Estampas costumbristas
El negro enamorado
José María Sánchez Priede
El negro enamorado
José María Sánchez Priede
Estaba el negro en la esquina
con su gran pañuelo rojo
y su tremendo moropo
cargado de vaselina.
Al acercarse Pilar
díjole el negro al pasar:
-«La negra etá tremebunda;
qué gualdafango y farole…
Negra, tu tiene bemoles
y un mocasín que le zumba…»
-«No e pa ti, negro feo»
-«No lo digas, ya lo veo,
pero déjame gozal
permíteme que te vea».
-«Negro, tú etás en la tea
y no tienes pa empezal».
-«Ay, negra, me deconflauto,
me dejo cogel de un auto;
cómo suflo, quiero hablalte».
-«No siga, negro fulatre;
si sufre aguanta y calla
pol que tú no da la talla.
Y peldóname la frase,
negro de equina en domingo:
yo te doy do solmenone,
te pongo fuera de base,
todo te descuajaringo
y hasta pieldes los calzone.
conque abul, negro guillao;
con la música a otro lao».
con su gran pañuelo rojo
y su tremendo moropo
cargado de vaselina.
Al acercarse Pilar
díjole el negro al pasar:
-«La negra etá tremebunda;
qué gualdafango y farole…
Negra, tu tiene bemoles
y un mocasín que le zumba…»
-«No e pa ti, negro feo»
-«No lo digas, ya lo veo,
pero déjame gozal
permíteme que te vea».
-«Negro, tú etás en la tea
y no tienes pa empezal».
-«Ay, negra, me deconflauto,
me dejo cogel de un auto;
cómo suflo, quiero hablalte».
-«No siga, negro fulatre;
si sufre aguanta y calla
pol que tú no da la talla.
Y peldóname la frase,
negro de equina en domingo:
yo te doy do solmenone,
te pongo fuera de base,
todo te descuajaringo
y hasta pieldes los calzone.
conque abul, negro guillao;
con la música a otro lao».
José María Sánchez–Priede nació en Asturias, España, en 1897. Vivió en Cuba desde su adolescencia, dedicándose al comercio. Su libro «A güiro limpio» es un desfile de escenas costumbristas, lleno de humor y de expresiones del hablar popular cubano.
Foto: Google
Foto: Google
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Lolita, como diría mi amigo Cheo Burumba, tu blog es almendra garapiñada.
ResponderEliminarComo me ha gustado este verso costumbrista de la mulata bonita y el negro feo.
Gracias por ponerlo.
Martha Pardiño