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Nueva York,
en el siglo XIX. (Ap)
El sueño americano
lo inventó un holandés
Por Laura Fernández
Rusell Shorto, norteamericano de familia
italiana, trabajaba para 'The New York Times' y estaba harto de salir a la
calle en busca de historias. "Me di cuenta de que todos hacíamos lo mismo,
sin darnos cuenta de que teníamos una, la más importante de todas, justo bajo
nuestros pies", dice. En la tierra que pisó un día Henry Hudson y que una
pequeña colonia de ambiciosos comerciantes de pieles holandeses compró a los
indios por 24 dólares: la historia de la fundación de Nueva York, antes
Nueva Amsterdam. Así fue como nació 'Manhattan. La historia secreta de Nueva
York', un repaso, con aspecto de
novela de aventuras, a la época en la que nació la metrópolis más admirada del
mundo.
"La Nueva York holandesa reprodujo la forma de vivir en la Holanda de
la época. La mezcla de culturas y el libre comercio fueron los dos principales
valores que exportaron los holandeses a su nueva colonia. Siempre se ha
creído que en la fundación de América, el puritanismo inglés predominó, pero no
es del todo cierto, porque antes estuvieron los holandeses y lo que ellos
nos trajeron fue libertad y tolerancia, conceptos que hoy en día están en
peligro", asegura Shorto, que actualmente vive en Amsterdam y la considera
"una Nueva York pequeñita".
'Recordando lo mal que los españoles se lo habían
hecho pasar por culpa de la Inquisición, decidieron que todo el mundo debía ser
libre de decidir en quién debía creer', dice el autor.
Nueva Amsterdam se aglutinaba en lo que hoy en día es el distrito
financiero de Nueva York, y todo, según el autor de este apasionante
ensayo, sigue en su sitio, de tal forma que "si te paseas con un mapa del
siglo XVII por la zona de Wall Street aún puedes imaginar dónde vivía cada uno
de los protagonistas de la historia". "Los holandeses lo anotaban
todo, y de forma muy estricta, así que tenemos multitud de documentos que
reflejan a la perfección todo lo que pasó durante aquellos años", cuenta
el escritor, que incluso ha encontrado anotaciones de prostitutas que
literalmente 'medían' a sus clientes.
"Al llegar los ingleses, cambiaron el idioma, pero poco más. Todo
funcionaba tan bien que la estructura social y política se quedó tal cual. Los
holandeses encontraron la manera de que todo resultase más barato si pasaba por
Nueva York, y así, la ciudad, se convirtió en el centro de todo lo que tenía
que ver con el país", asegura Shorto.
Libertad y tolerancia
El escritor está convencido de que siempre se ha creído que el sueño
americano, el querer llegar más lejos de lo que han llegado tus padres, era
americano por el hecho de que no tenía nada que ver con la cultura europea,
pero en realidad "está basado en la libertad y la tolerancia" que los
holandeses imprimieron a su Nueva Amsterdam, "algo que luego, con las olas
migratorias de dos siglos después, se fue extendiendo por el resto del
territorio americano, pero que, en realidad, venía de aquellos primeros colonos
holandeses", considera.
El interés de Shorto por el siglo XVII (es autor de 'Los huesos de
Descartes', libro que analiza la importancia que las ideas que surgieron en el
XVII tendrían un siglo después en la explosión de la Ilustración) no va a
detenerse. "Estoy convencido de que muchas de las cosas que hoy en día
damos por sentadas y que forman parte de nuestra sociedad, como el libre
comercio sin ir más lejos, surgieron en el siglo XVII, un siglo apasionante
y a menudo olvidado", dice.
Actualmente, trabaja en un ensayo sobre la ciudad de Amsterdam en esa misma
época. ¿Y siguen vivas las raíces holandesas en Nueva York? "En el estado
de Nueva York, sí. Por ejemplo, en Albany siguen hablando holandés, pero es un
holandés antiguo, y hay incluso una población que se llama Amsterda",
responde.
"Lo curioso es que la tolerancia que surgió en Holanda en el siglo XVI
lo hizo contra la España de la época. Holanda había estado bajo dominio
español, y cuando logró liberarse e instaurar una República, recordando lo
mal que los españoles se lo habían hecho pasar por culpa de la Inquisición,
decidieron que todo el mundo debía ser libre de decidir en quién debía creer.
Y así surgió la tolerancia en Holanda", cuenta el escritor y periodista,
que ya ha vendido los derechos del libro al cine.
De hacerse una película con tan exhaustivo ensayo, dice Shorto que podría
tratarse de "una precuela de "Gangs of New York", de Scorsese, porque
habla de lo que ocurría 150 años antes".
Reproducido de El Mundo, Madrid.
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