¿Qué son los villancicos?
Ana Dolores García
Actual y comúnmente se entiende por «villancicos» aquellas canciones que se refieren a la Navidad.
Etimológicamente, la palabra «villancico» proviene de «villano», es decir, el vecino de una villa o aldea. Para la Real Academia de la Lengua, «villancico» puede tener dos acepciones: canción popular breve, o canción popular de sentido religioso que canta a la Navidad. Y valga muy bien la aclaración porque no siempre los «villancicos» se han relacionado con el nacimiento del Niño Dios.
Originariamente fueron canciones profanas o de tema religioso ajeno la celebración de la Navidad, surgidas entre los «villanos» de las aldeas españolas. De origen popular, la tradición de los villancicos puede trazarse desde el siglo XV cuando aun no se referían a temas religiosos. Las sencillas tonadas de aquellos villanos se fueron transformando, y ya para la época del Renacimiento (siglos XV y XVI) se hicieron sofisticadas y se valían del acompañamiento de los instrumentos propios de la época, como la vihuela. En el siglo XVIII su difusión se había extendido a toda España y el mundo americano colonizado por ella.
Ejemplos de villancicos no relacionados con el tema navideño los tenemos entre los clásicos de la literatura castellana. De Santa Teresa de Ávila es el poema-villancico «Vivo sin vivir en mí». Igualmente y entre otros, El Marqués de Santillana y Lope de Vega nos han dejado villancicos, bien de carácter profano o religioso no navideño. En "La Gitanilla" de Cervantes se reproduce un villancico que se bailaba con castañuelas ante la imagen de Santa Ana.
De la posterior tradición popular española llegan hasta nosotros innumerables villancicos que, aunque relacionados con la Navidad, poco tienen de religiosos. Entre ellos tenemos los popularísimos «Los peces en el rio» y «La Marimorena», por no citar más que dos de ellos.
A la vez, en los países de habla hispana han surgido verdaderos cantos dedicados la Misterio de la Natividad del Señor, no necesariamente litúrgicos ni compuestos por «villanos», y que ya han sido encasillados en la clasificación genérica de «villancicos»: el colombiano «Burrito sabanero», el mexicano «En las pajas de Belén», los aguinaldos y el villancico Yaucano de los puertorriqueños, «De la tierra del azúcar» y «Campanitas cubanas», de autores cubanos, o el tan popular «Feliz Navidad» de José Feliciano.
A esta explosión de la creatividad popular inspirada en el motivo navideño, hay que agregar composiciones clásicas que no tuvieron intención de ser consideradas «villancicos» y que hoy genéricamente se les aúnan: la alemana «Noche de paz», y otras canciones polifónicas para cantar en Navidad, verdaderos motetes, como el «Adeste fideles», (en español, «Venid fieles todos»), que preferiblemente deberían considerarse canciones de Navidad y no villancicos.
Los franceses llaman «nöels» a su cantos populares navideños; los ingleses y norteamericanos, «carols»; los portugueses, «cantinelas» y los italianos «canzonetta di Natale».
Ana Dolores García
Ilustración: Google
El coro de niños de El Agustino, desde Lima, Perú, nos ofrece un popurrí de varios villancicos españoles e hispanoamericanos a través de este vídeo de Youtube:
http://www.youtube.com/watch?v=tpZOesxLI0U&feature=related
Actual y comúnmente se entiende por «villancicos» aquellas canciones que se refieren a la Navidad.
Etimológicamente, la palabra «villancico» proviene de «villano», es decir, el vecino de una villa o aldea. Para la Real Academia de la Lengua, «villancico» puede tener dos acepciones: canción popular breve, o canción popular de sentido religioso que canta a la Navidad. Y valga muy bien la aclaración porque no siempre los «villancicos» se han relacionado con el nacimiento del Niño Dios.
Originariamente fueron canciones profanas o de tema religioso ajeno la celebración de la Navidad, surgidas entre los «villanos» de las aldeas españolas. De origen popular, la tradición de los villancicos puede trazarse desde el siglo XV cuando aun no se referían a temas religiosos. Las sencillas tonadas de aquellos villanos se fueron transformando, y ya para la época del Renacimiento (siglos XV y XVI) se hicieron sofisticadas y se valían del acompañamiento de los instrumentos propios de la época, como la vihuela. En el siglo XVIII su difusión se había extendido a toda España y el mundo americano colonizado por ella.
Ejemplos de villancicos no relacionados con el tema navideño los tenemos entre los clásicos de la literatura castellana. De Santa Teresa de Ávila es el poema-villancico «Vivo sin vivir en mí». Igualmente y entre otros, El Marqués de Santillana y Lope de Vega nos han dejado villancicos, bien de carácter profano o religioso no navideño. En "La Gitanilla" de Cervantes se reproduce un villancico que se bailaba con castañuelas ante la imagen de Santa Ana.
De la posterior tradición popular española llegan hasta nosotros innumerables villancicos que, aunque relacionados con la Navidad, poco tienen de religiosos. Entre ellos tenemos los popularísimos «Los peces en el rio» y «La Marimorena», por no citar más que dos de ellos.
A la vez, en los países de habla hispana han surgido verdaderos cantos dedicados la Misterio de la Natividad del Señor, no necesariamente litúrgicos ni compuestos por «villanos», y que ya han sido encasillados en la clasificación genérica de «villancicos»: el colombiano «Burrito sabanero», el mexicano «En las pajas de Belén», los aguinaldos y el villancico Yaucano de los puertorriqueños, «De la tierra del azúcar» y «Campanitas cubanas», de autores cubanos, o el tan popular «Feliz Navidad» de José Feliciano.
A esta explosión de la creatividad popular inspirada en el motivo navideño, hay que agregar composiciones clásicas que no tuvieron intención de ser consideradas «villancicos» y que hoy genéricamente se les aúnan: la alemana «Noche de paz», y otras canciones polifónicas para cantar en Navidad, verdaderos motetes, como el «Adeste fideles», (en español, «Venid fieles todos»), que preferiblemente deberían considerarse canciones de Navidad y no villancicos.
Los franceses llaman «nöels» a su cantos populares navideños; los ingleses y norteamericanos, «carols»; los portugueses, «cantinelas» y los italianos «canzonetta di Natale».
Ana Dolores García
Ilustración: Google
El coro de niños de El Agustino, desde Lima, Perú, nos ofrece un popurrí de varios villancicos españoles e hispanoamericanos a través de este vídeo de Youtube:
http://www.youtube.com/watch?v=tpZOesxLI0U&feature=related
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