3 de enero de 2010


Ahora, Señor, ya no eres sólo Palabra:
apareces junto a nosotros,
para resplandecer como Aquel
que enseña la ruta definitiva
que une el cielo con la tierra,
al hombre con Dios
y a Dios con el hombre.

¿Se puede esperar más, Señor?
Hoy, al mirar hacia lo alto,
ya no vemos nubes ni tormentas
Porque, hoy,una fuente divina
ilumina la noche oscura de la humanidad:

¡ES DIOS QUE TODO LO TRANSFORMA!

Javier Leoz, betania.es
Foto: Google
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