20 de abril de 2010

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NUESTRO HOMBRE EN WASHINGTON

Luis Pagés


Lo primero que deseo hacer es dar las gracias a la dirección del Movimiento Demócrata Cristiano, compuesto por Dr. Joaquín Pérez Febles, Pedro Pablo Permuy, Ana Dolores García, Octavio Capetillo y otros, que han tenido la gentileza de autorizarnos a hacer este merecido homenaje dentro del marco patriótico de la Cena Martiana, que cada año ellos organizan en la fecha del aniversario del natalicio del Apóstol de la independencia cubana, José Marti, y a quien recordaremos esta noche. Dejamos pues, constancia de nuestro agradecimiento a la dirección de la Delegación del MDC por su consideración, aceptación y apoyo a esta idea.

También deseo agradecer el apoyo que recibimos de Jorge y Carmen Fernández, José y Olga Bufill, Anibal y Elena Cortina, Irmina Howe, Ana Emilia Quintana, que lo hizo en memoria de su difunto esposo Fernando Quintana, Olga Fernández, Ofelia Borges, Alicia Suárez-Marill, que lo hace a la memoria de su difunto esposo Jorge Suárez-Marill, y por supuesto a mi esposa Mercy Pagés. A todos muchas gracias por su colaboración.

Esta noche rendimos tributo a «NUESTRO HOMBRE EN WASHINGTON, EL DR. CLAUDIO F. BENEDI», como le llamó el Dr. Guillermo Martínez Márquez, y merecedor de todo nuestro respeto y toda nuestra admiración por su vida intachable, su conducta ejemplar y su dedicación a la noble causa de la libertad de Cuba.

Resulta interesante que la noche escogida para honrarle sea la fecha en que rendimos tributo al Cubano más grande y a nuestro heroe más brillante, José Marti. No intentamos hacer un paralelo entre las dos vidas, pero las circunstancias por las que atraviesa la patria por la que Marti luchó y murió, requieren de los hijos de Cuba una dedicación y un esfuerzo supremo, como lo hicieron nuestros próceres. Somos muchos los llamados a la lucha, pero solo unos pocos los que responden. El Dr. Claudio Benedi es un soldado que siempre está presente en la lucha por esa libertad ansiada que continúa evadiéndonos mientras hoy los gobiernos de América vuelven la cara “hacia el lado donde se ve mejor y no donde esta el deber”, para evitar ver nuestro sufrimiento.

Honrar, Honra, dijo José Marti, y nos honramos ofreciendo este sencillo tributo de admiración a este buen Cubano que responde al nombre de Claudio F. Benedi y que es un digno emulador de los sacrificios de los próceres de antaño. Hacer una condensación biográfica de su vida es un reto difícil dado que nuestro homenajeado tiene una larga historia de servicio y dedicación no solo a su carrera, a su familia, a la sociedad, sino a la patria, por la que siempre está luchando y de quien sabemos que “nunca se va a la cama sin haber hecho algo por Cuba”, lo que nos debe servir de ejemplo a muchos. Lo que aquí diremos son rasgos notables de nuestro homenajeado, pero no intentamos que incluya toda su labor ni todos sus méritos y reconocimientos, que son muchos. Pedimos disculpas por las omisiones.

Claudio nació en la ciudad de Santiago de Cuba, en el Oriente heroico, uno de seis hijos del matrimonio de Claudio Benedi y Concepción Beruff. Mas tarde, la familia Benedi-Beruff trasladó su domicilio a la Ciudad de La Habana, donde el padre operaba un almacén en la Avenida de Concha, y la madre se distinguía como profesora y directora de una Escuela para niñas. El joven Claudio asistió al Instituto de Segunda Enseñanza de la Habana donde fue dirigente estudiantil, y luego de graduarse de Abogado en la Escuela de Derecho de la Universidad de La Habana, se destacó en importantes organizaciones, y participó en la vida política de la nación.

Abrió su bufete de abogado y después ganaría por oposición la designación como Notario Público, distinguiéndose a la vez como un notable economista. Durante el ejercicio de su carrera legal Claudio estuvo asociado con importantes figuras de la vida jurídica, económica y política de Cuba, participando activamente en conferencias cafetaleras y azucareras, habiendo servido entre otras como Secretario General de la Asociación Nacional de Cosecheros de Café de Cuba, y haber sido co-autor del Convenio Mundial del Café, bajo los auspicios de las Naciones Unidas; también preparó el estudio jurídico y económico de los Institutos de Café de Honduras y Panamá, respectivamente.

El arribo de la revolución Castrista/Comunista encuentra en Claudio a uno de los mas ardientes opositores, al extremo de recibir, él y su familia, amenazas directas de los mismos jerarcas de la dirección revolucionaria. En consecuencia, la salida de la patria es una de las opciones para conservar la vida. Claudio y su esposa, Gladys Garriga Mencía, deciden abandonar la tierra que los vió nacer. Los arreglos de salida permiten que en 1961 Claudio y su hija Gladys, sean los primeros en salir; siendo seguidos por los hijos Claudio y Alberto, que viajan en otra dirección, y poco después su fiel compañera Gladys logra salir de Cuba en una tercera dirección junto con los jimaguas Héctor y Tony. Finalmente la familia se reúne en Honduras. Allí Claudio, debido a su reputación en asuntos económicos y legales, es nombrado Consejero del Banco Central de Honduras, cargo en que sirve hasta salir hacia Miami, Estados Unidos. En 1963 se trasladan los Benedís hacia la capital estadounidense, radicándose en Arlington, Virginia. Claudio es entonces empleado como director del Departamento de Exportaciones, en el Departamento de Comercio hasta su reciente retiro del mismo. Comparte su tiempo de trabajo y familia con la continuación de estudios en la Universidad Católica de Washington, D.C. Católico practicante, el Dr. Benedi sirve como Diácono en la Catedral Católica de Arlington. De él podemos decir que es un descubridor y observador del “sentido de lo Cristiano: Un seguidor de Cristo”.

No es sorpresa que su intelecto, capacidad jurídica y experiencia en asuntos económicos hayan jugado un valioso papel en su vida. Eso sirve de orgullo personal para él y su familia; y de satisfacción para sus amigos. Sin embargo lo que más nos mueve es la labor cotidiana del Dr. Benedí en cuanto a la problemática Cubana y su hoja de servicio a la causa de la libertad, en defensa de “los que en Cuba no tienen voz”.

Claudio ha comparecido en numerosas ocasiones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos, denunciando en cada ocasión al gobierno de Cuba por violaciones de los derechos humanos del pueblo, y con sus denuncias ha conseguido que la CIDH condene al gobierno Comunista de Cuba en siete ocasiones diferentes. Cada noticia de abusos cometidos por la dictadura es recogida por el Dr. Benedi, y presentada como denuncia ante la CIDH, creando así una situación desfavorable al gobierno Comunista, intentando asi proteger el derecho y la vida de los perseguidos y torturados.

Claudio es el autor de la Doctrina Benedi, exponiendo con ella “la violación institucional de los derechos humanos”, cuya doctrina motivó que se le propusiera para el “Premio Nóbel de la Paz”; y que causara que el Presidente George Herbert Walker Bush dijera “Dr. Benedi, su contribución es de un valor extraordinario y la humanidad está en deuda con usted.”

Claudio Benedi mantiene que el asiento de Cuba en la OEA no ha sido abolido sino que no está ocupado, debido a la expulsión del gobierno Comunista de Cuba pero no el Estado Cubano, de dicho organismo panamericano desde 1962 en que en la Reunión de Cancilleres en Punta del Este, Uruguay, los gobiernos de América acordaron que el gobierno Comunista de Cuba es incompatible con el sistema Americano. Han sido varias las ocasiones en que gobiernos simpatizantes con la tiranía Cubana han tratado de conseguir el re-ingreso de Cuba en la OEA. Claudio, opuesto a la admisión, ha sido viajero incansable en su oposición al gobierno de Cuba y asi ha estado en Panamá, en Brasil, y dondequiera que los paises americanos se han reunido para considerarlo. Él solo ha cabildeado ante los embajadores, haciendo valer su posición de que, de acuerdo con la Resolucion de Punta del Este, Cuba no puede volver a la OEA mientras el régimen Comunista esté en ocupación del gobierno de la Isla. Sus argumentos han prevalecido y el gobierno Comunista continúa expulsado de la Organización de Estados Americanos.

Claudio ha participado en reuniones en el Departamento de Estado, en la oficina de Asuntos de Cuba en ese Departamento, ha sido recibido y se ha entrevistado con Presidentes de los Estados Unidos, desde Ronald Reagan hasta George W. Bush, y a todos ellos ha llevado el clamor de libertad de nuestro pueblo en agonías, y urgiendo apoyo a nuestra causa por la lucha redentora que devuelva a Cuba al concierto de naciones libres del mundo.

Cabildeando en el Congreso de Estados Unidos, Claudio ha sido un formidable emisario de nuestra causa. Miembros de los dos partidos políticos en ese cuerpo legislativo le han recibido y se han asesorado con él en asuntos concernientes a Cuba y al comunismo. La más saliente ha sido la Resolución Symms sobre Cuba, y fue el Senador Symms quien también dejó sentado en el “Congressional Record” la importancia de la doctrina Benedi “La violación Institucional de los Derechos Humanos por el régimen de Cuba”. El Presidente Ronald Reagan le escribió: “Dr. Benedi, muchas gracias por su dedicación a los derechos humanos, y por ser usted el primero en denunciar y documentar la violación de los derechos humanos en Cuba”. Claudio es el autor del libro “Of Human Rights” que ha sido elogiado y considerado como un extraordinario documento en defensa de los derechos humanos.

Hoy, Claudio Benedi es miembro de la Dirección Nacional de la Junta Patriótica Cubana y presidente de la delegación de la misma en el área metropolitana de Washington, DC. Además, el Dr. Benedi es el Presidente de la Coalición Constitucional, que se basa en la legalidad y vigencia de la Constitución de 1940 y que promueve la restauración democrática y el proceso constitucional de la Republica de Cuba, y está dedicado a aglutinar a la mayor cantidad de organizaciones cubanas bajo esa Coalición Constitucional.

Y termino diciendo “Mi querido amigo y hermano, en nombre del pueblo cubano que sufre, en nombre de los que no tienen voz, y a nombre de los que aquí estamos reunidos, muchas gracias por su labor por Cuba y la libertad y la justicia. Y quedémonos con la promesa de “hoy como ayer; mañana como hoy; y siempre igual, mientras que en Cuba haya una injusticia que reparar” (mensaje escrito en la pared de la barraca en la Embajada del Brasil, Habana, Cuba).

© Luis Pages
Ashburnn, Virginia
Enero 27, 2007
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