Pérez Esquivel niega vínculos
de Bergoglio con la dictadura militar
El premio Nobel de la Paz, insospechado activista de derechos humanos desmiente acusaciones contra el papa Francisco
Por H. Sergio Mora
ROMA, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org)
- Sobre las acusaciones que fueron levantadas a propósito del pasado
del nuevo pontífice, en el tiempo de la dictadura en Argentina y que
fueron replanteadas por algunos medios, el activista argentino de
derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel, ganador del Premio Nobel de la
Paz en 1980, en declaraciones a la BBC negó categóricamente que
Bergoglio tuviese vínculos con el régimen militar.
Esquivel
dijo que "hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero
Bergoglio no". Y precisó que "a Bergoglio se le cuestiona porque se dice
que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes,
siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé
personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación
de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía". "No hay ningún
vínculo que lo relacione con la dictadura", concluyó el activista en
declaraciones a BBC Mundo.
El portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi por su parte, indicó hoy antes de difundir el comunicado sobre el tema que
“el sacerdote jesuita húngaro alemán, Francisco Jalics, uno de los dos
sacerdotes aún en vida, que fueron secuestrados muchos años atrás, y un
poco objeto del episodio al que se refieren estas acusaciones, hizo unas
declaraciones en Alemania en las que cuenta el caso”.
Y añade que Jalics “con el otro secuestrado se juntaron y encontraron
con Bergoglio que entonces era obispo de Buenos Aires. Y juntos
concelebraron la misa y tuvieron una pública manifestación de armonía y
de acuerdo”. Francisco Jalics, que vive en Alemania en la localidad de
Wilhelmsthal, en estos días se encuentra en Hungría.
Otro de los testimonios reportado por medios de información fue la
del misionero Leoncio Herrero, que declaró: “Durante la época de la
dictadura había dos jesuitas detenidos en un centro que tenían los
militares y él los iba a visitar, les llevaba comida y ropa. Además, una
de las máximas defensoras de los derechos humanos en Argentina ha
apoyado la actuación del cardenal Bergoglio en ese tiempo y considera
una mentira lo que algunos dicen de él”.
La persona que cita el misionero es la abogada Alicia Oliveira que
conoce a Bergoglio desde hace más de 40 años. Las declaraciones
reportadas por el diario español La Razón, indican que ella,
que fue secretaria de Derechos Humanos de la Cancillería, en los tiempos
del ministro Rafael Bielsa y del presidente Néstor Kirchner, cultivó la
amistad con Bergoglio durante todos estos años.
En aquella época --precisa el diario español- era la primera jueza
del fuero penal, cuando llegó el golpe militar, fue echada de ese cargo y
perseguida por los militares. Con Bergoglio “nos veíamos dos veces por
semana. Él acompañaba a los curas de la villa; estaba informada
permanente por él de lo que sucedía allí”. Añadió que “cuando alguien se
tenía que ir del país, porque no podía permanecer un minuto más aquí,
se lo despedía con una comida. Y él, siempre estaba”.
Sobre el secuestro de los sacerdotes Francisco Jalics y Orlando
Yorio, detenidos en mayo de 1976 la jueza indicó: “Los dos curas eran
jesuitas. No estaban en la Villa 1.11.14, sino en el Barrio Rivadavia.
Ellos tenían un grupo ahí, donde también estaba la hija de Emilio
Mignone”.
Añadió que Bergoglio les dijo ”que se fueran, que era muy riesgoso;
pero no había forma, se querían quedar”. Y precisó que de todos los que
militaban allí, los únicos que sobrevivieron fueron los dos curas. El
periódico español precisa que la exdefensora del Pueblo porteña, “habló
con todo el mundo, con Massera y Videla también”.
El biógrafo del nuevo papa Francisco, Sergio Rubín, quien junto con
la periodista Francesca Ambrogetti escribió el libro "El Jesuita.
Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio", indica sobre la
acusación de supuesto colaboracionismo: "Se debe considerar que él era
un simple sacerdote de 37 años ni era una autoridad del episcopado. Se
ha hecho una novela con todo este asunto. No ha mostrado ninguna
condescendencia con el régimen militar".
El obispo emérito de Viedma, Esteban Hesayne, por su parte advirtió
hoy en declaraciones a radio Del Plata que son una gran calumnia las
acusaciones de vinculación o colaboración con la dictadura militar que
desde algunos sectores malintencionados intentan imponer en la opinión
pública para ensuciar la figura del nuevo papa. Lo reportó la agencia de
noticias AICA. Y recordó, además, que "alguien que quería tener una
entrevista directamente con Bergoglio, el día que fueron capturados
Yorio y Jalics, lo encontró a Bergoglio en ese momento llorando y decía
‘me han secuestrado a Orlando Yorio y Francisco Jalics’”.
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