16 de julio de 2010

En papel cuché

Penélope,
señora de Bardem

Un escueto comunicado enviado por su agencia, en el que se anunciaba: «Penélope Cruz y Javier Bardem se casaron a principios del mes de julio en Las Bahamas, en casa de unos amigos. Sólo asistieron a la ceremonia familiares de la pareja. Penélope llevó un vestido diseñado por su amigo John Galliano», y ya tenemos a la pareja española más cinematográfica de la historia convertidos en marido y mujer.

Sin más detalles, ni fecha exacta ni padrinos, ni si fue una boda civil o religiosa, ni quién firmó como testigo o si la novia lloró. Al más puro estilo Bardem, la pareja ha decidido unirse de por vida y lo ha hecho en una lujosa residencia de Las Bahamas sin exclusiva de por medio ni paparazzi en la zona.

Fue precisamente en la entrega del último galardón cosechado por el actor en el festival de Cannes cuando se demostró que algo había cambiado en su relación. Ese día, y sorprendiendo a todos, Bardem dedicó su estatuilla a su compañera, amiga y amor Penélope. La actriz, con su suegra al lado, no pudo evitar la lágrima. Esa declaración de amor delante de las cámaras pilló a más de uno con el pie cambiado.

Hasta esa fecha —bueno, realmente hasta la gala de los Goya meses antes—, nunca habían querido posar juntos por la alfombra roja ni confirmar o desmentir su relación. «No hablo de mi intimidad, es algo que decidí cuando empecé y no pienso cambiar», contestaba Penélope Cruz cada vez que le pregunté por Bardem. Y era una verdad a medias, puesto que durante su relación con el actor Tom Cruise no tuvo reparos en mostrar su amor al mundo. Pero ya se sabe que cada relación es un mundo.

Lo que está claro es que la historia de amor de esta pareja de Oscar es digna de cualquier guión de Hollywood. Se conocieron gracias a Bigas Luna, que les unió en «Jamón, jamón», y quince años después se reencontraron por obra y gracia de Woody Allen en «Vicky Cristina Barcelona». Entre medias hubo más encuentros y suficiente tensión mutua como para que la química funcionara cada vez que coincidían.

Penélope vivió sus amores (Tom Cruise, Matthew McConaughey...); Bardem también tuvo el suyo con su ex Cristina, hasta que llegó el día, la fuerza del destino que cantaba Nacho Cano(otro ex de la actriz), en el que volvieron a encontrarse ya sin ninguna atadura.

De eso han pasado ya casi cuatro años. Unas fotografías de sus besos apasionados en las Islas Maldivas confirmaban que esta vez no eran simplemente amigos. A partir de ese momento Penélope y Javier se convierten en el objeto más deseado por la prensa del corazón, que anhela sus besos y sonrisas por más que ellos lo eviten. Ni el Oscar de la actriz ni el de Javier fueron motivo para conseguir esa imagen. Las únicas fotos de los dos eran «robados» de los paparazzi paseando por las calles del centro de Madrid o bajando de algún avión privado.

Por eso la declaración de amor en el escenario de la gala de Cannes fue la «pedida de mano» pública de un Bardem que ya no quería esconderse ni disimular.

ABC Madrid
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