2 de febrero de 2011



Feliz cumpleaños, Camagüey  

- 1514-2011 –

Porque hoy has llegado a tus 497 
convertida en Patrimonio de la Humanidad,
porque eres sede de una floreciente Arquidiócesis,
porque has crecido y has multiplicado tus barrios,
por tu historia de casi medio milenio, llena de gestos heroicos.
 

Por haber dado tantos hijos héroes y mártires 
como Ignacio Agramonte, Julio Sanguily, Joaquín de Agüero, 
Enrique Loynaz del Castillo, Salvador Cisneros Betancourt, 
Manuel Boza Agramonte, Eduardo Agramonte, 
Napoleón y Augusto Arango, 
Ignacio Mora, Gaspar y Diego Agüero y Betancourt, 
Enrique Loret de Mola y Boza, Lope Recio Loynaz, 
Bernabé de Varona y Borrero (Bembeta), Frank de Quesada, 
Manuel de Quesada Loynaz…
 

Por haber ofrendado a nuestras luchas libertarias 
los nombres de sus protomártires, 
Frasquito Agüero y Andrés Manuel Sánchez…
 

Por haber sido cuna de mujeres heroicas que amaron a la Patria 
y sufrieron por ella a la par de sus esposos mártires, 
Amalia Simoni, Ana Betancourt de Mora, 
Ana Josefa de Agüero, Juana de Varona, Mercedes Mora, 
Sofía Álvarez, Gabriela de Varona…
 

Por contar entre tus hijas a mujeres altruistas y benefactoras 
que te dotaron de asilos, escuelas y templos, 
Dolores Betancourt, Julieta Arango, María Montejo… 


Por tus hijos médicos que te llenaron de gloria, 
como Carlos Finlay.
 
Por tus poetas y escritores, 
Gertrudis Gómez de Avellaneda, 
Gaspar Betancourt Cisneros, (El Lugareño), 
José Ramón Betancourt, Enrique José Varona, 
Aurelia Castillo de González, Esteban Borrero, 
Emilio Ballagas, Mariano Brull, Nicolás Guillén.


Por tus músicos, como Luis Casas Romero, 
José Marín Varona y Jorge González Allué.


Por tus deportistas 
que se alzaron con galardones internacionales 
como Kid Gavilán y Rafael Fortún.
 

Por haber dado a la Iglesia cubana 
el Primer Cardenal, Manuel Arteaga y Betancourt, 
tres Arzobispos, Adolfo Rodríguez Herrera, Francisco Oves 
y Juan García Rodríguez, 
y tres obispos, Eduardo Boza Masvidal, Willy Pino y Álvaro Beyra.


Porque nos diste sacerdotes santos 
como Miguel Becerril y Filiberto Martínez.
 

Por haber acogido en tus calles y en tus pobres 
la santidad del Hno. Olallo y del Padre Valencia.

 
Porque en tu suelo nació el «Espejo de Paciencia» 
y con él la literatura de Cuba.

Porque fuiste escogida 
para alojar a la Real Audiencia de Puerto Príncipe, 
con jurisdicción sobre toda Cuba, la Florida, 
Luisiana y Puerto Rico.

Por tus tradiciones y leyendas 
que alimentan el orgullo de tus hijos.

Por tus viejas iglesias, 
testigos hoy de una fe que renace.

Porque la fortuna te hizo recipiente de Barberán y Collar, 
y tu nombre resonó en los oídos del mundo entero 
gracias a su hazaña.

Porque fuiste la segunda ciudad de Cuba 
que contaste con televisión propia.

Por la riqueza de tus campos, tus industrias
y el tesón de tus hijos en hacerte rica y floreciente, 
como lo fuiste.

Ya no eres más 
la Santa María del Puerto del Príncipe de tus fundadores, 
sino el Camagüey del cacicazgo, o mejor, del Bayardo. 
Por ello conservas la fama de ciudad enhiesta 
que los depredadores actuales de la Patria vigilan con recelo.

Te extraño, Camagüey, y te añoro, 
aunque para muchos no pases de ser una capital provinciana y aburrida.
Y te deseo para algún día 
un futuro mejor que el presente en el que ahora languideces.

Ana Dolores García
© 2009-2011, Copyright
Foto: Google

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