18 de marzo de 2011

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Coca Cola cumple 125 años

¿Quién no lleva a Coca Cola  en sus recuerdos, en su vivencias? El que escribe no ha cumplido 125 años, y el lector probablemente tampoco, pero seguro que algún jingle o slogan permanece almacenado en la memoria. 

Según el ranking de Davis Brand Capital, es la decimocuarta empresa con mejor valor de marca en 2010, y la única bebida del Top 25. Y eso se debe a un conjunto de valores, tangibles e intangibles. En estos últimos 125 años, en los que hemos cambiado dos veces de siglo el mundo ha sufrido guerras mundiales, revoluciones, nacimiento y ocaso de países, y del transporte en diligencia se ha pasado a la era de internet y a la exploración del espacio. 

Es un largo periodo de tiempo en el que se han producido unos cambios radicales, pero Coca-Cola ha seguido fiel a su fórmula. Su esencia, su sabor, su botella y su marca han permanecido inalterables.

17.000 millones de bebidas

Bien es verdad que ha pasado de vender nueve vasos diarios del grifo de la farmacia Jacob's de Atlanta en 1886 a 17.000 millones de bebidas en todo el mundo en la actualidad. Y aquella empresa que en 1900 sólo contaba con dos embotelladoras, hoy está repartida por todos los rincones del planeta (más de 200 países), y conforma un holding con 139.600 empleados y más de 3.500 tipos de bebidas diferentes (Zero, Light, Aquarius, Fanta, Sprite...). 

Seguramente el cambio radical en Coca-Cola se produjo a partir de 1928, cuando la compañía viajó con el equipo olímpico estadounidense a los Juegos Olímpicos de Amsterdam y cruzó el Atlántico para comenzar su expansión por otros continentes. 

En 1941, cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, Robert Woodruff, el presidente de la compañía, ordenó que cada hombre de uniforme pudiera adquirir una botella de Coca-Cola por cinco centavos. Este hecho facilitó la universalización de la bebida durante la contienda y también tras la guerra, cuando se convirtió en el símbolo de una América que afrontaba el futuro con optimismo, reflejado en unos anuncios que retrataban un estilo de vida desenfadado. Una chispa de la vida, como decía el popular lema de Coca-Cola en 1980, que ha llegado a todos los rincones del planeta.
Expansión

Entre 1888 y 1891, el empresario de Atlanta Asa Griggs Candler  se hizo con los derechos de la marca por 2.300 dólares. Se convirtió en el primer presidente de la compañía y transformó un invento en un negocio. Abrió fábricas en Dallas, Chicago y Los Ángeles y comenzó a promocionar la marca con anuncios publicitarios.
El estereotipo de Santa Claus

Santa Claus era alto y bajito, gordo y flaco, sonriente y huraño, y vestía trajes de diferentes colores. Hasta que en 1931 Coca-Cola introdujo una versión de Papá Noel en una campaña de anuncios que permaneció más de tres décadas en carteles y revistas, y ayudó a conformar un estereotipo de la imagen de Santa Claus que ha perdurado en el tiempo hasta nuestros días: el del personaje risueño y gordinflón vestido de rojo. 

En botella

En 1894, un empresario del Estado de Mississipi, Joseph Biedenharn, fue el primero que embotelló la Coca-Cola, en la pionera botella Hutchinson. El presidente de Coca-Cola de aquella época, Griggs Cadler, no era consciente de lo que se avecinaba, y en 1899 cedió por sólo un dólar la exclusiva para embotellar y distribuir la bebida a dos abogados de Chattanooga (Tennessee). Y desde aquellos principios en el año 1886, en los que se vendían nueve bebidas diarias en la farmacia Jacob's, Coca-Cola se ha convertido en la marca más global, con más de 17.000 millones de botellas vendidas cada día en todo el mundo.

Editado de adn.es

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