Mandela,
guerra
en familia
por
los $14 millones que deja
Se casó en tres ocasiones. Con Evelyn
Ntoko Mase estuvo entre 1944 y 1957. Tuvieron cuatro hijos. Con Winnie
Madikizela-Mandela estuvo casado entre 1958 y 1996. Tuvieron dos hijas. Con 80
años, se casó con Graça Machel, política y activista social en favor de los
niños de Mozambique.
Las relaciones entre unos y otros
nunca fueron fáciles y resulta triste decirlo, pero la realidad es que ahora
que el premio Nobel de la Paz ha muerto, empieza la verdadera guerra. ¿El
motivo? Su fortuna. Según «The Guardian», está valorada en 14 millones de
dólares. Y sólo en 2012, la Fundación Mandela entregó a su «fundador» 208.000
euros, según el diario surafricano «Beeld».
En verano, cuando el ex mandatario aún
luchaba por las últimas bocanadas de aire, su prole ya empezó de lleno la lucha
por reclamar su legado, su imagen y su potencial para hacer dinero: camisetas,
vinos, «realities»... Todo vale. En el país del arcoíris (como lo llamó Desmond
Tutu), Mandela es un símbolo omnipresente hasta el punto de que un publicista
propuso rebautizar Suráfrica para llamarla ahora Mandelia.
Sus organizaciones benéficas, en su
mayoría, están dirigidas por patronatos ajenos a la familia. Sus hijas Makaziwe
y Zenani, junto a 17 miembros de la prole y el antiguo abogado del político,
Ismael Ayob, pelean ahora en los tribunales por recuperar las marcas y expulsar
de los conglomerados a su actual representante, Bally Chuene, al letrado George
Bizos y el ministro Tokio Sexwale.
En 2004, el propio Mandela llevó a
juicio a Ayob, asegurando que le hizo firmar sin su conocimiento la cesión de
sus derechos y sus marcas a la empresa Tinancier, de la que son directoras sus
hijas. Éstas han denunciado a su padre por retirarlas de las compañías.
«Es innecesario que mi abuelo en su
vejez tenga que pasar tanto dolor. No me esperaba que fueran sus propias hijas
las que no protegieran su dignidad», dijo entonces Mandla Mandela, nieto del ex
presidente surafricano. Arremetió duramente por la cacería contra los bienes de
su antecesor, cuando éste aún estaba vivo. El problema es que él mismo había
sido acusado de hacer negocio con su muerte.
La historia
viene de lejos. En verano, varios miembros de la familia llevaron a los
tribunales a Mandla para poder exhumar los cuerpos de tres de los hijos del ex
presidente y que pudiesen ser enterrados en el cementerio de la familia en
Qunu, donde Mandela dijo que quería ser sepultado.
Mandla
ordenó hace dos años retirar los tres cuerpos del panteón de la familia Mandela
en Qunu, en la provincia Oriental del Cabo, y enterrarlos en Mvezo, donde ahora
se construye un centro conmemorativo, que muchos interpretan como un intento
para asegurarse de que Mandela fuera sepultado allí para sacar provecho
económico.
Los medios locales, que no escatiman
al ofrecer escabrosos detalles de cada enfrentamiento, aseguran que Mandla
llevó a cabo las exhumaciones sin el consentimiento de otros miembros de la
familia, entre ellos la hija mayor de Mandela, Makaziwe, quien pretendía que su
padre fuera enterrado en Qunu, localidad ubicada a 20 kilómetros y donde
finalmente descansará.
Fuente:
La Razón, Madrid.
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