Apuntes
históricos sobre la serie “Isabel” de la tve
¿Por
qué Isabel y Fernando expulsaron a los judíos?
Paloma G Quirós, tve
"No debió de ser del agrado de Isabel".
Teresa Cunillera, asesora histórica de la serie, sorprende con esta declaración
y nos advierte que antes de juzgar el
edicto de expulsión de los judíos, debemos conocer la historia.
Cunillera asegura que la reina se vio obligada a
tomar esta difícil medida ante las presiones que llegaban desde la Iglesia:
" Fue una medida extrema que no solo se dio aquí. Fue algo que sucedió en toda Europa y
que se fue expandiendo."
¿Se
expulsó a los judíos únicamente por una razón religiosa?
Los cuatro historiadores a los que hemos
consultado coinciden, el tema de la expulsión es uno de los más tratados y
controvertidos del reinado de los Reyes Católicos.
Lo primero que les hemos querido preguntar es la
razón ¿Fueron sólo motivos religiosos?
¿O también hubo presiones políticas y sociales?
Ángeles Irisarri, historiadora y autora de Isabel,
la reina, apuesta por que fue un tema de fe: "Cuando los señores Reyes
dictaron el edicto de expulsión, los judíos habían sido expulsados de todos los
países y sólo quedaban dos por adoptar esa medida: Portugal y Austria, que muy
pronto se sumaron al sentimiento generalizado de odio a los hebreos. Es de
decir que, mucho antes de la expulsión Sus
Altezas quisieron convertir a los judíos a la fe cristiana, y mandaron
por todas las ciudades, villas y aldeas, a predicadores que instruyeran a los
herejes en la doctrina de la Iglesia Romana.
Y muchos, escarmentados por las grandes matanzas del siglo XIV y por lo que se vislumbraba que iba a venir, se convirtieron, aunque algunos siguieron judaizando. Contra éstos últimos se estableció la Inquisición." [Es decir, la Inquisición no tenía poder sobre los judíos confesos, sino sobre los judíos conversos que secretamente seguían practicando el judaísmo].
Y muchos, escarmentados por las grandes matanzas del siglo XIV y por lo que se vislumbraba que iba a venir, se convirtieron, aunque algunos siguieron judaizando. Contra éstos últimos se estableció la Inquisición." [Es decir, la Inquisición no tenía poder sobre los judíos confesos, sino sobre los judíos conversos que secretamente seguían practicando el judaísmo].
Por su parte, Óscar Villarroel, profesor de
Historia de la UCM, tiene claro el origen de la decisión: "Es una razón
puramente religiosa posiblemente, pero una razón de Estado en cierto modo."
¿Por qué hablamos también de razón de Estado? Al hilo de lo que dice Villarroel, una de sus colegas de departamento en la Universidad, María Pilar Rábade, asegura que detrás de la expulsión también hubo otros motivos:
- Causas políticas: "Estamos en unos tiempos en los que era habitual usar la religión como arma de cohesión política, así que se valoraba muy positivamente que todos los súbditos de un monarca compartieran una misma religión, sin fisuras ni diferencias."
- Causas sociales: "Vinculadas, entre otras cosas, con la animadversión que buena parte de la población cristiana sentía hacia los judíos."·
Y es que, como dice Teresa Cunillera, en ese
momento existía un grave problema de convivencia: "Se fue viendo que
muchos conversos continuaban con sus costumbres judías. Su cultura no se podía
borrar de la noche a la mañana. Los
cristianos temían que los judíos que vivían en los reinos de Castilla
y Aragón pudieran influir sobre los conversos."
Pero la asesora histórica de la serie cree que
detrás de la expulsión del pueblo hebreo también hubo muchos intereses políticos.
El propio Fernando podría ser uno de los beneficiados: "La Inquisición ya
se había visto que era un elemento muy eficaz, y ya la expulsión era dejarlo todo bajo su control. Todos iban a
ser súbditos que iban a estar bajo una misma ley." Recordemos que los
judíos obedecían directamente a los reyes, rigiéndose por diferentes, y a
veces, ventajosos códigos.
¿Y no hubo razones económicas detrás de esta tajante medida? Rábade no lo cree: "Lo que sí que podemos descartar es que los reyes pretendieran beneficiarse económicamente con la expulsión, pues desde ese punto de vista las consecuencias fueron negativas."
¿Ganaron
Castilla y Aragón con la expulsión de los judíos?
Ya hemos visto que Rábade cree que los reinos de
la península salieron perdiendo con la marcha ¿Por qué?: "Perdieron
población, en un momento en el que no se podían permitir ese lujo, debido,
entre otras cosas, a la existencia de tierras recién conquistadas que había que
poblar. Perdieron también a una población formada esencialmente por artesanos y comerciantes,
caracterizados por su gran dinamismo económico, con todo lo que esto implica.
Otro aspecto negativo es que contribuyó a incrementar la presencia del criptojudaísmo, pues
muchos de los que se convirtieron entonces al cristianismo lo hicieron
solamente por no tener que dejar la tierra en la que habían nacido… Pero en su
momento todo esto no se valoró, las consideraciones que se hicieron fueron de
otra índole". Villarroel es de la misma opinión: "Se pierde en riqueza cultural, económica,
social...desde luego nadie salió ganando."
Teresa Cunillera prefiere mostrarse más
cautelosa. Como ella dice, es mejor no entrar en el juego del "Y
si..". Asegura que "es algo que ocurrió en el pasado y tenemos
que aceptarlo en el presente."
Sin embargo, Ángeles Irisarri nos dice que no
cree que los reinos de Aragón y Castilla salieran perdiendo: "Cierto que
los judíos se habían dedicado al comercio pero, en este momento había ya muchos
burgueses cristianos que trabajaban en él, incluso había prestamistas y
banqueros, que iban de feria en feria y de mercado en mercado, a vender sus
mercancías. Además, parece que la
mayoría de los judíos se convirtieron, buena parte de mala gana, y fueron
bautizados. En sus estudios Julio Valdeón sostiene que, tras el edicto
expulsión salieron de España unos 20.000 judíos, cifra muy lejana a los cientos
de miles que se manejaban anteriormente. Es lógico que la mayoría renunciaran a
la religión de sus ancestros, pues en Castilla y Aragón tenían sus propiedades
y sus cosas grandes y pequeñas, y porque esas tierras eran tan hebreas como
cristianas, dado que cristianos y judíos habían nacido y vivido en el solar
hispano, y no era cuestión de abandonar
o malvender lo que tenían."
¿Cuántos
judíos se fueron de España? ¿Cuántos se convirtieron?
Llegamos a un punto delicado en el que las
fuentes que hemos consultado no se ponen de acuerdo... ¿Cuántos se fueron?
¿Cuántos se bautizaron?
Solo hay un punto en el que los cuatro coinciden: Isabel y Fernando esperaban más conversiones
de las que realmente se produjeron.
Óscar Villarroel nos explica que es difícil
cuantificar el éxodo: "El problema es que de aquella época no se conservan
muchos libros de parroquias donde se reflejarían bautizos."
Irisarri, basándose en los datos que proporciona
Valdeón, asegura que hubo muchísimas conversiones. Fueron más los judíos que
permanecieron que los que se fueron. Nos cuenta que algunas investigaciones
apuntan a que solo hubo 20.000
exiliados.
Todo lo contrario opina Rábade. Según los números
que maneja esta profesora de Historia, la
cifra de los que se fueron supera, y por mucho, al de bautizos: "Sí
que es cierto que hubo muchos exiliados
que acabaron regresando, en un lento goteo que se extendió hasta los
primeros años del siglo XVI; normalmente, se trataba de personas que se
enfrentaron a unas circunstancias tan duras tras su marcha, que al cabo de un
tiempo optaron por volver, aunque eso implicara el bautismo. Aunque los recién
convertidos quedaban expuestos a la actuación inquisitorial, sí que es cierto
que se trató de fomentar su integración; sabemos también que el propio Fernando
aconsejó a los inquisidores que fueran benevolentes con ellos, teniendo en
cuenta sus circunstancias personales."
¿Y qué
pasó con los judíos de la corte?
Hemos
visto a Isabel siempre rodeada de judíos fieles a la Corona. Cuando llegó el
momento de que eligieran entre dejarlo todo y marcharse o pasar por la pila
bautismal... ¿Qué hicieron los judíos de la corte?
Rábade nos asegura que hubo un poco de todo. Ya
hemos visto en la serie a Abraham
Senior recibiendo las aguas bautismales junto a los reyes, Isabel y Fernando
fueron sus padrinos. Y es que aquella conversión fue mucho más
que un sacramento: "El acto se celebró en el monasterio de Guadalupe y
tuvo una utilización propagandística,
pues ahí los reyes trataron de conseguir que muchos hebreos siguieran su
ejemplo."
Pero también hubo judíos que prefirieron su fe
antes que a la reina. Ángeles Irisarri nos habla de uno de los casos más
sonados: "Otro judío famoso y muy rico, llamado Isaac Abravanel, prefirió no abjurar de su religión y partir para
el exilio, ayudando a todos los que le fue posible."
¿Dónde
fueron los hebreos expulsados?
Los destinos fueron muy diferentes. Óscar
Villarroel nos explica que muchos de ellos partieron al norte de África... y desde allí se
dirigieron al Imperio Otomano, en la zona de Bosnia hubo muchísimos sefardíes. También los hay que
encontraron asentamiento en los Países
Bajos, donde se les volvía a permitir vivir.
María Pilar Rábade destaca que muchos judíos
castellanos se dirigieron a Portugal:
"Quizá también porque algunos confiaban en que los reyes no tardarían
mucho en revocar su decisión y permitirles regresar. Otros embarcaron en
diversos puertos con la intención de instalarse en Estambul, la antigua
Constantinopla, pues los turcos eran bastante tolerantes con los judíos. Muchos
acabaron en el norte de África y otros se dirigieron a Roma, pues allí, aunque pueda resultar difícil de creer, se
permitía la presencia de judíos."
Fueran donde fueran, Ángeles Irisarri está
convencida de que todos echarían de menos Sefard, la península
Ibérica, "suponiendo que este nombre propio se utilizara, desde
época romana, para designar a España y Portugal, como apuntan algunos
historiadores".
¿Cuándo
pudieron volver los judíos a España?
Desde luego mientras los Reyes Católicos
siguieron reinando, no. Y en los siglos siguientes tampoco.
Irisarri se muestra rotunda: "No volvieron nunca. Los expulsados se establecieron en tierras musulmanas y turcas. En pueblos y ciudades, y cuando hicieron dineros, pues abonaron tributos a reyes y sultanes, se establecieron cerca unas familias de otras, estableciéndose las juderías."
Y es que, como nos cuenta Rábade, durante mucho
tiempo su regreso era arriesgado: "Los Reyes Católicos sólo permitían su
regreso si lo hacían ya bautizados o se comprometían a hacerlo en la primera
población situada bajo su autoridad a la que llegaran. Los que no cumplían con
esas condiciones se enfrentaban a la
pena capital."
"Hoy en día hay judíos en España y no creo
que su regreso se produjera antes del siglo XVIII" Es lo que asegura
Villarroel que, incluso, va más allá: "Especialmente la mayor parte de la
población judía regresaría a
partir del siglo XIX".
Y es muy curiosa la historia que nos cuenta
Teresa Cunillera. Acostumbrada a tratar con multitud de gente y de visitantes
extranjeros por su trabajo como guía turística en Segovia, asegura que son muchos los sefardíes que siguen volviendo
a día de hoy: "Vienen con una llave. No sé si es como un mito dentro de su familia. Pero sí que
lo tienen como algo que se han podido transmitir de una generación a otra
generación. Como una promesa o esperanza de volver a esa tierra."
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