2 de marzo de 2010


«La máquina de Dios»

El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) se ha vuelto a poner en marcha después de unos meses de parón para reajustes técnicos, según ha informado el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN).

El acelerador de partículas más poderoso del mundo volvió a arrancar el domingo con el objetivo último de descubrir los secretos del origen del Universo. El sueño vuelve a reanudarse.


La «máquina de Dios», en la que se han invertido 3,9 millones de euros, es la parte esencial del experimento científico más importante del siglo, un túnel circular de 27 kilómetros, excavado a entre 50 y 175 metros de profundidad cerca de Ginebra, en el que los físicos esperan recrear las condiciones en las que se produjo el Big Bang, el gran estallido que dio origen al Universo.

El LHC se inauguró en septiembre de 2008 con muy poco éxito. Catorce meses más tarde, las partículas comenzaron a circular de nuevo por el acelerador para alegría de los físicos y de los amantes de la ciencia. Entonces sí que funcionaba. Las colisiones alcanzaron el récord mundial de energía de 2,36 teraelectronvolts (TeV), que permitieron a los científicos comenzar a reunir datos y obtener las primeras respuestas.


A toda potencia
En diciembre, la máquina fue detenida para someterla a algunas revisiones. El ingenio debía estar listo para realizar colisiones en niveles de energía más elevados, que es lo que los físicos se proponen conseguir en estos momentos. El CERN pretende llegar ahora a los 7,0 TeV, un objetivo con un plazo de 18 a 24 meses. Posteriormente, en el segundo semestre de 2011, los científicos realizarán una nueva parada técnica de larga duración e intentarán llegar a los 14 TeV.

Será entonces cuando, si todo sale como esperado, el acelerador pueda darnos las grandes respuestas, resolver problemas de la física cómo la composición de la materia y la energía oscuras, que representan el 96% del cosmos, y hallar el «Santo Grial» de los científicos, el bosón de Higgs, conocido comúnmente como «partícula de Dios», que explicaría cómo las partículas adquieren masa.

El experimento, el fruto de décadas de investigación de físicos de todo el mundo, incluso ha atraído a Hollywood con la exitosa película de ficción «Ángeles y Demonios».

ABC, Madrid,
Foto Geogle
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