María Elena García Hernández
6 de febrero de 2011
Alrededor de las 4 de la tarde el pueblo de Santa Cruz del Sur se encaminó hacia la carretera, que nosotros llamamos central donde se esperaba con gran entusiasmo la bendita imagen. A partir de Monte Grande Adentro los devotos de la Virgen a lo largo de 30 Km de carretera, portando estampas de la Virgen, signos religiosos, pencas y flores daban la bienvenida a la Madre querida.
Sobre las 6:10 pm se divisaba la camioneta de la Virgen desde el nuevo barrio donde habitan los damnificados del huracán Paloma.
Cerca del parque la banda municipal tocó la diana mambisa y el Himno Invasor, haciéndonos recordar que cuando comenzó la invasión a occidente las madres, las esposas e hijos colocaban la medida de la Virgen sobre los cuerpos de los mambises.
¡Una bienvenida mambisa a la Virgen Mambisa!
Cantamos “del cielo ha bajado la Madre de Dios, cantemos el ave a su concepción. No quiere venganza, odio ni rencor, que debe entre hermanos reinar el amor”.
Delante de la Virgen caminaban 8 mujeres con cuatro banderas blancas, signo de paz, dos cubanas y la del Vaticano.
Entre toques de campanas, vivas, cantos alegres entró la Virgen al patio de la Iglesia, convertido en un gran templo, presidida por la Cruz Santacruceña en forma de ancla.
El niño de 11 años Yusleyner Díaz Maldonado entonó la canción “Aquí Virgencita” cuyo estribillo es “que viva la Reina del pueblo cubano, la que con sus manos sembró rosas bellas y puso en el cielo millares de estrellas”.
En las palabras de bienvenida el P. Iván Rodríguez Jevey nos dijo:
“Hacemos fiesta hoy por ti pues tu eres sin distinción la Madre grande de los cubanos.
Hacemos fiesta pues qué cubano en los momentos duros no te recuerda y te invoca, como Madre al fin que eres.
Hacemos fiesta pues tú eres la Virgen de los Mambises de nuestros abuelos y de nuestros padres.
Hacemos fiesta pues no se puede hablar de ti, sin pensar en nuestro himno cantado a la sombra de la Iglesia y que al cantarlo uno siente el orgullo de ser cubano, hijo de esta tierra hermosa de la cual tú eres Patrona y Reina.
Hacemos fiesta pues no se puede hablar de ti, sin pensar que la bandera de Carlos Manuel de Céspedes fue hecha con la tela del mantel de tu altar.
Hacemos fiesta porque tú, Virgen de la Caridad, eres parte de nuestra historia, eres tradición de casi cuatro siglos, eres cubana, eres criolla, eres mambisa, eres nuestra Madre con todo lo que esto implica”.
A las siete de la noche celebramos la Eucaristía presidida por el Arzobispo de Camagüey . El Diácono Albio Reyes Dorta proclamó el Evangelio de las bodas de Caná. Terminada la Eucaristía todos se acercaron a la imagen mirándola, rezándole, ofreciéndole flores y velas.
Gracias, Virgencita, por traernos el vino de la Caridad.
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