Se cumple hoy un año más de uno de los hechos más sangrientos protagonizados por la dictadura de los Castro: el hundimiento del remolcador "13 de marzo", que produjo la muerte de niños, mujeres y ancianos cuando trataban de abandonar la isla de Cuba. Crimen del que se hizo eco la prensa mundial en su día. Fecha de luto, imborrable en nuestra historia.
El día 13 de julio de 1994 a las 3:00 a.m. aproximadamente, 68 personas de
nacionalidad cubana que intentaban salir de la isla con dirección a los Estados
Unidos se hicieron a la mar en un remolcador ("13 de Marzo", reparado
en su totalidad y con un motor nuevo) al servicio de Fidencio Ramel Prieto,
jefe de operaciones del puerto de La Habana y secretario del Partido Comunista
de Cuba en aquel lugar, desde el puerto ubicado en la ciudad de La Habana. La
embarcación utilizada para la huída pertenecía a la Empresa de Servicios
Marítimos del Ministerio de Transportes.
Según testigos presenciales que sobrevivieron al naufragio, apenas zarpó el
remolcador “13 de Marzo” del puerto cubano, comenzaron a ser perseguidos por
dos barcos (Polargo 2 y Polargo3) de la misma empresa estatal. A unos 45
minutos del viaje, cuando se encontraba a siete millas de distancia de las
costas cubanas - y luego de que trataron primeramente de acorralarlo en un
lugar conocido como “La Poceta”-, otra embarcación (Polargo 5) perteneciente a
la mencionada empresa se sumó. Iban equipadas con tanques y cañones de agua.
La embarcación de la empresa estatal cubana denominada “Polargo 2” bloqueó
por delante al viejo remolcador “13 de Marzo”, mientras la otra embarcación
denominada “Polargo 3” la embistió por detrás, partiéndole la popa. Las
embarcaciones estatales se ubicaron en los lados laterales (Polargo 3 y Polargo
5) lanzándoles agua a presión -a todas las personas que se encontraban en la
cubierta- mediante los cañones que poseían. La presión de los chorros es igual
a 1500 Kg f por pulg. cuadrada y utilizaba agua salada extraída del mismo mar. Nunca
terminaban los chorros.
El clamor de las mujeres y niños que se encontraban a bordo en la cubierta
del remolcador “13 de marzo” no impidió que cesara el ataque. Dicha embarcación
se hundió con un saldo de 37 personas muertas.
Muchas de las personas perecieron en el naufragio debido a que se vieron
obligadas a refugiarse en el cuarto de máquinas por la alta presión de los
chorros de agua que les lanzaban a todos los que se encontraban en la cubierta.
Lanchas guardafronteras se encontraban en la escena un poco alejados para
que el hecho no tuviera matices militares, pero estaban allí contemplando el
genocidio. Los sobrevivientes de la tragedia afirman que están vivos por un
milagro, pues en el instante en que estaban a punto de morir, aparece un barco
griego por las cercanías y al notar las lanchas guardafronteras que estaba
viendo el hecho deciden finalmente prestar socorro. Estaban actuando al parecer
con la idea de no dejar testigos. Gracias al barco griego hay 31
supervivientes.
Los sobrevivientes también afirman que los tripulantes de los tres barcos estatales
(Polargo 2, 3, 5) no prestaron socorro a las víctimas. Regresaron a sus
espigones vacíos. Una vez rescatados, los sobrevivientes fueron trasladados al puesto
de guardacostas cubano de Jaimanitas, ubicado al oeste de La Habana. De allí fueron trasladados al Centro de Detención de Villa Marista que también funciona
como Cuartel General de la Seguridad del Estado. Las mujeres y los niños fueron
liberados y los hombres permanecieron detenidos.
Negativa del Estado cubano a recuperar los cadáveres de las víctimas
En los días posteriores al naufragio, familiares de las víctimas que
perecieron ahogadas se dirigieron a las autoridades cubanas a fin de rescatar
los cuerpos que se encontraban en el fondo del mar. La respuesta oficial fue
que no contaban con buzos especializados para rescatar los cadáveres.
Las autoridades cubanas dicen que no contaban con medios de izaje para
sacar a flote la embarcación y rescatar los muertos. El perito dijo a uno de
los sobrevivientes (Jorge García Mas) que el remolcador 13 de Marzo estaba
hundido en un punto a 3,5 km de profundidad, el sobreviviente le desplegó una
Carta Náutica que llevaba consigo e increpó al perito a que buscara esa cota de
profundidad en el mapa, cosa que no podía hallar porque la cota mayor en ese
sitio el veril no rebasa los 800 metros.
Jorge afirma que ellos tenían dos
medios importantes para sacar el remolcador: La grúa Pablo Sandoval y la Magnun
XII (capaces de izar embarcaciones gigantescas hundidas a mas de 1000 metros )
y que si esa fuera la razón, por qué no le entregaron el cadáver de su nieto
que se ahogo en la superficie, o el cadáver de Fidencio Ramel que fue impactado
por un chorro de agua y se ahoga en la superficie, por qué no le entregaron el
cadáver de Rosa M. Alcalde a sus familiares, quien sirvió de sost a muchos
sobrevivientes que imaginaron que era una balsa porque ella flotaba.
La organización sin fines de lucro “Hermanos al Rescate” -que se dedica a
rescatar a los balseros cubanos que intentan escapar de la isla- solicitó
autorización al Gobierno cubano para sobrevolar el lugar de los hechos, a fin
de ayudar a rescatar los cadáveres, pero la petición fue rechazada de
inmediato. Ninguno de los cuerpos de los ahogados ha sido rescatado por las
autoridades cubanas hasta la fecha, a pesar de que el hundimiento del barco
remolcador “13 de Marzo” tuvo lugar en aguas territoriales cubanas.
Reproducido de www.cubaliberal.org
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