Rosario Sansores
Ana Dolores García
Rosario Sansores Pren fue una poetisa y periodista mexicana nacida en Mérida, Yucatán, en 1889. Se crió en el seno de una familia de buenos recursos y de cierto «status» social, a la que perturbaba la condición de niña rebelde que pronto comenzó a demostrar Rosario respecto a los convencionalismos de la época. Desde pequeña comenzó a escribir versos, los que a veces chocaban por atrevidos en aquella sociedad de los inicios del siglo XX.
Tenía apenas catorce años cuando se casó con un comerciante cubano, Antonio Sanjenís, y poco después se trasladó con él a La Habana. Allí vivió desde 1909 hasta 1932, poco menos del tiempo que duró su matrimonio, pues quedó viuda a los 29 años y decidió regresar a México. De su matrimonio con Sanjenís quedaron sus dos únicas hijas, Blanca y Beatriz.
En La Habana colaboró publicando sus poemas y escritos en la revista «Carteles» y en el periódico «Diario de la Marina», y al regresar a México fue cronista social de los rotativos mexicanos «Hoy» y «Novedades». La revista «La Familia» también contaba en todas sus ediciones con una sección fija de los poemas de Rosario Sansores. Esta revista tuvo amplia difusión en Cuba, pues ofrecía muchos temas del hogar y de labores de bordado, -especialmente punto de cruz- para la confección de manteles.
Sus poemas quedaron recogidos en «Mientras se va la vida», publicado en 1925, y «Rutas de emoción», (1945). Fiel a su veta romántica, la otrora rebelde no se adaptó a las corrientes imperantes en la poesía de mediados del siglo. Por ello se confesaba una poetisa «cursi» y así lo reconoció al decir: «Sí, sí, la gente dice que soy cursi. Imagínate si no voy a saberlo. Pero no me preocupa, Al contrario, me halaga. La gente que sabe que soy cursi demuestra que me ha leído, y eso es lo único que importa.»
Cursi o no, los poemas de Rosario Sansores, como los de otro denostado por los críticos, José Ángel Buesa, gozaron de la predilección de jóvenes enamoradas y mujeres despechadas. Y no pocos de ellos sirvieron para dar vida a canciones inolvidables del repertorio sudamericano. Uno en particular, sin lugar a dudas,el pasillo ecuatoriano más popular, es «Sombras». Pocos saben que la música de Carlos Brito Benavides acompaña a la letra del poema «Cuando tú te hayas ido», de Rosario Sansores. La única vez que visitó Ecuador fue precisamente en 1967 para recibir el premio literario que le otorgó el Ayuntamiento de Guayaquil.
Rosario Sansores falleció en el Distrito Federal el 7 de enero de 1972, a los 83 años de edad.
Tenía apenas catorce años cuando se casó con un comerciante cubano, Antonio Sanjenís, y poco después se trasladó con él a La Habana. Allí vivió desde 1909 hasta 1932, poco menos del tiempo que duró su matrimonio, pues quedó viuda a los 29 años y decidió regresar a México. De su matrimonio con Sanjenís quedaron sus dos únicas hijas, Blanca y Beatriz.
En La Habana colaboró publicando sus poemas y escritos en la revista «Carteles» y en el periódico «Diario de la Marina», y al regresar a México fue cronista social de los rotativos mexicanos «Hoy» y «Novedades». La revista «La Familia» también contaba en todas sus ediciones con una sección fija de los poemas de Rosario Sansores. Esta revista tuvo amplia difusión en Cuba, pues ofrecía muchos temas del hogar y de labores de bordado, -especialmente punto de cruz- para la confección de manteles.
Sus poemas quedaron recogidos en «Mientras se va la vida», publicado en 1925, y «Rutas de emoción», (1945). Fiel a su veta romántica, la otrora rebelde no se adaptó a las corrientes imperantes en la poesía de mediados del siglo. Por ello se confesaba una poetisa «cursi» y así lo reconoció al decir: «Sí, sí, la gente dice que soy cursi. Imagínate si no voy a saberlo. Pero no me preocupa, Al contrario, me halaga. La gente que sabe que soy cursi demuestra que me ha leído, y eso es lo único que importa.»
Cursi o no, los poemas de Rosario Sansores, como los de otro denostado por los críticos, José Ángel Buesa, gozaron de la predilección de jóvenes enamoradas y mujeres despechadas. Y no pocos de ellos sirvieron para dar vida a canciones inolvidables del repertorio sudamericano. Uno en particular, sin lugar a dudas,el pasillo ecuatoriano más popular, es «Sombras». Pocos saben que la música de Carlos Brito Benavides acompaña a la letra del poema «Cuando tú te hayas ido», de Rosario Sansores. La única vez que visitó Ecuador fue precisamente en 1967 para recibir el premio literario que le otorgó el Ayuntamiento de Guayaquil.
Rosario Sansores falleció en el Distrito Federal el 7 de enero de 1972, a los 83 años de edad.
Cuando tú te hayas ido
Cuando tú te hayas ido
me envolverán las sombras,
cuando tú te hayas ido,
con mi dolor a solas
evocaré este idilio
con sus azules horas,
cuando tú te hayas ido
me envolverán las sombras.
Y en la penumbra vaga
de la pequeña alcoba,
donde una tibia tarde
me acariciaste toda,
te buscarán mis brazos,
te buscará mi boca
y aspiraré en el aire
como un olor de rosas,
cuando tu te hayas ido
me envolverán las sombras.
Cuando tú te hayas ido
me envolverán las sombras,
cuando tú te hayas ido
en pos de otra quimera,
te llorará en las noches
mi corazón que espera,
cuando tú te hayas ido
me moriré en las sombras.
Julio Jaramillo canta «Sombras»:
http://www.youtube.com/watch?v=o7-tZOJK1V0Cuando tú te hayas ido
me envolverán las sombras,
cuando tú te hayas ido,
con mi dolor a solas
evocaré este idilio
con sus azules horas,
cuando tú te hayas ido
me envolverán las sombras.
Y en la penumbra vaga
de la pequeña alcoba,
donde una tibia tarde
me acariciaste toda,
te buscarán mis brazos,
te buscará mi boca
y aspiraré en el aire
como un olor de rosas,
cuando tu te hayas ido
me envolverán las sombras.
Cuando tú te hayas ido
me envolverán las sombras,
cuando tú te hayas ido
en pos de otra quimera,
te llorará en las noches
mi corazón que espera,
cuando tú te hayas ido
me moriré en las sombras.
Ana Dolores García
Foto: Google
Foto: Google
Julio Jaramillo canta «Sombras»:
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