12 de julio de 2011

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           Reflexiones     

Facundo Cabral

No estás deprimido, estás distraído.

Distraído de la vida que te puebla,   
distraído de la vida que te rodea,
delfines, bosques, mares, montañas, ríos.

No caigas en lo que cayó tu hermano,
que sufre por un ser humano,  
cuando en el mundo hay 
cinco mil seiscientos millones.

Además, no es tan malo vivir solo.
Yo lo paso bien
decidiendo a cada instante 
lo que quiero hacer,
y gracias a la soledad me conozco.
Algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre,
que se siente viejo porque tiene setenta años,
olvidando que Moisés 
dirigía el Éxodo a los ochenta
y Rubinstein interpretaba como nadie 
a Chopin a los noventa,
sólo por citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído.

Por eso crees que perdiste algo,
lo que es imposible, porque todo te fue dado.
No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza,
por lo tanto no puedes ser dueño de nada.
Además, la vida no te quita cosas: 
te libera de cosas...
te alivia para que vueles más alto,
para que alcances la plenitud.

De la cuna a la tumba es una escuela;
por eso, lo que llamas problemas, 
son lecciones.
No perdiste a nadie: 
El que murió, simplemente se nos adelantó,
porque para allá vamos todos.
Además, lo mejor de él, el amor, 
sigue en tu corazón.

No hay muerte... hay mudanza.
Y del otro lado te espera gente maravillosa:
Gandhi, Miguel Ángel, Whitman,
San Agustín,  la Madre Teresa, 
tu abuelo y mi madre,
que creía que la pobreza 
está más cerca del amor,
porque el dinero 
nos distrae con demasiadas cosas
y nos aleja porque nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz.
El que hace lo que ama,
está benditamente condenado al éxito,
que llegará cuando deba llegar,
porque lo que debe ser, será y, 
llegará naturalmente.

No hagas nada por obligación 
ni por compromiso,
sino por amor.
Entonces habrá plenitud,
y en esa plenitud todo es posible 
y sin esfuerzo, 
porque te mueve la fuerza natural de la vida,
la que me levantó 
cuando se cayó el avión 
con mi mujer y mi hija;
la que me mantuvo vivo 
cuando los médicos me diagnosticaban 
tres o cuatro meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo
y eres tú mismo.
A ti debes hacerte  libre y feliz. 
Después podrás compartir 
la vida verdadera con los  demás.

Recuerda : 
"Amarás al prójimo como a ti mismo".
Reconcíliate contigo,
ponte frente al espejo
y piensa que esa criatura que estás viendo
es obra de Dios
y decide ahora mismo ser feliz,
porque la  felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho,
sino un deber; porque si no eres feliz,
estás amargando a todo el  barrio.
Un solo hombre que no tuvo ni talento 
ni valor para vivir,
mandó a matar a seis millones 
de hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar
y nuestro paso por la tierra es tan corto,
que sufrir es una pérdida de tiempo. 

Tenemos para gozar la nieve del invierno
y las flores de la primavera,
el chocolate de la Perusa, 
la baguette francesa,
los tacos mexicanos, el vino chileno,
los mares y los ríos,
el fútbol de los brasileños, 
Las Mil y Una Noches,
la Divina Comedia, el Quijote, 
el Pedro Páramo,
los boleros de Manzanero
y las poesías de Whitman;
la música de Mahler, Mozart, 
Chopin, Beethoven;
las  pinturas de Caravaggio, Rembrandt, 
Velázquez, Picasso y Tamayo, 
entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida,
pueden pasar dos cosas  
y las dos son buenas:
si te gana, 
te libera del cuerpo que es tan molesto,
(tengo hambre,  tengo frío, tengo sueño,
tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)...
y si le ganas, 
serás más humilde, más agradecido...
por lo tanto, fácilmente feliz,
libre del tremendo peso de la culpa,
la responsabilidad  y la vanidad,
dispuesto a vivir cada instante 
profundamente, como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado.

Ayuda al niño que te necesita,
ese  niño que será socio de tu hijo.
Ayuda a los viejos,
y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas.
Además, el servicio es una felicidad segura,
como gozar de la naturaleza y
cuidarla para el que vendrá.

Da sin medida y te darán sin medida. 
Ama hasta convertirte en lo amado;
más aún, 
hasta convertirte en el  mismísimo Amor.

Y que no te confundan 
unos pocos homicidas y suicidas.
"El bien es mayoría,
pero no se nota porque es silencioso.” 
Una bomba 
hace más ruido que una caricia,
pero por cada bomba que destruye,
hay millones de caricias 
que alimentan a la vida.
Vale la pena, ¿verdad?

Si Dios tuviera un refrigerador,
tendría tu foto pegada en él.
Si Él  tuviera una cartera,
tu foto estaría dentro  de ella.
El te manda flores cada primavera.  
Él te manda un amanecer cada mañana.
Cada vez que tú quieres hablar, 
Él te escucha,
El puede vivir 
en cualquier parte del universo,
pero Él escogió tu corazón.
Enfréntalo, amigo, ¡Él está loco por ti!

Cuando la vida 
te presente mil razones para llorar,
demuéstrale que tienes mil y una razones
por las cuales sonreír.

Remitido por Rogelio Zelada

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