12 de agosto de 2009

El periodismo en jaque

Olga Connor
El Nuevo Herald

¿Se acaba el periodismo impreso? Este fue el tema de un controversial simposio que reunió a periodistas de Miami y «blogueros» de Cuba para conversar sobre La crisis del periodismo en el siglo XXI, presentado por Ediciones Universal y la Asociación Nacional de Educadores Cubano-Americanos (NACAE), en la Casa Bacardí del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano Americanos. Participaron Helen Aguirre Ferré, Manuel Vázquez Portal y Alberto Müller -autor del libro Retos del periodismo- y, desde Cuba, Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar. El moderador fue Eduardo Zayas Bazán y la bienvenida estuvo a cargo de Federico Justiniani.

Lo curioso fue que el concepto de credibilidad fue la piedra de toque de la noche para los periodistas de la letra impresa. Ferré, Portal, Müller, y también los que representaron la importancia de la internet y de los blogs, Sánchez y Escobar, en un vídeo enviado desde Cuba (la conexión telefónica en vivo no funcionó). En mi opinión el tema de la redibilidad está relacionado con los blogs, que en países de prensa libre tienden a ser más personalistas y menos objetivos. La exigencia de objetividad en el periodismo tradicional es el fundamento de la credibilidad y se basa en puntos de vista diversos para dar las diferentes aristas de una historia a un lector que quiere saber la verdad. Sin embargo, este reto específico no fue tema de la discusión, sino más bien se resaltó la importancia del blog en las sociedades sin libertad de prensa.

Los panelistas
Helen Aguirre Ferré, directora de Opinión del Diario Las Américas, sí manifestó que cualquier cosa que tenga pantalla grande o chiquita es el reto al periodismo tradicional, una revolución tecnológica que ha cerrado varios periódicos, entre ellos el Seattle Post-Intelligencer y el Christian Science Monitor, que sólo se ven en internet. Ella no lo atribuye a las fallas económicas sino a la falta de credibilidad de los periódicos. Un ejemplo, la información sobre Cuba fuera de Miami es presentada de modo parcial. En casos así el público desconfía. «Lo que más nos debía preocupar es cómo afecta a la nuestra democracia», declaró.

Manuel Vázquez Portal comparó el periodismo en Cuba con el del resto del mundo libre. El formó parte del periodismo independiente, que él calificó de alternativo, porque todo periodismo debe ser independiente. «Éramos un grupo de profesionales cansados de mentir», dijo, «lo que me hizo pensar que el concepto de independencia era una entelequia. Y que más que un derecho, es una necesidad». Por supuesto, iban a depender de soportes económicos que no eran de su propiedad, por eso el gobierno los acusó de mercenarios, pero la prensa universal necesita mecanismos para subsistir.

«El periodismo es la historia del presente que discurre», dijo Vázquez Portal. «No hay verdadera historia objetiva, la historia es la de los vencedores, y no hay libertad de expresión sin libertad mediática». La «blogosfera» de hoy, afirmó, es la heredera de la prensa independiente, que comenzó Nancy Pérez Crespo operando desde Miami.

Finalmente, Alberto MUller insistió en que el periodismo no debe tener protagonismo ni ser especulativo. Mencionó al recién fallecido Walter Cronkite como modelo de periodismo objetivo («El decía lo que pasaba»), e insistió en que «la credibilidad es más importante que la objetividad». Luego afirmó, con Max Weber, que «no hay nada más despreciable que practicar una ética que busca la razón». «No somos eje, somos eco». concluyó.

La «blogosfera» cubana
«Es una gran aventura colocar nuestros textos en ciberespacio». señaló Yoani Sánchez a través de un video, los blogs se ocupan de una buena parte de lo que era periodismo tradicional, pero hay obstáculos en la infraestructura material, porque «es una intrernet minusválida», declaró. ¿Cómo se puede llegar al público cubano? Hay represión contra individuos que se arriesgan a pasar una información, dijo, y «alguien puede ser radiactivo por estar «blogueando con nombre propio».

«Los bloggers son como los martillos que golpeaban el Muro de Berlín», afirmó Sánchez, destacando que esta generación de 35 años en Cuba, que antes pensaba en la emigración, se manifiesta ahora digitalmente. Lo importante es que en Cuba el periodismo digital no pone en jaque al periodismo tradicional, que es oficialista y no informa sobre nada que le estorbe.

Esto lo ilustró Reinaldo Escobar, recordando que en la prensa oficial no fueron testigos de la caída del muro de Berlín, ni del hombre en la luna, ni lo son ahora de las damas de blanco, sino para criticarlas. «En Cuba lo que impera es el secretismo y el ocultismo». No se habla en el periodismo oficial de los problemas de los cubanos, de los salarios que no alcanzan para vivir, eso se oculta, dijo: Siempre se dice que Cuba es el mejor de los mundos posibles. Por eso no hay credibilidad. El pueblo busca información por Radio Martí, y por parabólicas, que son antenas clandestinas, y por el periodismo independiente que lo hacen fuera y llega a Cuba.

Olga Connor,
olconnor@bellsouth.net
El Nuevo Herald, 11 de agosto de 2009


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