JUAN CLARK:
La tragedia del suicidio
Por
José Clark**
El 27 de febrero del 2013, mi vida
cambió para siempre. Mi héroe, mi roca y mi ídolo –mi padre– hizo lo
inimaginable y se quitó la vida. Mi padre sufría de una de sus numerosas
depresiones, pero nunca esperé algo así. Todo mi mundo se derrumbó, y esto
devastó a toda nuestra familia y a todos los que lo conocieron. La historia se
había repetido.
¿Quién fue Juan Marcial Clark? Mi
padre fue un hombre asombroso, noble y amable que quiso mucho a su familia. Fue
un gran padre, esposo, hijo y hermano. Mi padre fue un hombre de mucha fe y
tenía un corazón de oro. Siempre trataba de ayudar a los además y le era muy
difícil decirle que no a la gente. Fue una persona muy humilde y muy
respetuosa. Fue un hombre de honor, de integridad y de compasión. Fue un
patriota y un sabio dispuesto a dar su vida por su amada Cuba. Dedicó su vida a
su familia y a la causa cubana.
Mi padre padeció de depresión por
muchos años. Tuvo uno de sus primeros episodios cuando estaba en el Seminario
Jesuita, en Cuba, a mediados de la década de 1950, que lo llevó a dejar el
seminario. Toda la familia de mi padre por el lado materno padecía de depresión
después de una terrible tragedia.
El abuelo de mi padre sufrió la
trágica pérdida de su esposa, dos hijos, su trabajo y su dinero. No vio otra
salida que quitarse la vida. Los hijos sobrevivientes encontraron su cadáver y
quedaron traumatizados. Todos padecieron de depresión por el resto de sus
vidas. En nuestra familia no se podía hablar de esta tragedia.
Sabía que mi padre estaba deprimido
pero pensé que lo superaría con el tiempo, como había hecho en el pasado. Mi
padre había padecido de depresión anteriormente y hasta estuvo hospitalizado.
Nunca imaginé que se quitaría la vida. Pensaba que como era católico, nunca
contemplaría el suicidio. Sé que mi padre estaba exhausto físicamente,
emocionalmente y mentalmente, y no pudo soportarlo más.
En una carta, culpó a su deteriorada
salud y a la recurrencia de su depresión, entre otras cosas. Lo que mi padre y
muchas personas que se suicidan no entienden es la cantidad de destrucción y
devastación que dejan. Es como una zona de guerra después que se ha lanzado una
bomba atómica, donde la destrucción y las ondas expansivas se sienten a muchas
millas de distancia y las víctimas tardan mucho en sanar.
Cada 13.7 minutos alguien se suicida
en Estados Unidos. Casi un millón de personas hace un intento de suicidio cada
año. El 90 por ciento de los que se suicidan tienen un trastorno psiquiátrico
diagnosticable y tratable en el momento de su muerte. Los hombres tienen cuatro
veces más probabilidades de suicidarse que las mujeres, pero las mujeres hacen
tres veces más intentos de suicidio que los hombres. El suicidio es la tercera
causa de muerte entre las personas de 15 a 24 años, la segunda entre las
personas de 25 a 30, la cuarta entre las personas de 35 a 54 y la octava entre
las personas de 55 a 64.
El índice de suicidio ha aumentado
desde el 2000 y está en su punto más alto en 15 años. En el 2011, Estados Unidos
ocupó el lugar número 34 en todo el mundo en índice de suicidios.
He padecido de depresión y es la peor
sensación del mundo. Uno pierde todo el impulso y la motivación, y solo quiere
estar echado en la cama todo el día. Uno se siente acobardado y aterrorizado de
pedir ayuda porque piensa que es una señal de debilidad. Como me dijo mi
esposa: “La depresión no es una señal de debilidad; lo que pasa es que has sido
tan fuerte por tanto tiempo que al final te desplomas porque la mente ya no lo
soporta más”. La depresión es lo más difícil que he experimentado en mi vida,
más difícil incluso que mis experiencias en las fuerzas armadas.
Si usted es una de las millones de
personas que padecen de depresión, olvídese de su orgullo y hable con alguien
que lo pueda ayudar. No tema buscar ayuda profesional. La Línea Directa
Nacional de Prevención del Suicidio es 1-800-273-8255.
La enfermedad mental, la depresión y
el suicidio son problemas graves. La depresión no discrimina. Es una enfermedad
tan mortal como el cáncer.
**José Clark es hijo del profesor
cubano Juan Clark, recientemente fallecido. Escribió esta columna con la ayuda
de su hija Jacqueline.
Publicado en El Nuevo Herald
Remitido por Ramón H. Ramos y Joe Noda
¿Por qué se suicidó Juan Clark, el primero que me propuso afiliarme a algún partido o grupo en USA? Yo entonces preferí buscarme trabajo por mi cuenta. Nunca intenté explotar mi condición de exprisionero político cubano. Amo el silencio de mi soledad, amo la condición itinerante de mi espíritu, amo los relatos de guerreros solitarios. Ella, desde Camagüey, me envió el mejor elogio jamás escuchado: Para ella soy el Richard Gere del filme "El primer caballero".
ResponderEliminarNapoleón Lizardo