.
1783: el volcán Laki, en Islandia, comienza una erupción de 8 meses que
matará al 20% de los islandeses y en los dos años siguientes causará una gran
hambruna, que dejará un saldo de 6 millones de muertes en todo el mundo.
Se ha descrito como «una de las mayores catástrofes medioambientales en la
Historia europea.
1810: nace en Zwickau, antiguo reino de Sajonia,
Robert Schumman, uno de los más importantes compositores musicales del
romanticismo en los comienzos del siglo XIX. *
San Medardo, obispo.
* El dedo
de Schumman
Quizá la anécdota más famosa acerca de
Schumann es la concerniente al abandono de su carrera como pianista debido a que
inutilizó uno de sus dedos por emplear artilugios mecánicos destinados a
mejorar su técnica. En efecto, artilugios de este tipo, ideados por pianistas
como Friedrich Kalkbrenner (1784-1849) o pedagogos como Johann Bernard Logier
(1777-1846), fueron bastante conocidos en la época, y algunos de ellos fueron utilizados presumiblemente en
algún momento por Friedrich Wieck (su
profesor y padre de su
esposa Clara) así como por la misma Clara.
En el año 1832, Schumann, quien residía en
casa de los Wieck como alumno privado suyo, aprovechó una ausencia de Wieck con
motivo de una gira con Clara, para imponerse un draconiano plan de estudios. Como
refuerzo, empleó un
misterioso “aparato cigarrero” (Cigarrenmechanik) con el que mejorar su “tercer
dedo” (corazón) de la mano derecha, inutilizándolo por completo, hecho que le
obligó a renunciar a su carrera como concertista de piano.
Para curar su dedo, Schumann recurrió
tanto a las terapias más tradicionales (introducir el dedo en vísceras de
animal) como a las más vanguardísticas (sometimiento del brazo derecho a corrientes
eléctricas).
El mito sobre el dedo viene de la
biografía de Robert Haven
Schaufer en los años cuarenta, en el que se da crédito a una teoría según la
cual Robert se cortó las membranas interdigitales para ganar independencia.
Sin embargo, no parece cierto que la
invalidez de Schumann se debiera únicamente a este incidente, pues ya en 1830
escribió al Dr. Carus acerca de su entumecido dedo (en este caso el anular): “Tras seis minutos de ejercicios siento
un terrible dolor en el brazo que no me permite continuar”. Es más posible que este
desenlace se debiera a problemas nerviosos derivados de su atroz miedo
escénico: (“cuando pienso que voy a tener que tocar ante alguien se apodera de
mí una inhibición y ansiedad que me lleva a la desesperación”). En definitiva, se cree que sufrió una tendiditis nerviosa.
El certificado médico que le excluyó del servicio
militar cita ambos dedos como defectuosos.
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