18 de octubre de 2009



A la niña limosnera

(A todos los niños del mundo
que viven en la calle, va mi corazón.)


Martha Pardiño

En sus manos vacías de muñecas,
tiesas y flacas, sin cariño alguno,
se mece la impúdica tristeza
de todo el desamor que grita al mundo.

Su rostro, que es pálido y marchito,
muestra el cansancio de una vida trunca,
y sus grandes ojos miran al espacio
sin conseguir respuesta a su pregunta.

Los transeúntes pasan y la miran,
tal vez tiran una moneda con desgano,
y al levantarse a recogerla presurosa
su triste boca una sonrisa esboza.

Las noches confidentes de sus cuitas,
saben del hambre, desamor y anhelos,
saben de la niña de ojos tristes
que le pregunta a Dios cómo es el cielo.

Martha Pardiño
Miami, FL
Junio 4, 2004

Ilustración:
Bartolomé Esteban Murillo,
El niño mendigo, óleo
Museo del Louvre, París
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2 comentarios:

  1. Querida Lolita:
    Un millón de gracias por publicarme esta poesía que me la inspiró una niña pequeñita y tímida que pedía limosna en una calle frente a una iglesia en una ciudad que visitamos hace años. Siempre han sido los niños olvidados mi preocupación y mi sufrimiento; quisiera abrazarlos a todos contra mi pecho y decirles que no teman que van a ser felices y que no tendrán que mendigar más en las calles.
    Un abrazo,
    Martha

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  2. Las gracias a ti, Martha, por esa bella inspiración tuya con la que se engalana esta Gaceta.

    Abrazos,
    Lolita

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