EL POQUITO DE TODO CUBANO
Por Esteban Fernández
La mayoría de los cubanos tienen sus especialidades, sus oficios, sus profesiones, sus doctorados, donde son hacha y machete, son expertos, son "canchas", pero aparte de eso cada cual le añade el toque de saber "un poquito de cada tema".
Usted averigüe cual es el mejor médico norteamericano en todo el país, especialista del corazón, consiga un turno con él, y cuando él le pregunte "¿Qué problema tiene usted?" le dice: "Doctor, yo quiero que me diga ¿cuál es la diferencia de un gallo giro y uno pinto, y dónde queda Namibia?" . Y el afamado galeno se quedará en el limbo...
Después de vivir 48 años en los Estados Unidos he aprendido que aquí la gente "se especializa en lo que sé especializa" y de ahí usted no trate de sacarlos. Más información general tenía un muchachito cubano de 14 años, en el parque del pueblo, que la que aquí posee un Magistrado de la Corte Suprema.
A los cubanos nos encanta "saber un poquito de todo" y poder "meter la cuchareta" en cuanta cosa hay. A nosotros ningún tema nos es ajeno. Difícilmente escuchemos a un grupo de personas hablando sin que podamos dar una opinión al respecto. No somos cirujanos, pero tenemos los suficientes conocimientos para poder discutir con el médico "de tú a tú". Mi doctor no me considera un paciente, cree que yo soy "su colega"...
No somos geógrafos pero cada uno de nosotros tiene una idea de "donde queda que". Aquí usted puede ir al más famoso odontólogo de la Nación, y sabe de caries, de dientes y de muelas, pero cuando usted le dice que es "cubano" quizás le pregunte: "¿Eso queda cerca de Egipto, no?".
La educación en Cuba (en la Cuba que yo conocí) no solamente se recibía en las escuelas (sí usted iba al Instituto y terminaba el bachillerato ya sabía de "todo un montón" como dice Luisa Diez) sino también en la calle, en las esquinas, en las barberías, y hasta en los velorios.
No, claro que no todos los cubanos somos Generales pero todos tenemos nociones de la guerra, de tácticas militares y de la mejor forma de derrotar al enemigo. Vaya, no es como que el ex pitcher del Almendares y ex Manager de los Dodgers Tom Lasorda se pone a hablarnos de pelota y lo vamos a escuchar callados sin saber lo que está hablando. De que vamos a interrumpirlo 20 veces me juego todo al canelo...
El parque de mi pueblo tenía como 60 bancos (yo nunca los conté) y después de las 7 de la noche cada banco era ocupado por un grupo de coterráneos que se dedicaban a hablar de determinado tema. El banco de los galleros, de pelota, el de los políticos; en un banco hablaba de teatro Efrén Besanilla, había un banco dedicado a gente discutiendo sobre pájaros, y ahí usted podía aprender sobre tomeguines, canarios, sinsontes etc. En realidad yo no pudiera escribir ni tres columnas sin poder utilizar lo que aprendí en los bancos del parque de mi terruño.
No, no podemos ir a la Universidad de Harvard a dar una conferencia de dos horas, pero usted se le acerca al Rector de esa famosa Universidad y le pregunta: "Doctor, ¿dónde nació Benny Moré? y no tiene la menor idea. Mientras, absolutamente TODOS los cubanos sabemos quien fue Elvis Presley.
¿Puede un mexicano sorprendernos a nosotros hablándonos de Pedro Vargas, o de Pedro Infante o de Javier Solís o de Jorge Negrete? O ¿puede un norteamericano impresionarnos preguntándonos "¿Quién fue Nat King Cole"?
Por favor, hasta el cubano más ignorante y analfabeto puede hablar una hora consecutiva sobre Frank Sinatra. Y aquí, cuando yo veo las entrevistas al Presidente Barack Obama me encantaría escuchar que alguien le preguntara: "Mr. Presidente, do you know who were Barbarito Diez and Abelardo Barroso?".
¿Por qué usted cree que yo casi nunca he repetido ni insistido sobre un tema, ni un "pasa a la página tal" en 43 años? Porque yo sólo sé "un poquitico de todo" y de nada sé mucho. Ahora yo quisiera seguir escribiendo sobre este asunto, pero aquí se acabaron los 15 centavos de gasolina que tiene el carro de mis conocimientos.
Como decía mi difunto amigo Mario Byrne: “El triunfo tuyo reside en escribir simplemente de lo que tú sabes un poquito, jamás te lances a escribir de Nabucodonosor ni de la Revolución Francesa”...
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