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Cuando estoy débil, me levantas
Cuando me alejo de Dios, me acercas hasta Él
Cuando olvido a Jesús, Tú me lo recuerdas
¡Espíritu Santo, ven!
Si no doy testimonio de mi fe, Tú me animas
Si me duermo en la comodidad, Tú me despiertas
Si me conformo con los mínimos, Tú me perfeccionas
Si estoy confundido, Tú me aclaras
Si tengo miedo, Tú me das valentía
¡Espíritu Santo, ven!
Si caigo, Tú me sostienes
Si me equivoco, Tú me corriges
Si me enojo, Tú me das la paz
Si caigo en la tristeza, Tú me regalas la alegría,
¡Espíritu Santo, ven!
Javier Leoz,
betania.es
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