11 de julio de 2010

Mons. Adolfo Rodríguez, (a la derecha), charlando con
el P. Luciano de Wulf y otros dos sacerdotes belgas en la
década de los años sesenta.


La Santa Sede da su asentimiento
para que se inicie
la Causa de Beatificación
de Mons. Adolfo


Es bueno confiar en el Señor,
del Salmo 118, era parte del escudo episcopal
de Mons. Adolfo

La noticia ya no es nueva, pero no quiero dejar de hacer alusión a esa emoción que nos conmovió a todos cuando la escuchamos. Los que tuvimos el gran regalo de conocerlo y compartir con él, momentos imborrables de la historia de nuestra Iglesia de Camagüey, podemos entender.

Comenzando mi camino hacía el sacerdocio, Mons. Adolfo comenzaba el camino del Episcopado en nuestra Diócesis. Fué un Padre, un amigo, un hermano. Encontró una Diócesis despojada y sin pastores, y con la paciencia de los que confian en el Señor de la Historia comenzó a caminar. Fué instrumento dócil en las manos de Dios.

AHORA NOS TOCA CONFIAR EN EL ESPÍRITU
Y ORAR INTENSAMENTE

Mons. José Grau Adán
http://acontecerdiocesano.blogspot.com
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