Internacionales:
¿Espía
Obama a la Merkel?
En cuanto su Gobierno sospechó
que los servicios de inteligencia norteamericanos habían espiado su móvil, la
canciller alemana, Angela Merkel, llamó por teléfono al presidente Obama para
pedirle que le aclare si así había ocurrido. Fue una reacción rápida y
drástica.
El supuesto espionaje de sus comunicaciones
personales fue considerado por la canciller un acto «completamente
inaceptable», según señaló su portavoz Steffen Seibert. «Hemos dirigido una
petición a nuestros socios estadounidenses solicitando de inmediato una
aclaración completa», afirmó.
«Entre amigos próximos y países
socios como son desde hace décadas Alemania y Estados Unidos tal vigilancia de
un jefe de Gobierno no puede existir». Sería «un grave abuso de la confianza
mutua entre ambos países», señala un comunicado de la cancillería en tono
contundente. «Tales prácticas deben cesar de inmediato», concluye la nota.
Este escándalo tiene su origen
en informaciones del semanario «Der Spiegel» que los servicios secretos
alemanes comprobaron. Tras sus indagaciones, concluyeron que hay fuertes
indicios de que tales revelaciones pueden ser cierta. De ahí la drástica
reacción de la canciller.
El extécnico de la CIA Edward
Snowden ya había denunciado que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA)
espiónmillones de comunicaciones telefónicas y de Internet en
Alemania. De hecho este sería el país de la UE más vigilado por EE.UU.
Tales filtraciones se
convirtieron en uno de los debates estrella de la pasada campaña electoral.
Merkel condenó entonces el espionaje norteamericano, pero tampoco quiso elevar
demasiado el tono de voz. Su reacción, en cambio, ha sido mucho más drástica
esta vez. Y es que parece difícil de justificar que la vigilancia del teléfono
de la canciller alemana tenga nada que ver con los motivos de seguridad
aludidos por la NSA para justificar sus actividades.
Por su parte, un portavoz de la
Casa Blanca señaló que el presidente Obama aseguró a Merkel que «Estados Unidos
no vigila ni vigilará sus comunicaciones». No ha aclarado, sin embargo, si vigiló a la canciller en el pasado.
Eso sí, el portavoz añadió que EE.UU. sigue «revisando» la forma y los métodos
con los que operan sus servicios de inteligencia en el extranjero.
Un escándalo que no deja de
crecer con cada día que pasa y cada vez que se conoce que algún país socio o
amigo ha sido extensivamente espiado por los servicios secretos
norteamericanos.
Texto:
ABC Madrid
Foto:
La Razón, Madrid
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