¿Fue Inútil el Sacrificio?
Por Elsa M. Rodríguez
El Día de Dar Gracias de 1999 nos trajo un niño
del mar. Su madre, Elizabeth Brotons, se había arriesgado a entrar en una
precaria balsa para viajar con su hijito fuera de Cuba, donde la vida le
resultaba imposible y donde ella estaba convencida que su hijo no tendría
futuro. Tristemente, ella perdió su vida en esta travesía, pero consiguió su
propósito, pudo sacar a su hijo del infierno comunista de la dictadura totalitaria
de Fidel Castro.
Como una aparición, algo casi inexplicable, el
pequeño Elián González fue encontrado en el mar por dos pescadores que estaban
cerca, venía en una especie de balsa que no era otra cosa que una cámara de
neumático. En aquel momento todo el mundo vio en este niño que llegaba a las
costas del sur de la Florida, un mensaje divino, se decía que había podido
llegar porque le habían protegido unos delfines.
En Miami, la familia de su padre le acogió y de
la noche a la mañana se convirtió en un héroe nacional, especialmente para los
cubano-americanos residentes en el área, los canales de televisión tanto
hispanos como de habla inglesa se disputaban sacar su imagen en la pequeña
pantalla. Pero la alegría para los que le recibieron, sus familiares y amigos y
todos los cubanos que lo veían con mucho amor, duró poco, su padre vino a
buscarle y por razones más bien de tipo político fue devuelto a la isla.
Todos pensábamos que no sería bueno para el niño,
ya que este había demostrado que le asustaba simplemente ver la cara del
dictador cubano, pero nada se pudo hacer.
Hoy, después de 13 años de que Elián volvió a
Cuba, tenemos que aquel niñito que era símbolo del amor de Dios y de la Gracia
Divina porque gracias a su poder se salvó de morir ahogado en el mar como su
madre, vemos que el sacrificio que ella hizo fue en vano, porque lejos de ser
un enviado de Dios, hoy el ya hombre Elián González, habla como un agente del
Diablo, solo basta con escucharle decir que si el creyeran en algún dios, éste
sería Fidel Castro. Para los cubanos exiliados, Fidel Castro es peor que
Satanás. No hace falta añadir nada más.
Elsa M. Rodríguez
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