Camareros y psiquiatras
Desde siempre había tenido miedo de irme a acostar porque creía que había alguien debajo de mi cama, Cansado de esto un día fui a ver a un psiquiatra y le expliqué:
- Tengo problemas: cada vez que voy a acostarme creo que hay alguien debajo de mi cama. Tengo miedo. ¿Me estaré volviendo loco?
Déjeme eso a mí y en doce meses le curo -me dijo el psiquiatra-, venga a verme tres veces a la semana y le curaré todos esos miedos.
-¿Y cuánto me cobra, doctor?, pregunté.
- Barato: ochenta dólares la visita, contestó el doctor.
-Bueno, un poco caro, pero si me cura vale la pena, dije
Seis meses después, me encontré con el doctor en el cine.
-Hey, usted dejó de venir a mi consulta después de la tercera vez, ¿Por qué no regresó?, me preguntó.
- Bueno doctor, -respondí- 80 dólares por consulta tres veces a la semana por doce meses es bastante dinero. Encontré un camarero en el bar que me curó en una sola sesión por diez dólares. Estaba tan contento con el dinero que ahorré, que saqué un carro nuevo.
-¡No me diga! -reaccionó el psiquiatra algo molesto. ¿Y se puede saber cómo un camarero que sólo sabe de servir tragos lo curó por diez dólares?
-Me dijo que cortara las patas de la cama. ¡Ahora ya no puede haber nadie ahí abajo!
Recibido de mi amiga María, que nunca ha tenido necesidad de consultar a un psiquiatra, y dedicado a mi amiga psicóloga Margarita, que nos atiende gratis.
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