9 de enero de 2010


El día que me quieras

Amado Nervo

El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.
El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.

Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.
Cogidas de la mano cual rubias hermanitas,
luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras…

Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!
Al reventar el alba del día que me quieras,
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.

El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de “Las Mil y una Noches”; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.
El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.

Amado Nervo, (1870-1919), poeta y escritor mexicano.
Ilustración: Google
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1 comentario:

  1. Precioso verso de Amado Nervo, apasionado poeta que llenó al mundo de páginas preciosas. Algunas de sus más bellas poesías se inmortalizaron en canciones interpretadas por cantantes famosos, como ésta, "El día que me quieras", que fue adaptada para que la cantara como nadie Carlos Gardel; después ha sido también éxito en las voces de cantantes reconocidos mundialmente como Roberto Carlos, Diango, Julio Iglesias y otros.
    Otra de las poesías más bellas de Amado Nervo, adaptada como canción, fue interpretada con un éxito absoluto por José Mojica, títulada: "Gracia Plena", que el poeta escribió cuando falleció su bella y amada compañera.
    Mi padre me recitaba muchos versos de Amado Nervo, me acuerdo de aquel que decía: "Las hijas de las madres que amé tanto, hoy me miran como se mira a un santo", que no me acuerdo como termina; y muchas más porque de mi padre heredé mi pasión por la poesía.
    Gracias, Lolita.
    Martha Pardiño

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