilla trae una suerte de madre. Yo tuve que teñir camiseta y calzoncillos de amarillo porque no encontré en la tienda nada de ese color. Mamita encontró una sayuela y un blúmer amarillos en un pulguero de Hialeah.

A las doce de la noche, para espantar los pensamientos negativos, tenemos que lavarnos la cabeza, mamita y yo, con agua de lluvia. El otro día que llovió la recogí y la guardé en el refrigerador. Este año pienso calentar el agua porque hubo un año que nos espantamos el agua helada por el moropo y mamita cogió una neumonía tremenda y nos pasamos el primero de año y dos semanas más en el hospital de Hialeah.

Tirarse de una silla para conseguir una buena pareja, es muy aconsejable. Eso, Martha, no lo voy a hacer este año, porque un año me rompí una pierna con ese jueguito y esperamos el año en la casa de socorro (que aquí se llama la emergencia del hospital) Y no conseguí novia ni la cabeza de un guanajo.

Cenar potaje de lentejas es buenísimo para atraer la abundancia y el dinero. Por cierto, a mamita le queda muy bueno porque aquí lo hace con todos los hierros: chorizo, un pedazo de falda, papas y sofrito. Allá en Luyanó teníamos que comer las lentejas mondas y lirondas y dándole gracias a Dios porque al menos podíamos conseguir las lentejas.

Es muy importante, y te aconsejo que lo hagas, tirar un cubo de agua para la calle a las doce de la noche. Allá en Cuba tirábamos el cubo de agua aunque al otro día no nos pudiéramos bañar, por la escasez del preciado líquido. Ah, se me olvidaba, al lanzar el agua a la calle, tienes que gritar: “Solavaya”, para ahuyentar a los malos espíritus que te rondaron en el año viejo. Por cierto otro año, al tirar el agua a la calle, mamita, que no tenía los espejuelos puestos, empapó a una pareja de gringos que pasaba por la acera, y esperamos el año en chirona (aquí le dicen la police station). Como tú sabes, los rubios de ojos azules, no nos perdonan a nosotros los cubanos que hayamos hecho a Miami y a Hialeah que es la ciudad que progresa, y por eso llamaron a los policemen.

Las doce uvas son extremadamente importantes y debes de comerlas al son de las doce campanadas del reloj. Si te atoras, no importa, tomas sidra, porque es mejor atorarse y hasta morirse, que dejar de cumplir con esta tradición sagrada para la buena suerte.

Yo me atoro todos los años, pero no puedo dejar de hacerlo por si las moscas. A mamita le meto las uvas en la batidora y se toma una cucharadita de compota de uvas con cada campanada. Espero que sea igual que comerlas enteras o en puré porque ya mamita se ha atorado varias veces y terminamos esperando el año en la casa de socorro, (es decir en la emergencia del hospital).

A lo mejor, yo pienso como cosa mía, que es por todos los percances que hemos tenido mamita y yo cumpliendo con las reglas sagradas para la buena suerte, que no se me ha dado la petición a Cachita sobre la libertad para Cuba, ni he encontrado una mujer buena en Hialeah para casarme. Pero no me importa, porque como dice mamita, es mejor estar solo que mal acompañado, y después de todo yo tengo a mi mamita y le pido a Dios que me la conserve toda la vida.

Bueno, Martha, como te habrás dado cuenta, a mamita y a mi, nos han caído arriba unos espíritus perversos y fulastres que nos han hecho pasar la mayoría de las despedidas de año, o en la casa de socorro o en chirona, y nos han impedido cumplir con las reglas para conseguir suerte y dicha. Pero esperamos que este año, con más experiencia y cautela, y con la ayuda de nuestra querida Cachita, podamos cumplir con la lista que te expliqué, y que en este 2010 se cumplan todas nuestras peticiones.

Te deseo mucha felicidad y paz y como te digo siempre: “El año que viene lo celebramos en Cuba”… Y aunque sea mentira, ¿verdad que suena chévere?»

Cheo Burumba

Colaboración de Martha Pardiño, Miami, FL
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