Las palomas del Poder Popular
Alina Fernández Revuelta
El Nuevo Herald
Lunes 10 de mayo 2010
Para muchas personas, Alina Fernández Revuelta sigue siendo una figura polémica a la que no se le concede una opinión autorizada en base al apoyo que durante su juventud prestara al régimen revolucionario castrista. Sin embargo, caben consideraciones que condicionan ese rechazo, si se piensa en la niña criada por una madre fanáticamente enamorada de Fidel Castro y de su revolución. Alina fue criada en ese ambiente y creció militando en las organizaciones juveniles. Y ya con esa mentalidad amoldada a la justeza de los principios preconizados por el socialismo –o el castrismo-, quizá allá en lo íntimo hasta se sintiera orgullosa de su condición de hija de Fidel Castro. Las opiniones evolucionan y se dice que rectificar es de sabios. Alina podía haber seguido en Cuba disfrutando de todas las prerrogativas que gozan allá los hijos de la "nomenklatura". No lo hizo y escogió venir al exilio. [adg]
El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publicó hace pocos días los resultados finales de las elecciones de los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular. Según la Constitución de 1976, a través de ese mecanismo se expresa la voluntad soberana de todo el pueblo y le corresponden al Poder Popular las facultades legislativas y constituyentes de la Nación.
Por lo visto, la voluntad soberana y demás facultades tienen un carácter muy humilde en la isla pues ese Parlamento sui generis se reúne cada seis meses para sesiones de un par de días. Sin embargo, el simulacro de democracia se mantiene y es así como 8.4 millones de cubanos tenían el deber ciudadano de elegir, la semana pasada, a 15,093 delegados que representarían sus quejas y demandas ante la inamovible cúpula, por dos años y medio.
Pero el surrealismo no se limita en Cuba, así que (¡siéntense!) para elegir a esos delegados, el gobierno cubano entrenó y movilizó a más de 26,000 palomas. ¡No a palomas del montón! A la paloma bravía o Columbia livia: movilizó a 26,000 palomas mensajeras.
Aparentemente todo un éxito de participación, siempre según el Granma, las autoridades se demoraron una semana en contabilizar los votos. Pero eso no es nada, sobre todo si se tiene en cuenta que algunas de las palomas que llevaban en una pata los resultados, pueden haberse extraviado en su regreso desde una región remota. Algunas pueden haber sido devoradas por gatos famélicos, otras pueden haber volado para Miami, con sus "columbogramas'' del total de boletas censadas colgándoles de la pata.
En el operativo para contabilizar eficazmente los votos, participaron el Presidente de la Federación Colombófila de Cuba, Aldo González, así como presidentes de federaciones provinciales. Eberto Borges, por ejemplo, a cargo de la Federación de Holguín, debe de estar de vacaciones todavía para recuperarse de llevar seis palomitas (¡sí, 6!) a cada asentamiento de su provincia donde no existen la comunicación de la telefonía, ni la telegrafía, ni el Tam-Tam, ni las señales de humo.
Debe estar derrengado Eberto, después de repartir pájaros por toda la serranía, sabe Dios en qué medio de transporte y alimentándose de qué cosas. Tal parece la descripción de la mensajería que puede organizarse en un mundo post-apocalíptico.
Pero esto no es nada: a las palomas mensajeras hay que entrenarlas, si se atiende a manuales elementales de colombofilia, desde un mes antes, enseñándolas con paciencia y erudición a regresar al palomar. Me atrevo a proponer como Héroes de la Patria a Eberto y compañía. Y lo digo en serio.
El uso de palomas no es novedoso. Por el contrario, según la Biblia, la paloma mensajera más antigua es la que le llevó a Noé el mensaje del retroceso de las aguas, cuando amainó el diluvio universal. Y así han ido de palomar en palomar las "bravías'', chismeando sobre quién ha ganado la batalla de las Termópilas o cómo se llamaba el último Cruzado degollado. Hasta la Segunda Guerra Mundial. Esto nos permite constatar que al régimen cubano le place mantener algunas tradiciones vivas.
Sólo que las 26,000 "bravías" empleadas este año en unas elecciones de funcionarios inútiles, demuestran que la isla se atrinchera en su antigüedad, tanto en el uso de la tecnología como en su peculiar y ridícula práctica política.
Foto: Google
Por lo visto, la voluntad soberana y demás facultades tienen un carácter muy humilde en la isla pues ese Parlamento sui generis se reúne cada seis meses para sesiones de un par de días. Sin embargo, el simulacro de democracia se mantiene y es así como 8.4 millones de cubanos tenían el deber ciudadano de elegir, la semana pasada, a 15,093 delegados que representarían sus quejas y demandas ante la inamovible cúpula, por dos años y medio.
Pero el surrealismo no se limita en Cuba, así que (¡siéntense!) para elegir a esos delegados, el gobierno cubano entrenó y movilizó a más de 26,000 palomas. ¡No a palomas del montón! A la paloma bravía o Columbia livia: movilizó a 26,000 palomas mensajeras.
Aparentemente todo un éxito de participación, siempre según el Granma, las autoridades se demoraron una semana en contabilizar los votos. Pero eso no es nada, sobre todo si se tiene en cuenta que algunas de las palomas que llevaban en una pata los resultados, pueden haberse extraviado en su regreso desde una región remota. Algunas pueden haber sido devoradas por gatos famélicos, otras pueden haber volado para Miami, con sus "columbogramas'' del total de boletas censadas colgándoles de la pata.
En el operativo para contabilizar eficazmente los votos, participaron el Presidente de la Federación Colombófila de Cuba, Aldo González, así como presidentes de federaciones provinciales. Eberto Borges, por ejemplo, a cargo de la Federación de Holguín, debe de estar de vacaciones todavía para recuperarse de llevar seis palomitas (¡sí, 6!) a cada asentamiento de su provincia donde no existen la comunicación de la telefonía, ni la telegrafía, ni el Tam-Tam, ni las señales de humo.
Debe estar derrengado Eberto, después de repartir pájaros por toda la serranía, sabe Dios en qué medio de transporte y alimentándose de qué cosas. Tal parece la descripción de la mensajería que puede organizarse en un mundo post-apocalíptico.
Pero esto no es nada: a las palomas mensajeras hay que entrenarlas, si se atiende a manuales elementales de colombofilia, desde un mes antes, enseñándolas con paciencia y erudición a regresar al palomar. Me atrevo a proponer como Héroes de la Patria a Eberto y compañía. Y lo digo en serio.
El uso de palomas no es novedoso. Por el contrario, según la Biblia, la paloma mensajera más antigua es la que le llevó a Noé el mensaje del retroceso de las aguas, cuando amainó el diluvio universal. Y así han ido de palomar en palomar las "bravías'', chismeando sobre quién ha ganado la batalla de las Termópilas o cómo se llamaba el último Cruzado degollado. Hasta la Segunda Guerra Mundial. Esto nos permite constatar que al régimen cubano le place mantener algunas tradiciones vivas.
Sólo que las 26,000 "bravías" empleadas este año en unas elecciones de funcionarios inútiles, demuestran que la isla se atrinchera en su antigüedad, tanto en el uso de la tecnología como en su peculiar y ridícula práctica política.
Foto: Google
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