14 de diciembre de 2009


Del Eggnog a la Crema de Vie

Ana Dolores García

El eggnog y la crema de vie son muy parecidos pues se preparan básicamente con iguales ingredientes. Lo que varía entre ellos es la proporción de esos ingredientes.

El eggnog -o al menos una bebida parecida- se cree que nació en Inglaterra, específicamente en la región de Anglia del Este, como una evolución del «posset», que era una bebida europea del Medioevo en cuya preparación intervenía la leche bien caliente.

En cuanto a su etimología, se ha dicho que el «nog» de la palabra proviene del término «noggin» un pequeño jarro o cuezo de madera en el que se acostumbraba servir alcohol en la parte central de Inglaterra. Por otra parte se atribuye el origen del nombre a una derivación de «egg-and-grog», teniendo en cuenta que «grog» era un término que comúnmente se le daba al ron. La palabra fue evolucionando a «egg'n'grog» y finalmente a «eggnog».

Cabe resaltar que esta bebida resultaba muy cara para el hombre común o de clase media, pero era popular entre la aristocracia. En una época sin refrigeración para conservar leche y huevos, no se hace difícil descubrir las razones de su alto precio. Es notorio que el promedio de los londinenses raramente podían consumir un vaso de leche. Pero aquellos afortunados que podían preparar un eggnog, lo mezclaban con brandy o coñac, vino Madeira portugués, o el «sherry» (jerez) español al que siempre fueron muy aficionados los ingleses.

Los ingleses se trajeron su eggnog a las primitivas trece colonias de Norteamérica. La facilidad de conseguir leche y huevos hizo posible que creciera la popularidad de la bebida. Si bien era cierto que de todos modos ésta se encarecía a causa del ingrediente alcohólico usado en Inglaterra, pronto se encontró un magnifico sustituto al brandy: el ron de las islas del Caribe.

Sus ingredientes principales siguen siendo la leche y los huevos, a los que se agregan nuez moscada, azúcar y ron, brandy o coñac, güisqui o bourbon. A veces se utiliza también leche cremosa para hacer más rica y espesa la mezcla. Hoy en día, el eggnog es la bebida tradicional de las festividades navideñas en los Estados Unidos. Las amas de casa guardan celosamente sus recetas, pero al mismo tiempo se puede conseguir fácilmente embotellado en todas las licorerías -con alcohol-, o sin él en los mercados, con leche «entera» o descremada, y hasta con leche de soya.

La crema de vié (así, con acento agudo la suelen pronunciar los cubanos) fue una de las bebidas navideñas tradicionales en Cuba hasta que sus ingredientes comenzaron a escasear tras el arribo del sistema castro-comunista. Desconocida para muchos de los cubanos que viven en la Isla, la tradición y el deleite de saborearla los podemos disfrutar los que lejos de la Patria nos hemos traído la receta en papeles o en la memoria.

Esta tradición no la importamos de Inglaterra ni de España, nuestra metrópoli colonial, aunque no dejara de ser probable que el «eggnog» fuera conocido en La Habana durante la ocupación de los ingleses en el año 1762. Al menos el nombre nos viene de los franceses. De la inmigración francesa y haitiana que se estableció en Santiago de Cuba y otras regiones de la zona oriental de Cuba a comienzos del siglo XIX.

La influencia francesa se dejó sentir en Oriente no sólo en el aspecto económico, sino también en usos y costumbres, platos y exquisiteces de su cocina, de su pastelería y de sus bebidas. Fue improvisándose así una bebida con un nombre que fue clara referencia a «l’eau de vie» francesa aprovechando la abundancia del aguardiente de caña, y surgió un sencillo ponche de leche y huevo al que se le dio el nombre de creme de vie.


Nuestra crema de vie la hacemos hoy en día empleando leche condensada para agregar el más dulce sabor que nuestro paladar exige. A ella se le agregan leche evaporada o leche fresca natural, 5 ó 6 huevos, un almíbar espeso y ya fresco, y ron o aguardiente a gusto. Hay cientos de recetas.

Ana Dolores García
Foto: Google
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2 comentarios:

  1. Querida Lolita, como soy tan mala para la cocina, yo compro el eggnog de McArhur que de verdad está muy bueno.
    Una vez, cuando era soltera, allá en mi Habana querida, me dió por la repostería y todos los fines de semana hacía un dulce del libro de recetas de la Villapol. Usaba tantos huevos, tantos litros de leche, tantas libras de azúcar, etc., etc., y nunca me quedaban las panetelas borrachas, ni el cake de chocolate bien, que mi padre que nos adoraba, para no herirme, me dijo: "Martica, mejor encargamos los dulces a La Gran Vía para que tu no trabajes tanto". En ese momento decidí dejar la repostería.
    Un abrazo,
    Martha Pardiño

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  2. Bueno Martha, no sé que decirte. Siempre he oído que las recetas del libro de Nitza son buenas.

    Tal vez tuviera razón tu padre, todo un caballero español, al no querer que trabajaras tanto.

    ¿Y qué dice Alberto?

    Lola

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