30 de julio de 2010



LOS TOROS Y LAS PROHIBICIONES

Elsa M. Rodríguez

Nunca he asistido a una corrida de toros. Personalmente encuentro que la Fiesta Nacional, como la llaman en España, es muy colorida, llena de símbolos, donde el torero demuestra su gallardía y su valor enfrentándose a un animal que parece un tanque de guerra frente a él, y que también el animal muestra su valía y su pura sangre, cobrándose en muchos casos la vida del torero. No voy a "los toros" porque siento miedo, no solamente por el torero, sino por el toro. Sin embargo, sé que en España desde tiempo inmemorial es una tradición la corrida de toros. Por eso, creo que a aquel que le gusta, debe tener la opción de asistir o no a la misma.

Los taurinos tienen explicaciones sin fin para justificar el toreo, desde que el toro dedicado a esta faena vive sus primeros cinco años en plena libertad, disfrutando de los mejores pastos y con un trato y un mimo especial como no lo tiene ningún otro animal. Los anti-taurinos dicen que el toro de lidia va a la plaza para divertimento de unos cuantos y que es anti-humano hacerle sufrir y disfrutar al final de su muerte a manos del torero. Sin embargo, los anti-taurinos no hacen peros a la hora de comerse un buen chuletón de ternera o un rabo de toro.

En Cataluña (o Catalunya como dirían los catalanes para no utilizar la Ñ) han prohido los toros. Según ellos, porque es un espectáculo cruel y anti-humano, según otros porque los catalanes no quieren ser españoles. Cualquier argumento es válido según el punto de vista de cada cual. Ahora bien, cuando en Hispano América nos enorgullecemos de hablar "español" porque es nuestra herencia española, en Cataluña, prefieren el catalán o en todo caso el inglés. Cuando en todo el mundo identificamos la figura del toro como un símbolo de España, en Cataluña está prohibida esa figura. Es decir, ¿prohiben los toros por humanidad o por anti-españolismo? Por otra parte en esa comunidad, especialmente en Tarragona, se continúa celebrando el "correbous" que no es otra cosa más que ponerle fuego en los cuernos a un toro para que los mozos se diviertan, mientras que esta actividad está prohibida en el País Vasco, en Madrid y en Castilla y la Mancha por considerarla cruel y peligrosa también para los participantes.

Muchos catalanes que no están de acuerdo con la prohibición de las corridas de toros, se preguntan como nos preguntamos nosotros ¿porqué prohibir? Si verdaderamente lo hacen por ser muy humanos entonces tampoco habrían aceptado la nueva Ley del Aborto aprobada por el gobierno central. ¿Será que al gobierno de Cataluña le preocupa más la vida de un toro que la de un niño?

Hoy día la gente está perfectamente capacitada para tomar decisiones por si misma sin necesidad de una prohibición gubernamental. Si la mayoría del público dejara de asistir a las corridas de toros, es más que seguro que su práctica iría disminuyendo paulatinamente, y entonces no habría necesidad de prohibirlas. El gobierno que toma decisiones sin contar con la aprobación de su pueblo está haciendo lo mismo que se hace en las dictaduras.

Elsa M. Rodriguez

Hialeah, FL
lapupasmiami@att.net
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