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- Por
Marlene María Pérez Mateo
Dedicatoria:
A la feliz coincidencia de la celebración de la Virgen del Rocío.
Mi abuela
me ha contado que hacia las primeras tres o cuatro décadas del siglo pasado
(XX) se asentaron en la zona este del río Hatibonico, mas allá de las
inmediaciones del Casino Campestre, en la ciudad de Camaguey, Cuba, los
gitanos.
De pequeña
la imagen flamenca de este colorido grupo humano, y luego años después la
“lorquiana” con su Romancero; mas mi afición por la guitarra, instrumento
evocador y central de dicha identidad, han ido dando forma a mi apreciación por
el mencionado grupo nómada. Cosmovisión que tiene por centro la vivencia
hogareña y también nacional.
Supe de
primera mano de quienes aun les recordaban de su alegría y rebosante optimismo;
eran gentes muy apasionadas y amantes de lo propio. De una vida azarosa,
vibrante y plena; muy de lo suyo, de su familia y entorno. Las mujeres de ojos
inmensos y brillantes, trenzas largas, faldas de colores y pañuelos; andaban
tocando de casa en casa, a ambos lados, “leyendo la buena fortuna”
interpretando la palma de las manos y las cartas. Los hombres eran jornaleros en
construcciones, trabajos agrícolas además de ser super-expertos reparando
ollas, enseres de cocina y todo lo que fuere orfebrería y metales.
Ratifiqué
una historia oral con una anciana amiga radicada en Minas, municipalidad
cercana a la mía. Se contaba que una gitana embarazada habla encontrado ayuda y
cobija en un hogar de la localidad. Allí estuvo hasta el nacimiento de su
vástago. Dejando como gratitud a quienes la habían acogido la “gracia” de que
una futura hija de su protectora seria una gran cartomántica. A ello se
achacaba por muchos la inigualable habilidad paranormal de una practicante de
este rito en la “ciudad de los tinajones”.
Aunque sin
un registro oficial, relatos como estos llegaron a mis oídos de los gitanos en
Cuba. Los primeros llegaron con Colón y continuaron llegando al Nuevo Mundo
siendo su mayor flujo migratorio hacia 1936. De ellos nos ha quedado el uso de
joyería y ropajes llamativos; vocablos y el ultra apetitoso “brazo gitano”.
Los
gitanos han sido y son objeto de persecuciones, burlas y discriminación. Hay
quienes les consideran a menos. Muchos fueron quemados vivos durante el
Medioevo. Hitler y Stalin los trataron de exterminar. Mas lo cierto es que aun
siguen su camino.
Cuba los
acogió y aunque sin estar exentos de problemas hicieron de nuestra patria su
casa.
Mayo 28,
2011
Marlene Maria Perez Mateo
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