Las tarjetas de Navidad
Ana Dolores García
La imagen que encabeza este escrito es de la de la primera tarjeta de Navidad de la que se tiene noticia y fue creada en Inglaterra. Sir Henry Cole la envió a sus amistades y clientes en 1843. Fue diseñada por el artista Juan Callcott Horsley y en la imagen central representaba a una familia reunida en torno a una mesa. A ambos lados, dos dibujos mostrando obras de caridad. Se supone que mandara imprimir más de 1000 tarjetas, pero hoy en día apenas subsisten una docena que, como es de suponer, han alcanzado un valor extremo aunque las originales fueran vendidas al precio de un chelín (vigésima parte de una libra esterlina). En 2005, una de esas tarjetas fue subastada y vendida por 9,000 Libras Esterlinas.
No pensemos que las primeras tarjetas de felicitación navideña representaran motivos religiosos o relacionados con el nacimiento del Niño Jesús. Por el contrario, los temas preferidos eran flores, mariposas o hadas. La reina Victoria de Inglaterra pronto se sumó a la idea de Sir Henry Cole de felicitar con bellas tarjetas. La costumbre fue imitada igualmente por los demás Soberanos europeos y Jefes de Estado.
En cuanto a los Estados Unidos, fue en 1875 cuando se estableció en este país la primera impresora de tarjetas navideñas. Los diseños fueron siendo cada vez más elaborados y la temática más disímil, comenzando a abundar los motivos religiosos. Tarjetas unas veces nostálgicas, otras patrióticas, otras humorísticas, o presentando personajes populares de las tiras cómicas. Últimamente se acostumbra incluir retratos de la familia, especialmente cuando se cuenta con niños pequeños. No fue hasta 1953 que se emitió la primera tarjeta de Navidad «oficial» de un presidente norteamericano, durante el mandato de Dwright D. Eisenhower.
El intercambio de felicitaciones a través de Internet y el abaratamiento de las comunicaciones telefónicas, a la par del incesante aumento del costo del franqueo, han hecho disminuir en la actualidad la circulación de las tarjetas impresas de Navidad. Las tarjetas virtuales son gratuitas y se presentan en variedad de diseños que satisfacen todos los gustos. Así y todo, son preferidas las que nos llegan por correo con un mensaje personal y, a veces, hasta acompañadas de una hoja en la que se relata todo lo acontecido a la familia durante el año a concluir.
Ana Dolores García
Ilustración: Google
La imagen que encabeza este escrito es de la de la primera tarjeta de Navidad de la que se tiene noticia y fue creada en Inglaterra. Sir Henry Cole la envió a sus amistades y clientes en 1843. Fue diseñada por el artista Juan Callcott Horsley y en la imagen central representaba a una familia reunida en torno a una mesa. A ambos lados, dos dibujos mostrando obras de caridad. Se supone que mandara imprimir más de 1000 tarjetas, pero hoy en día apenas subsisten una docena que, como es de suponer, han alcanzado un valor extremo aunque las originales fueran vendidas al precio de un chelín (vigésima parte de una libra esterlina). En 2005, una de esas tarjetas fue subastada y vendida por 9,000 Libras Esterlinas.
No pensemos que las primeras tarjetas de felicitación navideña representaran motivos religiosos o relacionados con el nacimiento del Niño Jesús. Por el contrario, los temas preferidos eran flores, mariposas o hadas. La reina Victoria de Inglaterra pronto se sumó a la idea de Sir Henry Cole de felicitar con bellas tarjetas. La costumbre fue imitada igualmente por los demás Soberanos europeos y Jefes de Estado.
En cuanto a los Estados Unidos, fue en 1875 cuando se estableció en este país la primera impresora de tarjetas navideñas. Los diseños fueron siendo cada vez más elaborados y la temática más disímil, comenzando a abundar los motivos religiosos. Tarjetas unas veces nostálgicas, otras patrióticas, otras humorísticas, o presentando personajes populares de las tiras cómicas. Últimamente se acostumbra incluir retratos de la familia, especialmente cuando se cuenta con niños pequeños. No fue hasta 1953 que se emitió la primera tarjeta de Navidad «oficial» de un presidente norteamericano, durante el mandato de Dwright D. Eisenhower.
El intercambio de felicitaciones a través de Internet y el abaratamiento de las comunicaciones telefónicas, a la par del incesante aumento del costo del franqueo, han hecho disminuir en la actualidad la circulación de las tarjetas impresas de Navidad. Las tarjetas virtuales son gratuitas y se presentan en variedad de diseños que satisfacen todos los gustos. Así y todo, son preferidas las que nos llegan por correo con un mensaje personal y, a veces, hasta acompañadas de una hoja en la que se relata todo lo acontecido a la familia durante el año a concluir.
Ana Dolores García
Ilustración: Google
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