Ana Dolores García
El nombre de Luis Casas Romero tal vez no haya trascendido mucho a la popularidad y, sin embargo, desde hace casi un siglo su criolla El Mambí ha sido cantada de generación en genración y sigue compartiendo hasta hoy día, junto a La Bayamesa de Sindo Garay, el sitio de honor de la canción patriótica tradicional. Fue un valiente mambí, un destacado músico y compositor y un pionero de nuestra radio.
Luis Casas Romero nació en Camagüey el 24 de mayo de 1882, en la casa número 95 de la calle Pobres -ahora Padre Olallo-, casa hoy marcada con el número 462. Con apenas 14 años se unió a las filas del Ejército Libertador bajo las órdenes del General Lope Recio. Ya desde antes, a los 9 años, había comenzado sus estudios musicales. Pronto escogió la flauta como instrumento preferido y con ella formaba parte de las bandas infantiles de su ciudad natal.
Regresó de la guerra herido en una pierna y antes de la inauguración de la República, a la muerte de su padre ocurrida en 1901, aquel joven de 19 años se convirtió en tipógrafo, corrector de pruebas, cajista de imprenta y crítico musical. Después marchó a La Habana dejando establecida en Camagüey la Banda Infantil, de la que fue fundador. Tenía entonces 22 años.
En la naciente República -1904- Casas Romero encontró amplio campo para sobresalir como director de bandas y orquestas y como compositor. Sólo cinco años le hicieron falta para convertirse en Profesor del Conservatorio Nacional de Música, al mismo tiempo que grababa para la RCA Víctor al frente de su propia orquesta, y fungía como Director de la Banda del Regimiento de Infantería de La Habana.
En 1912 compuso una pieza que ha pasado a formar parte del patrimonio musical de nuestro pueblo, El Mambí, a la que muchos reconocen como la primera criolla concebida en Cuba, con características propias que la diferencian de la precedente criolla dominicana.
Organizó la Banda de Artillería del Ejército y llegó a ser Director de la Banda del Estado Mayor con el grado de Capitán. Formó parte también de las orquestas que actuaban en los espectáculos de los teatros habaneros como el Martí, de cuya orquesta fue director.
Casas Romero no fue solamente un músico brillante, sino un avanzado innovador. Fue él quien trajo a La Habana en 1918 la primera fábrica de rollos de pianola que tanto deleitaron a nuestros abuelos. Asímismo, fue pionero de la radiodifusión cubana al instalar su planta de radioaficionado 2LC y realizar las primeras trasmisiones el 22 de agosto de 1922.
Estas primeras trasmisiones de nuestra radio comenzaban poco antes de las 9 de la noche con una llamada de atención, luego se escuchaba el tic-tac de un reloj y a las nueve se oía el cañonazo desde la fortaleza de La Cabaña. Luis Casas Romero interpretaba entonces un acorde de corneta y decía: Son las nueve en punto. La trasmisión se completaba con un boletín sobre el estado del tiempo.
Aunque el 10 de octubre del propio año fuera inaugurada la -para aquella época- poderosa radioemisora PWX de la Cuban Telephone Company, que contaba con amplios estudios y más potentes trasmisores, es indudable que Casas Romero fue el primer cubano en producir emisiones radiales de forma estable aunque fueran breves.
Luis Casas Romero falleció en La Habana en 1950. Enriqueció nuestra música con unas 500 partituras, 23 zarzuelas y 100 criollas, y sobre todo con esa pieza imperecedera El Mambí y el bello bolero Si llego a besarte.
Luis Casas Romero nació en Camagüey el 24 de mayo de 1882, en la casa número 95 de la calle Pobres -ahora Padre Olallo-, casa hoy marcada con el número 462. Con apenas 14 años se unió a las filas del Ejército Libertador bajo las órdenes del General Lope Recio. Ya desde antes, a los 9 años, había comenzado sus estudios musicales. Pronto escogió la flauta como instrumento preferido y con ella formaba parte de las bandas infantiles de su ciudad natal.
Regresó de la guerra herido en una pierna y antes de la inauguración de la República, a la muerte de su padre ocurrida en 1901, aquel joven de 19 años se convirtió en tipógrafo, corrector de pruebas, cajista de imprenta y crítico musical. Después marchó a La Habana dejando establecida en Camagüey la Banda Infantil, de la que fue fundador. Tenía entonces 22 años.
En la naciente República -1904- Casas Romero encontró amplio campo para sobresalir como director de bandas y orquestas y como compositor. Sólo cinco años le hicieron falta para convertirse en Profesor del Conservatorio Nacional de Música, al mismo tiempo que grababa para la RCA Víctor al frente de su propia orquesta, y fungía como Director de la Banda del Regimiento de Infantería de La Habana.
En 1912 compuso una pieza que ha pasado a formar parte del patrimonio musical de nuestro pueblo, El Mambí, a la que muchos reconocen como la primera criolla concebida en Cuba, con características propias que la diferencian de la precedente criolla dominicana.
Organizó la Banda de Artillería del Ejército y llegó a ser Director de la Banda del Estado Mayor con el grado de Capitán. Formó parte también de las orquestas que actuaban en los espectáculos de los teatros habaneros como el Martí, de cuya orquesta fue director.
Casas Romero no fue solamente un músico brillante, sino un avanzado innovador. Fue él quien trajo a La Habana en 1918 la primera fábrica de rollos de pianola que tanto deleitaron a nuestros abuelos. Asímismo, fue pionero de la radiodifusión cubana al instalar su planta de radioaficionado 2LC y realizar las primeras trasmisiones el 22 de agosto de 1922.
Estas primeras trasmisiones de nuestra radio comenzaban poco antes de las 9 de la noche con una llamada de atención, luego se escuchaba el tic-tac de un reloj y a las nueve se oía el cañonazo desde la fortaleza de La Cabaña. Luis Casas Romero interpretaba entonces un acorde de corneta y decía: Son las nueve en punto. La trasmisión se completaba con un boletín sobre el estado del tiempo.
Aunque el 10 de octubre del propio año fuera inaugurada la -para aquella época- poderosa radioemisora PWX de la Cuban Telephone Company, que contaba con amplios estudios y más potentes trasmisores, es indudable que Casas Romero fue el primer cubano en producir emisiones radiales de forma estable aunque fueran breves.
Luis Casas Romero falleció en La Habana en 1950. Enriqueció nuestra música con unas 500 partituras, 23 zarzuelas y 100 criollas, y sobre todo con esa pieza imperecedera El Mambí y el bello bolero Si llego a besarte.
El Mambí
Letra: Sergio Lavilla
Música: Luis Casas Romero
Allá en el año 95
y por las selvas de Mayarí
una mañana dejó el bohío
y a la manigua salió un mambí.
Una cubana que era su encanto
y a quien la noche llorando vió,
al otro día con su caballo
buscó mis huellas y me siguió.
Aquella niña de faz trigueña
y ojos más negros que la maldad,
unió sus fuerzas a mi fiereza
y dio su vida a la libertad.
Un día triste cayó a mi lado,
su hermoso pecho sangrando vi,
y desde entonces fue más ardiente
Cuba adorada mi amor por ti.
Y desde entonces fue más ardiente
Cuba adorada mi amor por ti.
Letra: Sergio Lavilla
Música: Luis Casas Romero
Allá en el año 95
y por las selvas de Mayarí
una mañana dejó el bohío
y a la manigua salió un mambí.
Una cubana que era su encanto
y a quien la noche llorando vió,
al otro día con su caballo
buscó mis huellas y me siguió.
Aquella niña de faz trigueña
y ojos más negros que la maldad,
unió sus fuerzas a mi fiereza
y dio su vida a la libertad.
Un día triste cayó a mi lado,
su hermoso pecho sangrando vi,
y desde entonces fue más ardiente
Cuba adorada mi amor por ti.
Y desde entonces fue más ardiente
Cuba adorada mi amor por ti.
Ana Dolores García
Copyright 2007
Copyright 2007
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