23 de septiembre de 2009


Manuel Ramón Mendiola

Ana Dolores García

Nació en Camagüey el 15 de noviembre de 1892. Estudió la Primaria y el Bachillerato en las Escuelas Pías. Prosiguió estudios en el colegio St. Michael en Toronto, Canadá. Después de tres años regresó a Cuba y entró en el Seminario San Carlos de La Habana. Allí cursó Latin y Filosofía, y completó Derecho Canónigo y Pedagogía en España. De vuelta en Cuba, el 29 de junio de 1925 recibió la Orden del Sacerdocio por el entonces Obispo de Camagüey Mons. Enrique Pérez Serantes.

Sacerdote, profesor, deportista y líder cívico: las cuatro facetas de este camagüeyano que bien merece ser recordado por las generaciones nuevas de nuestra legendaria ciudad.

Fue activo párroco de la Iglesia del Santo Cristo de Camagüey y de la iglesia de Guatao, Santa Fe y Punta Brava, en la provincia de La Habana.

Como profesor, impartió enseñanza elemental en Camagüey así como de Bachillerato en Guanabacoa, y llegó a ocupar el cargo de Superintendente Provincial de Escuelas de Camagüey.

En cuanto a deportes, fue coach de basket ball en Camagüey, Guanabacoa y hasta en Nueva York. Incluso, el primer equipo de basket ball femenino que jugó en Cuba fue bajo su dirección en el Parque Público de Guanabacoa.

A la par que sacerdote, fue líder cívico. Fundó en Camagüey la Tropa de los Boys Scouts, mixta, que además contaba con una banda de música de 35 miembros. Para los Scouts fundó también dos bandas de música en Nueva York.

Sacerdote amante de su patria, criticó siempre los actos contra el pueblo cubano, lo que le costó dos encarcelamientos. El primero de ellos fue durante los azarosos días de la dictadura machadista, el 27 de noviembre de 1931:

Estando en el Colegio Calasancio de la Avenida de los Mártires, en Camagüey, para conmemorar la fecha del fusilamiento de los Estudiantes de Medicina, se presentó en el acto el Suipervisor Militar de Camagüey Capitán Samaniego con tres soldados y dio la orden de arresto del sacerdote. Dirigiéndose a los niños, les pidió sin éxito «que rompieran filas», los que al fin se dispersaron a ruegos del P. Mendiola. Fue llevado al «Vivac Municipal» y encerrado en la Galera de Mujeres que a la sazón estaba vacía. A los tres días dos soldados lo llevaron al Cuartel Agramonte ante un Tribunal Militar. Fue condenado a 100 días de arresto y a 50 pesos de multa que fueron recogidos por los Scouts entre numerosas personas a razón de 5¢ cada una. Durante su arresto celebró diariamente la Misa en la cárcel.

En aquellos días visitó Camagüey el Presidente Machado, y a petición del Obispo Pérez Serantes intentó dejar en libertad al sacerdote, a lo que se opuso el Coronel Rangel replicándole: «Presidente, ese cura es un preso mío».

Se dio la circunstancia que entonces fungía de Alcalde Interino el sacerdote Pablo Gonfaus por ser el Concejal más antiguo. Esto dio lugar a que corrieran de boca en boca los siguientes versos:

«Dos cosas hay en Camagüey
que hacen morir de risa:
un cura que hace de alcalde
y un preso que dice Misa».

Al cumplir los 100 días de arresto, el P. Mendiola partió para Nueva York en un exilio que duró veintidós años. Pero más tarde, en 1961, tuvo que emprender de nuevo la ruta del destierro, esta vez no voluntariamente. Se desempeñaba entonces como párroco en la iglesia de Santa Fe, y ante el desembarco de la Brigada 2506 en Bahía de Cochinos el 17 de abril, el gobierno castrista estimó necesaria la recogida en toda la Isla de aquellos ciudadanos conocidos como desafectos al régimen. No escaparon sacerdotes ni obispos, considerada la Iglesia Católica como enemiga histórica del comunismo que se intentaba implantar.

En un acto sin precedente en nuestra historia republicana, fue obligado a embarcar el 17 de septiembre junto a otros 130 sacerdotes, -entre ellos el obispo de La Habana Eduardo Boza Masvidal, y el después Obispo Auxiliar de Miami, Agustín Román-, rumbo a España en el vapor Covadonga. Pronto logró pasar a Nueva York y de allí a Miami, donde le fue asignada la parroquia de St. Joseph en Miami Beach, que dirigió durante siete años hasta su retiro. Murió en Miami años después.

Información y foto recogidas de la revista
El Camagüeyano, Miami, FL.


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