.
OTRO EXILIADO CUBANO EN MIAMI
Editorial
El Imparcial, Madrid
Este jueves llegó a la ciudad de Miami (Florida, EEUU),
la familia del opositor cubano Orlando Zapata, quien murió tras las rejas en
2010 por una larga huelga de hambre que llevó a cabo en contra del trato que el
régimen totalitario de los hermanos Castro le daba los presos políticos de ese
país. Sin proponérselo, con su muerte el disidente se ha convertido en uno de
los símbolos de lucha contra una dictadura que se niega a morir y busca
mecanismos burocráticos para su supervivencia.
Zapata -convertido en cenizas, pisa un suelo que le dará
la libertad- no pudo besar en vida a sus seres queridos, en especial a su
madre, la Dama de Blanco, Reina Luisa Tamayo, que es quizá la que más ha
sentido el peso del presidio y agonía que afrontó su hijo. El mismo Gobierno de
La Habana le tachaba de “delincuente” por la simple acción de manifestarse
contra la represión del politburó cubano. Sin embargo, dicha libertad
descubierta, posee el sabor agridulce de aquellos que se ven forzados a dejar a
su país para vivir en el exilio.
Los miles de cubanos, y descendientes de cubanos, que
viven lejos de la Isla, esperan pacientemente a que llegue el día en que pueda
liberarse de sus cadenas para convertirse en un país democrático en donde
manifestarse no sea un sinónimo de “delinquir”. Mientras llega el día en que
ese anhelo pueda materializarse, un panteón albergará las cenizas de Orlando
Zapata. Otro apátrida de los Castro que observará a su amada Cuba desde la
distancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario