LAS PRIMERAS BOTICAS DE CAMAGÜEY

- Ana Dolores García

- Los productos “farmacéuticos” populares de la época eran, naturalmente, las plantas medicinales. Miguel Xiques, Licenciado Sanitario y con vocación natural por la medicina, abrió su establecimiento en la esquina de la calle Mayor (Cisneros) y San Diego (Luaces), frente por frente a la Plaza Mayor o de Armas, hoy Parque Agramonte. Más o menos sería lo que conocemos actualmente como una “herbolario” o “botánica” pero sin aditamentos de brujería, porque la Ley vigente en aquellos primeros años del siglo XIX autorizaba expresamente la venta de yerbas, hojas o raíces, consideradas como medicinales según la Lista Oficial. 

Más tarde, el señor Xiques obtuvo el imprescindible permiso para establecer un “botiquín” y vender Sales medicinales, preparar recetas médicas y  expender medicinas que llegaban de España. La misma autorización le fue dispensada a un señor de apellido Méndez que poseía su rústica farmacia en la calle San Ramón (hoy Enrique José de Varona) entre Astilleros y Padre Valencia. 

La primera fórmula médica de la que se tiene noticia tiene fecha 5 de agosto de 1840 y la expidió el Dr. Juan Ramón Simoni, médico camagüeyano padre de Amalia Simoni, la que fuera esposa del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz. El original se esa fórmula siempre se conservó en la sección de Farmacia del Museo Ignacio Agramonte de Camagüey. 

Miguel Xiques y su esposa camagüeyana enviaron a su hijo Emilio a estudiar a Sevilla. Allí, en su Universidad, éste se graduó de Licenciado en Farmacia. Con el regreso del hijo, provisto de la conveniente licenciatura, el local de la botica de Miguel Xiques se remozó y amplió. Y a más del título, Emilio se trajo una bella colección de artesanales frascos de cerámica, tan típicos de aquellas farmacias de entonces que ayudaban a pregonar prestigio y señorío. 

Le agregaron un rótulo: “Farmacia y Droguería San Rafael” del Dr. Emilio Xiques. Rótulo que fue mantenido con orgullo por su hijo, también farmacéutico, el Dr. Miguel Ángel Xiques, el que continuó la tradición familiar hasta que en el año 1918 la farmacia fue traspasada al Dr. Alberto Tomeu Adán.

Al término de la primera mitad del siglo XX, el otrora Puerto Príncipe contaba con numerosas y magníficas farmacias. Aún a riesgo de omitir la mayoría de ellas, me aventuro a mencionar unas pocas, la Farmacia Ávarez Fuentes en la calle Avellaneda, la farmacia Goicochea en República casi en la Plaza de la Soledad, las farmacías de Ginferrer y Garcés en la calle Estrada Palma,  la farmacia Ibarra, en La Vigía...

Fuente: Apuntes de José R. Espineta,

Ilustración: Farmacia antigua, óleo, Ernest Descals, Cataluya, España