3 de abril de 2010


Damas de Blanco

Luis Mario

Las frentes de rosa erguida,
hechas pétalos las manos,
por una Habana perversa
cruzan las Damas de Blanco.

Agredidas por el odio,
hincadas por el espanto,
como serenas palomas
pasan las Damas de Blanco.

Siluetas de algodonales
sobre calles de naufragio
reclamando libertad
vienen las Damas de Blanco.

Eso sucede en La Habana
y, en Miami, mientras tanto,
vestidos de un blanco nuevo
desfilan los exiliados.

Ayer Pedro Luis Boitel,
hoy es Zapata Tamayo,
después seguirán muriendo
otros Fariñas cubanos.

No son dos pueblos, es uno
de caña, ciruela y mango.
El mismo dolor, el mismo
con más de cincuenta años.

¿Hasta cuándo, patria mía,
te acosarán los tiranos?
La dignidad tiene un nombre,
se llama: Damas de Blanco.

Luis Mario
Diario Las Américas

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