15 de noviembre de 2013

Los derechos no tienen color político


"Los derechos no tienen color político",
asegura la hija de Payá

En momentos en que Naciones Unidas aprobó la inclusión de Cuba en su Consejo de Derechos Humanos, junto a cinco países más que sistemáticamente violan derechos fundamentales, la activista Rosa María Payá se encuentra en Bruselas, reuniéndose con eurodiputados de diferentes tendencias políticas, con el propósito de seguir impulsando la democracia en Cuba y buscar apoyo para una investigación internacional sobre las muertes de su padre, el opositor Oswaldo Paya Sardiñas, Líder del Movimiento Cristiano de Liberación (MLC), y Harold Cepero, a mediados de 2012 y atribuidas a una operación del Gobierno cubano.

Para muchos, la ONU tomó una decisión política por encima de los derechos humanos, desilusionando a las víctimas que esperan su apoyo en muchas partes del mundo. Muchas organizaciones han protestado ante la organización internacional. Sobran los informes que recogen graves violaciones de los gobiernos de Rusia, China, Vietnam, Argelia, Arabia Saudí y Cuba contra las libertades de expresión, reunión, prensa, religión.

No son pocos los ciudadanos del mundo que hoy se preguntan: ¿cómo un Gobierno que viola sistemáticamente los derechos humanos va a integrar una comisión mundial de Derechos Humanos?

No somos un grupo de ingenuos. Sabemos que el Gobierno cubano es capaz de involucrar a muchos en su intento por encapuchar el horror contra un pueblo que en 54 años nunca lo ha elegido libremente. Un pueblo que subsiste sin derechos fundamentales y es reprimido cada vez que intenta expresarse de manera alternativa. Sabíamos que Cuba estaría en el Consejo de DDHH para vergüenza de la ONU. Pero haremos que con o sin el doble estándar y la complicidad de quienes defienden intereses por encima de la paz y la democracia, el verdadero rostro de la junta económico-militar sea expuesto.

El problema de los cubanos lo debemos resolver los cubanos. Y para eso mi padre y muchos otros nos han legado todas las herramientas. Esperamos contar con el apoyo de la comunidad internacional de buena voluntad, pero trabajaremos por los derechos y el plebiscito que inicie un proceso de transición, y que los cubanos puedan elegir libremente y en la pluralidad el futuro que desean para su nación. Como hemos dicho en otras ocasiones: no esperamos solidaridad por un gesto generoso con un pueblo que hace tantas décadas anhela una transición hacia la democracia. Esperamos la solidaridad, porque el Gobierno dinástico y totalitario de Cuba es una amenaza para las democracias del mundo.

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