8 de marzo de 2012

OTROS PUEDEN, NOSOTROS NO PODEMOS

¿Ir a tanta vergüenza?
Otros pueden, ¡nosotros no podemos!

Sylvia G. Iriondo,
Presidenta de M.A.R. por Cuba

Con motivo de la celebración del Año Jubilar en el 400 aniversario de la aparición de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en la Bahía de Nipe, Su Santidad Benedicto XVI tiene programado viajar a Cuba entre los días 26 y 28 de marzo.

 Nuevamente enfrentamos las acciones de una jerarquía católica en Miami -representada por el Arzobispo Wenski- que se empeña en servir como agente de viaje y catalizador de la falsa proyección de normalidad en un país donde nada es normal, donde nada esencial ha cambiado y donde el poder permanece arbitrariamente en manos de un ilegítimo régimen comunista que continúa violando todos y cada uno de los derechos humanos de sus ciudadanos.

Anteriormente, cuando la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998, lanzaron la iniciativa del "crucero", finalmente cancelado luego de que numerosas voces católicas de nuestro exilio -entre ellas, las nuestras- se alzaran con argumentos irrefutables, y algunos de nosotros sostuviéramos reuniones con el Cardenal O´Connor en Nueva York, entre otros, ante lo incongruente que resultaba dicha peregrinación.

Hoy, catorce años después, el ahora Arzobispo Wenski, máxima autoridad de nuestra Iglesia en Miami -ciudad de víctimas que alberga el dolor y el decoro de la nación cubana exiliada- se ha volcado de lleno en la promoción y organización de la mal llamada "peregrinación de reconciliación" a la isla para coincidir con la visita del Papa, fomentando una vez más la división entre católicos de nuestro exilio.

La aceptación de las condiciones de la peregrinación constituye una humillación y una falta de respeto a la dignidad del cubano. El régimen castrista controla y aprueba aquellos que pueden visitar la isla. Obviamente no caben dentro de la "peregrinación" cubanos abiertamente críticos de la dictadura de los hermanos Castro, como tampoco actividades de solidaridad hacia los prisioneros políticos, Damas de Blanco, o activistas de derechos humanos.   Todos los que van necesitan una visa de entrada al país donde nacieron, y tienen que someterse a la agenda oficial impuesta por el régimen ante la mirada complaciente del Cardenal Jaime Ortega y Alamino.

El nombre dado a la gestión -"peregrinación de reconciliación"- constituye de por sí una distorsión de la triste realidad cubana, cuyo problema no radica en la "reconciliación" entre cubanos del exilio y de la isla -que somos un solo pueblo- sino que emana de la imperiosa necesidad del establecimiento de un estado de derecho, con justicia y libertad, que tenemos el deber de defender y el compromiso de lograr.

Mientras esto sucede de este lado del Estrecho de la Florida, allá en la isla, bajo un clima de brutal represión, la actitud de la jerarquía eclesiástica, con honrosas excepciones, ha sido una de acomodo con los victimarios y no con las víctimas de la dictadura más longeva de nuestro Hemisferio.

A cambio de algunas concesiones que ratifican precisamente la naturaleza totalitaria del régimen, han antepuesto intereses por encima de sagrados principios. Resulta incompatible con los valores cristianos de la religión por la cual murieron tantos mártires cubanos ejecutados en el paredón de fusilamiento exclamando "Viva Cristo Rey", la forma en que las autoridades eclesiásticas se han pronunciado o dejado de pronunciar en la isla, prefiriendo el silencio cómplice a la proclamación de la verdad.

La jerarquía eclesiástica ha emprendido un campaña mediática avalada por un pequeño grupo, encaminada a que los cubanos se "reconcilien" con sus verdugos y transiten el camino que señala el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y Arzobispo de Santiago, Dionisio García, en declaraciones recientes a un medio europeo, de que ve necesario fomentar una actitud de "aceptar al otro, aceptar lo que piensa, lo que dicen, lo que es, cómo ve la realidad de las cosas"...

¿Aceptar a los asesinos que continúan asesinando impunemente? ¿Aceptar a los torturadores que continúan torturando a prisioneros políticos cubanos y a los agentes de seguridad del estado que continúan golpeando salvajemente a la Damas de Blanco y mujeres de la resistencia? ¿Aceptar la infamia del mal que continúa avanzando sin arrepentimiento alguno a lo largo de una tierra sedienta de derechos y libertad? ¿Aceptar la realidad de una dictadura totalitaria que por más de medio siglo ha reprimido y continúa reprimiendo al pueblo cubano? ¿Aceptar viajar a nuestra patria renunciado a ser parte de ella y renunciando al encuentro con nuestros hermanos víctimas de la opresión?

Parafraseando a Martí: ¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros no podemos!!


5 Comentarios:

  1. El propósito de la llamada "peregrinación de reconciliación" a Cuba incluye la aceptación del régimen por parte de los exiliados cubanos que se prestan a esta farsa. No hay calificativo suficientemente severo para describir a todo este elemento.

    María del Carmen Expósito
     
  2. Maria del Carmen y todos los lectores de estas declaraciones de la Sra. Iriondo, Presidenta de MAR por Cuba e incansable luchadora por los derechos humanos de nuestro pueblo, deseo destacarles que en la misma no se menciona ninguna oposición a la visita del Santo Padre. Considero que esta visita, al igual que la que anteriormente realizara el Beato Juan Pablo II es de gran beneficio para el crecimiento espiritual de los cubanos. Mi mayor deseo es que la misma sea fructífera.

    De esto a preparar "excursiones" aprovechando la ocasión, va mucho trecho. El exilio no necesita "reconciliarse" con el pueblo que vive en Cuba. Repito: pueblo, del que nunca se ha distanciado. Allí han quedado familiares y amigos muy queridos, y no es un secreto para nadie la ayuda monetaria que les enviamos para que les sea posible sobrevivir en aquella situación caótica resultado de la festinada administración de los que mal gobiernan Cuba. Ayuda generosa que se revierte en aún más divisas que las gue los Castro obtienen con su programa turístico apuntalado por inversiones extranjeras.

    El verdadero significado de esta campaña de "reconciliación" es muy distinto y avieso porque trata de implicar una "reconciliación" con el propio gobierno. Y se le hace el juego a ese gobierno despótico cuando se ayuda a confundir con ella, se apoya y se bendice.
     
  3. El comentario de Lolita es completamente acertado. El pueblo cubano sabemos que está ilusionado y que será reconfortado con la visita del Santo Padre. La reconciliación que se pretende no es del exilio con el pueblo cubano si no que pide la reconciliación de todos los cubanos los de allá y los de aquí con los verdugos del pueblo. El escrito de Sylvia Iriondo más claro no puede ser y merece ser releído detenidamente.

    María del Carmen Expósito
     
  4. Humberto Estrada  Mar 8, 2012 11:59 AM
    ¡ Hurra por M.A.R. por Cuba! ¡ Hurra por su presidenta Silvia G. Iriondo !
    Solo asi diciendo las cosas como son se hace patria. Otros van y vuelven a ir Yo no lo he hecho en 53 años por principios, Yo no puedo.

    ¡ Hurra por los que no van !
     
  5. Excelente el escrito de Sylvia Iriondo, mas claro no se puede decir.

5 comentarios:

  1. Anónimo3/08/2012

    El propósito de la llamada "peregrinación de reconciliación" a Cuba incluye la aceptación del régimen por parte de los exiliados cubanos que se prestan a esta farsa. No hay calificativo suficientemente severo para describir a todo este elemento.

    María del Carmen Expósito

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  2. Maria del Carmen y todos los lectores de estas declaraciones de la Sra. Iriondo, Presidenta de MAR por Cuba e incansable luchadora por los derechos humanos de nuestro pueblo, deseo destacarles que en la misma no se menciona ninguna oposición a la visita del Santo Padre. Considero que esta visita, al igual que la que anteriormente realizara el Beato Juan Pablo II es de gran beneficio para el crecimiento espiritual de los cubanos. Mi mayor deseo es que la misma sea fructífera.

    De esto a preparar "excursiones" aprovechando la ocasión, va mucho trecho. El exilio no necesita "reconciliarse" con el pueblo que vive en Cuba. Repito: pueblo, del que nunca se ha distanciado. Allí han quedado familiares y amigos muy queridos, y no es un secreto para nadie la ayuda monetaria que les enviamos para que les sea posible sobrevivir en aquella situación caótica resultado de la festinada administración de los que mal gobiernan Cuba. Ayuda generosa que se revierte en aún más divisas que las gue los Castro obtienen con su programa turístico apuntalado por inversiones extranjeras.

    El verdadero significado de esta campaña de "reconciliación" es muy distinto y avieso porque trata de implicar una "reconciliación" con el propio gobierno. Y se le hace el juego a ese gobierno despótico cuando se ayuda a confundir con ella, se apoya y se bendice.

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  3. Anónimo3/08/2012

    El comentario de Lolita es completamente acertado. El pueblo cubano sabemos que está ilusionado y que será reconfortado con la visita del Santo Padre. La reconciliación que se pretende no es del exilio con el pueblo cubano si no que pide la reconciliación de todos los cubanos los de allá y los de aquí con los verdugos del pueblo. El escrito de Sylvia Iriondo más claro no puede ser y merece ser releído detenidamente.

    María del Carmen Expósito

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  4. Humberto Estrada3/08/2012

    ¡ Hurra por M.A.R. por Cuba! ¡ Hurra por su presidenta Silvia G. Iriondo !
    Solo asi diciendo las cosas como son se hace patria. Otros van y vuelven a ir Yo no lo he hecho en 53 años por principios, Yo no puedo.

    ¡ Hurra por los que no van !

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  5. Excelente el escrito de Sylvia Iriondo, mas claro no se puede decir.

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