28 de marzo de 2010

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Salud en el sistema.

Lic. Amelia M. Doval

Son las cinco de la mañana de un día común, pensar en los amores truncos, deseos perdidos, sueños latentes, agradecer a Dios, pedir para seguir adelante, todo lo cotidiano mientras el agua ennoblece, quita el sueño y provoca salir a mordisquear el mundo.

Enciendo el televisor para sentirme involucrada con la vida diaria, allí a medio hablar entre confusiones y repeticiones me informan el parte meteorológico logrando entender, al final, que en estos tiempos, será por el calentamiento global o el enfriamiento parcial, pero cuando se piensa en Miami hay que agregar un abrigo ligero.

Me comentan sobre modas, acontecimientos delictivos, protestas, seguro médico para todos, aunque todavía no logro comprender exactamente cuál es la propuesta, si entiendo la reacción de algunos. Salgo a la calle lista para comenzar a trabajar y aun cuando tratamos de alejar las enfermedades por aquello de lo que se piensa se convierte en realidad, todos creen que deben dar su opinión sobre la nueva ley. La pregunta está en el aire, los que me encuentro en mi camino están ansiosos de saber en qué consiste esa tan anunciada reforma de los seguros, incluso algunos andan asustados porque si tener seguros es obligatorio entonces no tenerlo implica ir a la cárcel. ¿Será un delito que el gobierno no tenga suficiente imaginación económica para sacar adelante un país y por consiguiente no existan empleos que permitan pagar el seguro? Salta entonces otra duda mayor, ¿será un delito tener trabajo, tratar de ser de la clase media? Porque si no tienes nada, el gobierno te subvenciona sacándolo de los impuestos que pago al trabajar, y sin embargo me castigan por no tener solvencia económica para pagar mi propio seguro y por tanto estoy contra la ley. Hasta ahí queda claro, pago el seguro de otra familia, no pago el mío y por ello soy castigada. ¿Será que entendí bien o estoy equivocada totalmente? Significa acaso un largo período de inactividad productiva para quienes ya viven de la ayuda pública, otro recurso a favor de los supuestamente desposeídos pero poseen más que otros; claro las leyes no se hacen para minorías, mas sería interesante que la mayoría se entere de lo que está pasando.

Imposible leernos un compendio de varias páginas que aglomeran información no apta para oídos normales, pero un breve resumen estaría sirviendo de mucha ayuda y con ese objetivo busqué en la internet. Queda claro que para el 2014 todos tenemos que estar asegurados, algunos pueden quedar excluidos como grupos de marginados, indocumentados, algunas etnias, comunidades religiosas, un total de 15 a 20 millones, aparentemente un grupo amplio aunque tendremos 32 millones de nuevos usuarios. Para ser un seguro público no están las condiciones creadas, así que el 5% que podría aprovecharse de estos servicios no los recibirá, pero cada compañía está en la obligación de ofrecer a sus empleados un seguro de salud; el gobierno se encarga del resto, según los cálculos se estará ayudando a todas las familias que tengan un ingreso anual menor de $88.200 o un ingreso individual de $29.000. Se supone que el gasto para el gobierno incremente en 10 años a $938 millones; desde el punto de vista social la idea general es solucionar un punto neurálgico en cualquier sociedad: la salud de sus habitantes. Por ello un joven de 26 años todavía se puede acoger al seguro de sus padres y ninguna precondición médica es motivo para una expulsión que inhabilite los beneficios.

Hasta este punto todo queda claro, aparentemente; algunos valoran la posibilidad de más visitas médicas contra más gastos, esto me parece irracional por cuanto los nuevos consumidores de seguro tienen que trabajar para costear lo que aún desconocemos. Es recurrente para los que están a favor hablar de protegernos todos y cada uno, porque la salud no es un acápite en la vida sino el tema principal; los opositores acuden a la idea que desde el punto de vista económico no estamos en la mejor etapa para asumir gastos extras no pensados hasta el momento, en una economía que se desplomó sin vestigios de rápida recuperación. Lo racional en este caso es que cuando se hagan análisis de gastos a nivel global ya se tiene que pensar obligatoriamente en la salud y como dice un viejo refrán de los tragos amargos se sale rápido.

Sabemos que los cambios a favor o en contra generan preocupación, pero roguemos por encontrar soluciones para salir de la crisis, confiemos en los nuevos tiempos porque otra idea sería negar el desarrollo, quizás esta sea la piedra angular que remueva las mentes para lograr soluciones, todavía están por verse los seguros que se oferten, las tarifas, los nuevos escollos a enfrentar hasta que se encuentre un camino lineal que lleve al final del proceso. La lógica diría que mientras más usuarios más competitivos los precios, no hay seguridad en esto. Hoy podemos concluir que aunque todas las respuestas no están claras al menos sabemos que camino de alguna solución estamos porque socialmente avanzamos, aunque hasta el momento sea una utopía que va sentando bases. Ruego a Dios que esta nueva decisión del gobierno implique beneficios para todos e impulse y contribuya a la grandeza de este país.

Lic. Amelia M. Doval
3-23-10

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