13 de junio de 2011

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La vara de Esculapio:
símbolo de la medicina

La vara de Asclepio (Esculapio para los romanos) es un antiguo símbolo asociado con la astrología y la medicina.   Consiste en una serpiente  entrelazada alrededor de una vara larga. El nombre del símbolo deriva de su precoz y extensa asociación con Asclepio, hijo de Apolo. Asclepio era un practicante de la medicina en la antigua mitología griega.  Sus atributos, la serpiente y la vara, a veces por separado en la antigüedad, se combinan en este símbolo.  

La serpiente se consideraba en muchas culturas capaz de resucitar a los muertos y Esculapio en su afán de sanación iba resucitando a la gente difunta que veía — por ejemplo a Hipólito, hijo de Teseo.  Esculapio/Asclepio le revivió con una hierba milagrosa que le llevó la serpiente—. 

Hades, Rey de los Infiernos, molesto por la reducción de los enviados a su reino fue a quejarse del uso que Esculapio hacía de la serpiente, así pues, como medida salomónica, Zeus optó por anular la capacidad de la resurrección, dotándola solamente de la sanación. De ahí su estrecha relación con el mundo médico.

Según cuenta una historia, el médico Esculapio, que vivía en la región de Tesalia,  se hallaba en la casa de Glauco, quien sufría una grave enfermedad que le hacía estar al borde la muerte. De repente, una serpiente entró en la morada y Esculapio la mató con su bastón.

Pero en ese mismo momento, otra culebra se coló en el dormitorio portando en su boca unas hierbas con las que pudo revivir al reptil que estaba muerto, al ofrecérselas en la boca. Entonces el médico Esculapio le administró esas mismas hierbas a Glauco, y éste se recuperó de la enfermedad.

Esculapio fue un medico que existió en realidad, natural de Lacerea. Tras su muerte se le inmortalizó venerándolo como una leyenda. Suele representarse como un hombre mayor con barba y una larga cabellera recogida con una diadema.

El origen de la leyenda de Esculapio bien pudo haber partido de ese personaje real que debió haber vivido en el año 1200 a.C. y de quien cuenta la historia fue un sabio que gracias a sus conocimientos realizó prodigiosas curaciones y, con el devenir del tiempo, fue transformado por los historiadores y poetas como Homero en una Divinidad. Aun en estos días perduran vestigios de los templos  que se erigieron en su honor y se encuentran en las islas de Epaurus, Cos y en Atenas.

Los enfermos, por decisión propia o por consejo de sus médicos, eran llevados a estos templos, en cuyo interior pasaban la noche y se dice que mientras dormían, Esculapio, o alguno de sus sacerdotes, se introducía en los sueños de los que buscaban alivio para sus males y les dictaba lo que debían hacer para recuperar la salud.

Los romanos llamaron Esculapio al dios griego de la medicina, Asclepio, que en la mitología de estos últimos aparece como hijo de Apolo y de la ninfa Coronis. Bajo la tutela del centauro  Quirón aprendió la ciencia médica, y su fama creció por las extraordinarias curaciones que llevó  a cabo, al grado de creérsele capaz  de resucitar muertos, lo que al llegar a conocimiento de dios Zeus, lo encolerizó y lo mató lanzándole un rayo.

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