4 de febrero de 2011


LA MENTIRA EVADE SUS CULPAS

Lic. Amelia M. Doval

La mitomanía es descrita como una enfermedad unipersonal y con características diferentes en cada caso, lo común para todos es que  la mentira se manifiesta  como forma de expresión, como patrón de vida.

Cuba, pudiera quedar registrada como el primer caso en el mundo de “mitomanía pandémica”. Ciudadanos y situaciones se entrelazan para que las tendencias maliciosas y morbosas, trabajen sin piedad con el fin de modificar la realidad favoreciendo sus intenciones y siempre alrededor de los mismos motivos, crear una falsa visión de un mundo idílico.

Una sociedad bajo estas circunstancias se deforma, por inoperante y falsa. El gobierno, dudosa nomenclatura que reduce sus funciones a reprimir, se ufana de sus logros, que descritos se reducen a la nada. Un presidente con aparente credibilidad, se conduele de “la juventud que padece desempleo y escasez de alimentos”, en un Egipto convulso, mientras la población de su país ha quedado a la deriva después de una falsa rectificación de errores cometidos por la capa gobernante, pero se ha culpado al pueblo.

Si de culpas hablamos, es necesario mencionar sus juicios de escarmiento donde los delitos cometidos como estructura, son tergiversados y adecuados de forma tal que adquieran un nombre sobre el cual someter el castigo.  En Enero del 2010, la muerte por frío y hambre de los enfermos mentales recluidos en la conocida clínica “Mazorra”, podría haber sido olvidado de no haber alcanzado proyección internacional.

Nuevamente comienza el circo de acusados y acusadores, con falsos jueces que mienten aún cuando conocen la magnitud de su engaño. Resumen del homicidio masivo y premeditado, condenas de cinco a quince años descrita sobre sentencias no muy claras.

No se puede disculpar la actitud deshonesta a la que se ha enseñado al pueblo. Robar, a la vista de los cubanos, es un acto de justicia ante una situación de miseria y esa actitud es punible pero, la mentira subyace detrás de las sentencias, los enfermos no mueren por negligencia de los trabajadores únicamente sino por la miseria, mental, física y social a la que se ha llevado al país. Si son necesarios los nombres, deberían aparecer en la lista para ser juzgados aquellos que se ufanan de gobernantes y con su distanciamiento kafkiano y sus actos impúdicos provocan la muerte de un pueblo.

Cuba es un campo de concentración donde han recluido a todos los que ostenten su ciudadanía como único delito. Un manicomio donde mueren las ideas tan marchitas como sus habitantes que deambulan  destruidos y moribundos. Imágenes descriptivas de la  inanición que les obstruye el pensamiento. Vivir, para el cubano, es una mentira. Estar dentro de la isla los inhabilita de descubrir la verdad más allá de sus fronteras.

Lic. Amelia M. Doval 
Miami, Fl
Foto: Google   

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