19 de abril de 2013

HORMIGUERO



Hormiguero
Elsa M. Rodriguez

Siempre he comparado a la desaparecida Unión Soviética con un Hormiguero. Desde que comenzaron a moverse los hilos del izquierdismo en el mundo, tuvieron su mejor acogida en Rusia, donde el sistema que imperaba en aquel momento era el Feudalismo, bajo el cual una persona era dueño y señor de todo un pueblo y de todo un país, y donde las diferencias sociales eran exageradamente abismales, por lo tanto, allí se encontraba el caldo de cultivo para que dieran frutos las ideas de una aparente liberación de las masas y de una eliminación del señor feudal que tenía todo el poder y el dinero del que el pueblo carecía y que encima era producto del trabajo abusivo y esclavo que ese pueblo hacía para ese señor.

Tenía sentido el triunfo del Sistema Socialista en aquel lugar. Solo que tal como en un hormiguero, las primeras hormiguitas procrearon y aumentaron su poder y su control, eliminaron aquellos que para ellos eran zánganos como se hace en las colmenas de abejas y ellas, la masa dirigente, tomó el mando. Solo que como sucede siempre es necesaria una cabeza para organizar las cosas y por eso surge el Partido para poder controlar a todas las hormiguitas o todos los seguidores de esta doctrina, a quienes se dirigían como sus salvadores, pero que los utilizaban para la continuación de una ideología que nació enferma. Y ese hormiguero creció y creció, tanto que otros campos lejos de allí, por ejemplo el resto de Europa y los Estados Unidos de Norte América sintieron miedo de que también en sus terrenos se estableciesen hormigueros similares y comenzaron a hacerle la lucha. Tanto y tanto se le enfrentaron que con el tiempo, rompieron el hormiguero, es decir "cayó el Muro de Berlín" y se deshizo la Unión Soviética.

Pero ¿qué sucedió con las hormiguitas? Esas no murieron cuando se destruyó el hormiguero, porque si bien es cierto que éste desapareció ellas no fueron eliminadas, y pasó lo que pasa siempre, surgieron nuevos hormigueros. Ya no era uno grande y poderoso pero localizado en un punto del patio, ahora se convirtieron en muchos pequeños hormigueros.

Y es que dicen los expertos que cuando las hormigas se establecen en una raíz, hay que eliminarlas utilizando ajo como se hacía en la antigüedad contra los representantes del diablo, o poderosos insecticidas en forma de bolitas o "bombitas" que destruyan el grupo de hormigas. Las hormigas de por si no son dañinas para el ser humano, pero unidas si pueden hacer mucho daño, acaban con las raíces de los árboles, se comen los frutos y las semillas y no producen nada, solo se sirven de lo que hay por eso es que se hace necesario eliminar los hormigueros y hacerlo de forma que no puedan las hormiguitas juntarse nuevamente para crear otro cerca o algo más lejano de su hormiguero de origen.

La izquierda como las hormiguitas del hormiguero se regó por todo el mundo y aunque ya el hormiguero mayor no exista, ahora tenemos pequeños grupos que están acabando con todo el bien creado por gente que produce, y que trabaja para todo el mundo no solamente para el mundo de su hormiga cabezona que es quien las controla como si de títeres se tratara.

Está visto que la vida es como el traspatio de nuestras casas, en cuanto nos descuidamos se llena de yerbas malas y de hormigueros con hormigas locas y malas que éstas no son como las laboriosas y que trabajan para el futuro sino que están listas para salir y herirte allí donde más te duele. Cuidemos nuestros patios.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL

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