27 de septiembre de 2010

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EPIGRAMA

- El diablo un día riñó
con una mujer: ¡me arredro!
e incomodado San Pedro
sus dos cabezas cortó.

Y Jesús dijo: -«¿Qué has hecho?
Vuélveselas a poner.
¿Que en todo te has de meter
y no haces cosa al derecho?»

Y fue cierto el testimonio;
pues las puso, sin querer,
al diablo, la de mujer,
y a ella, la del demonio.

Anónimo. Nos llega del siglo XIX

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