Carilda Oliver Labra
Carilda
Traigo el cabello rubio; de noche se me riza.
Beso la sed del agua, pinto el temblor del loto.
Guardo una cinta inútil y un abanico roto.
Encuentro ángeles sucios saliendo en la ceniza.
Cualquier música sube de pronto a mi garganta.
Soy casi una burguesa con un poco de suerte:
mirando para arriba el sol se me convierte
en una luz redonda y celestial que canta...
Uso la frente recta, color de leche pura,
y una esperanza grande, y un lápiz que me dura;
y tengo un novio triste, lejano como el mar.
En esta casa hay flores, y pájaros, y huevos,
y hasta una enciclopedia y dos vestidos nuevos;
y sin embargo, a veces... ¡qué ganas de llorar!
Beso la sed del agua, pinto el temblor del loto.
Guardo una cinta inútil y un abanico roto.
Encuentro ángeles sucios saliendo en la ceniza.
Cualquier música sube de pronto a mi garganta.
Soy casi una burguesa con un poco de suerte:
mirando para arriba el sol se me convierte
en una luz redonda y celestial que canta...
Uso la frente recta, color de leche pura,
y una esperanza grande, y un lápiz que me dura;
y tengo un novio triste, lejano como el mar.
En esta casa hay flores, y pájaros, y huevos,
y hasta una enciclopedia y dos vestidos nuevos;
y sin embargo, a veces... ¡qué ganas de llorar!
Carilda Oliver Labra (1922-), poetisa cubana nacida en Matanzas. Es una de las más sobresalientes poetisas de hispanoamérica, ganadora de importantes premios literarios: Premio Nacional de Poesía en 1950, Primer Premio y Flor natural en el Certamen Nacional; ganadora del Certamen Hispanoamericano organizado por el Ateneo Americano de Washington para conmemorar el tricentenario del nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz, Premio Nacional de Literatura en 1997 y Premio Internacional José de Vasconcelos en el año 2002.
Entre sus obras se destacan: «Al sur de mi garganta» en 1949, «Memoria de la fiebre» en 1958, «Versos de amor» en 1963, «La ceiba me dijo tú» en 1979, y «Desaparece el polvo» en 1983.
Entre sus obras se destacan: «Al sur de mi garganta» en 1949, «Memoria de la fiebre» en 1958, «Versos de amor» en 1963, «La ceiba me dijo tú» en 1979, y «Desaparece el polvo» en 1983.
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encuentro esta página de casualidad. He visitado Florida en Cuba y a decir verdad mucha hospitalidad en las viejas personas,costumbre que la fueron matando con esa terrible noche de Dictadura. Muy buenos artículos..seguiré al tanto
ResponderEliminarQuerida Lolita, tengo que decirte un dicho del forclor criollo que encierra mucho en pocas palabras:
ResponderEliminar"ERES LA CANDELA" Te hablé de Carilda y ya pusiste un verso de ella y una reseña de sus logros como poetisa.
Me encanta el verso: sencillo pero a la vez, profundo y sensible.
Gracias, querida amiga, siempre estoy recibiendo regalos de tu persona.
Un abrazo,
Martha Pardiño
Muchas gracias por su comentario, Fulge. Aspiro a que siga encontrando escritos de interés en esta Gaceta. Como habrá comprobado el contenido es variopinto, no sólo porque como a Terencio «nada humano me es ajeno», sino porque aspiro a que cada lector encuentre en la Gaceta algo que le agrade de acuerdo a sus gustos y preferencias.
ResponderEliminarSu observación sobre las gentes de Cuba es justa y correcta. Siempre fuimos un pueblo risueño y amable.
La vida en la Cuba de hoy debe hacerse muy difícil cuando ya se marca la diferencia entre nuestra proverbial hospitalidad y el rencor y la desconfianza presente. A Cuba la han destruido no sólo económicamente sino -y es más triste todavía-, moralmente.
Si encontró la página por casualidad, ya sabe donde estamos. Espero seguir contando con sus visitas y comentarios.
Lola
Complacida, Martha, aquí tienes en la Gaceta a una de tus poetisas favoritas. Lo era también de un viejo amigo matancero fallecido hace algunos años. Conocí la poesía de Carilda a través de él.
ResponderEliminarSaludos y afectos,
Lola