¿Será culpa de la CIA?
Luis Cino (PD)
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Tengo que admitir que a veces el Comandante tiene razón, como cuando advirtió en la Universidad de La Habana en diciembre de 2005, con Felipito Pérez Roque a su vera y tan empalagado que babeaba miel, que sólo la corrupción podría destruir a la revolución. Y ahora que nada sale bien, los remendones y los retranqueros no dan abasto y la corrupción da al cuello, la revolución se cae a pedazos. ¡Qué razón tenía el Comandante!
La corrupción amenaza la supervivencia de la revolución mucho más que la ley Helms-Burton, la Posición Común Europea, los grupos disidentes, las Damas de Blanco, la huelga de hambre de Guillermo Fariñas; Yoani Sánchez y los blogueros, los periodistas independientes, Radio y TV Martí, el grupo Prisa, el hip-hop de Los Aldeanos, la campaña mediática internacional, los mosquitos Aedes Aegyptis, el calentamiento global y el revolcón que le dio Carlos Alberto Montaner al pobrecito Silvio Rodríguez, que en el intento de ripostar por poco se queda sin cerebro para escribir nuevas canciones.
El riesgo es más serio de lo que todos pensaban. La corrupción no tiene para cuando parar. Pica, repica, se extiende y hace metástasis.
Ahora mismo la muerte (¿suicidio, infarto?) en La Habana del gerente chileno Roberto Baudrand añade vapor a los rumores (porque oficialmente nada se dice en Granma o el NTV) sobre el caso que involucra a Rogelio Acevedo, que fue presidente hasta el 8 marzo del Instituto Cubano de Aeronáutica Civil (IACC), y el condottiero-magnate-marxista chileno-cubano (la combinación parece digna de Les Luthiers) Max Marambio.
A Baudrand no lo dejaban salir de Cuba porque la Fiscalía General de la República investigaba a Alimentos Río Zaza SA., propiedad a partes iguales del Estado cubano y del International Network Group de Marambio, a quien le congelaron 30 millones de dólares y no precisamente por la crisis de liquidez del gobierno cubano. Río Zaza S.A. tenía ingresos anuales de 100 millones de dólares, el 80% de ellos provenientes de sus operaciones en Cuba.
Dicen que están detenidos bajo investigaciones, entre otros, la esposa de Acevedo, que era gerente de ventas de la Río Zaza Foods, dos gerentes de Cubana de Aviación, y una ejecutiva de la empresa Sol y Son, también propiedad de Marambio.
¡Vaya momento para un escándalo tan millonario y tortuoso que parece de novela! Es mejor que empiecen a explicar, no sólo al gobierno chileno las circunstancias de la muerte de Baudrand (pudiera ser sencillo, cualquier pesquisado se suicida o muere del susto), sino qué pasó con los millones de dólares perdidos al pueblo cubano, que de tanta inmundicia hace rato pasó de las arcadas al vómito.
Un sistema no puede producir tantos demonios. Tal corrupción galopante no puede ser obra del azar. El más sagaz periodista del programa Mesa Redonda, Reinaldo Taladrid, siempre lo dice: “Follow the Money”. ¿Será que la CIA, ya que no pudo matar al Máximo Líder en más de 600 atentados (¿son más?), decidió podrir hasta la médula de sus genuflexos espinazos a los hombres de mayor confianza en la corte verde olivo? ¿Les pagará la CIA a través de las fachada de la USAID o el Nacional Endowment for Democracy (como repite el periodicastro Jean Guy Allard hasta largar los dientes que hace la agencia con los disidentes) para que roben y desfalquen las cuentas de la revolución?
¿Será por un puñado de dólares más de lo que pagan a los presos comunes para que mueran en huelga de hambre con los que compraron a Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y Carlos Valenciaga, para que se empalagaran con la miel del poder y se volvieran absolutamente indignos?
luicino2004@yahoo.com
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Tengo que admitir que a veces el Comandante tiene razón, como cuando advirtió en la Universidad de La Habana en diciembre de 2005, con Felipito Pérez Roque a su vera y tan empalagado que babeaba miel, que sólo la corrupción podría destruir a la revolución. Y ahora que nada sale bien, los remendones y los retranqueros no dan abasto y la corrupción da al cuello, la revolución se cae a pedazos. ¡Qué razón tenía el Comandante!
La corrupción amenaza la supervivencia de la revolución mucho más que la ley Helms-Burton, la Posición Común Europea, los grupos disidentes, las Damas de Blanco, la huelga de hambre de Guillermo Fariñas; Yoani Sánchez y los blogueros, los periodistas independientes, Radio y TV Martí, el grupo Prisa, el hip-hop de Los Aldeanos, la campaña mediática internacional, los mosquitos Aedes Aegyptis, el calentamiento global y el revolcón que le dio Carlos Alberto Montaner al pobrecito Silvio Rodríguez, que en el intento de ripostar por poco se queda sin cerebro para escribir nuevas canciones.
El riesgo es más serio de lo que todos pensaban. La corrupción no tiene para cuando parar. Pica, repica, se extiende y hace metástasis.
Ahora mismo la muerte (¿suicidio, infarto?) en La Habana del gerente chileno Roberto Baudrand añade vapor a los rumores (porque oficialmente nada se dice en Granma o el NTV) sobre el caso que involucra a Rogelio Acevedo, que fue presidente hasta el 8 marzo del Instituto Cubano de Aeronáutica Civil (IACC), y el condottiero-magnate-marxista chileno-cubano (la combinación parece digna de Les Luthiers) Max Marambio.
A Baudrand no lo dejaban salir de Cuba porque la Fiscalía General de la República investigaba a Alimentos Río Zaza SA., propiedad a partes iguales del Estado cubano y del International Network Group de Marambio, a quien le congelaron 30 millones de dólares y no precisamente por la crisis de liquidez del gobierno cubano. Río Zaza S.A. tenía ingresos anuales de 100 millones de dólares, el 80% de ellos provenientes de sus operaciones en Cuba.
Dicen que están detenidos bajo investigaciones, entre otros, la esposa de Acevedo, que era gerente de ventas de la Río Zaza Foods, dos gerentes de Cubana de Aviación, y una ejecutiva de la empresa Sol y Son, también propiedad de Marambio.
¡Vaya momento para un escándalo tan millonario y tortuoso que parece de novela! Es mejor que empiecen a explicar, no sólo al gobierno chileno las circunstancias de la muerte de Baudrand (pudiera ser sencillo, cualquier pesquisado se suicida o muere del susto), sino qué pasó con los millones de dólares perdidos al pueblo cubano, que de tanta inmundicia hace rato pasó de las arcadas al vómito.
Un sistema no puede producir tantos demonios. Tal corrupción galopante no puede ser obra del azar. El más sagaz periodista del programa Mesa Redonda, Reinaldo Taladrid, siempre lo dice: “Follow the Money”. ¿Será que la CIA, ya que no pudo matar al Máximo Líder en más de 600 atentados (¿son más?), decidió podrir hasta la médula de sus genuflexos espinazos a los hombres de mayor confianza en la corte verde olivo? ¿Les pagará la CIA a través de las fachada de la USAID o el Nacional Endowment for Democracy (como repite el periodicastro Jean Guy Allard hasta largar los dientes que hace la agencia con los disidentes) para que roben y desfalquen las cuentas de la revolución?
¿Será por un puñado de dólares más de lo que pagan a los presos comunes para que mueran en huelga de hambre con los que compraron a Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y Carlos Valenciaga, para que se empalagaran con la miel del poder y se volvieran absolutamente indignos?
luicino2004@yahoo.com
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